Estuve ciega por mucho tiempo, amando a un hombre que nunca me quiso, dando todo por una familia que no era la mía, viviendo en una mentira tan grande, de la cual no me es posible salir, muriendo de a poco y llevándome conmigo el mayor secreto de amor.
Siendo una mera sustituta, sin llegar a poseer nada en realidad, atada a lo que el destino caprichoso quiera llevarla, ocultado su verdadera yo, ¿Podrá alguna vez ser libre y amar en realidad?
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Capitulo XXIV Salida en familia
Samuel
Pasar parte de mañana con Amanda fue toda una aventura, es tan ocurrente y alocada, solo estaba haciendo tiempo para que sus papás no la regañaran y razón tenían pues ella no puede tomar alcohol, Amanda fue al patio a jugar con Mili y sin querer escuché su conversación, esa pequeña es tan inteligente que orgulloso me siento que me considere su papá, me acerque, las dejé solas, ya que necesitaban estar solas un tiempo, llegó la hora del almuerzo y nos sentamos a la mesa.
Samuel: pequeña Mili te tengo una propuesta.
Milagros: dígame señor doctor.
Samuel: que te parece si salimos a pasear con mamá?
Milagros: por mí no hay problema, pero debemos pedir permiso a mis abuelos pues mamá está castigada.
Todos empezamos a reírnos de las ocurrencias de Mili, está niña siempre sale con esas cosas.
Milagros: abuelo Alfonso le otorgara el permiso a mamá de salir con Samuel y conmigo?
Alfonso: si usted me lo pide con gusto le doy el permiso.
Natalia: pequeña termina tu almuerzo y salen más tarde mamá y papá tienen que descansar un rato.
Milagros: muy bien abuela.
La pequeña Milagros realmente es un milagro para mi vida, está niña es mi alegría y aunque no soy su padre biológico, si soy su padre de corazón y la amo como si llevará mi sangre, haré todo lo posible por su felicidad.
Amanda y yo nos fuimos a descansar la noche anterior fue bastante pesada y nuestros cuerpos ya no podían más.
Amanda: descansa, ahora nos vemos.
Samuel: también descansa.
Cerramos las puertas de nuestros cuartos, la verdad quería correr a ella y dormir juntos como anoche, que tortura tan grande era tenerla cerca y no poder tocarla, me acosté pensando en la noche tan alocada que tuvimos y así me quedé dormido.
Desperté a eso de las cuatro de la tarde, me alisté y salí en busca de Amanda y Milagros, ya ellas estaban listas así que no perdimos el tiempo y nos fuimos de paseo, llegamos a un centro comercial, visitamos las tiendas y compramos algunas cosas para Mili, en un descuido de ellas entre en una joyería y le compré a Amanda un brazalete que me recordó a ella, así de sencillo y valioso al mismo tiempo, después de hacer la compra volví con ellas, ya estaban sentadas en un restaurante ubicado dentro del centro comercial.
Amanda: donde estabas, te estuvimos buscando.
Samuel: ya me extrañabas?
Amanda: siempre te extraño, acaso no es obvio?
Samuel: si sé que no puedes vivir sin mí y por eso te compre esto, así a donde quieras que vayas me llevarás contigo.
Amanda: está bellísimo, me encanta, ten ponmelo tu mismo.
Samuel: te queda muy bien, espero y cada vez que lo veas me recuerdes.
Amanda: no necesito verlo para recordarte, siempre te llevo presente.
Milagros: ustedes dos parecen enamorados, ya casense y me hacen muy feliz.
Samuel: mi querida Amanda, te casarias conmigo.
Amanda: claro que sí, sería un honor para mí ser tu esposa.
Milagros: ya se los creí, mejor no jueguen y pidamos una pizza.
Amanda: jajaja mi pequeña nadie la engaña.
Samuel: es igualita de inteligente que yo.
Milagros: claro eres mi papá, a quien más me voy a parecer.
Hicimos nuestro pedido y comimos entre juegos e interpretaciones, como quisiera que esa propuesta fuese verdad.
Amanda
Esta salida ha sido muy refrescante, nos hemos reído a más no poder y el regalo que me hizo Samuel me encantó esta pulsera nunca me la voy a quitar, lástima que el día llegaba a su fin y la cenicienta estaba por convertirse en calabaza.
Samuel: es hora de irse a casa.
Milagros: no, no quiero.
Amanda: amor ya es tarde y mañana tenemos trabajo, además mañana es tu primer día de colegio, acaso no te emociona.
Milagros: no, no me emociona, solo me sentiré feliz si los dos me llevan al colegio.
Samuel: yo con gusto te llevo, así las presumo a las dos.
Amanda: como que nos presumes?
Samuel: obvio todos sentirán envía al verme llegar con dos hermosuras como ustedes.
Amanda: jajaja si tú lo dices, bueno ahora vamos a casa, mañana nos espera un largo día.
Salimos del centro comercial, sin imaginarnos el peligro que nos asechaba, los días de paz estaban por terminar.