Soy La Esposa Del Gran General

Marianela: señora le ha llegado una entrega de una modista - al escuchar eso me emociono mucho y me acerco al enorme baúl - ¿puedo saber que es? - yo asiento

Elizabeth: gracias por traerlos - les digo a los dos hombres que ayudaron a Marianela a subir el baúl hasta mi habitación una vez que se fueron yo cierro la puerta con seguro - esto que está aqui es mi salvación - digo para abrir el baúl

Marianela: ¿que es esto?

Elizabeth: es ropa interior - digo mirando que la modista me confeccionó bastantes - la ropa que ustedes usan es muy incómoda así que mandé hacer está para mí - tomo un conjunto - no te parece perfecta?

Marianela: no sé cómo decirlo, pero el general está de acuerdo con esto - yo me siento en la cama, ya que desde la visita de la mustia y de mi padre; el se fue a una misión y pues ya ha pasado una semana y no ha vuelto

Elizabeth: creo que no le molestará siempre y cuando no salga de esta habitación vistiendo esto o dejo que ningún otro hombre me vea no le estaré fallando como buena señorita - en verdad que he leído ese libro varias veces para no olvidar nada, ya que no soy alguien muy culta - ven ayúdame a acomodar esto en las gavetas - ella asiente y así fue que pasamos la tarde acomodando la ropa interior que me había comprado del dinero del general claramente deseaba darle un gran golpe cuando revisara sus finanzas al volver

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Javier: general ¿Cuánto tiempo estaremos matando bandidos? Ya hemos recorrido dos pueblos los hombres están cansados

Nathan: entonces descansemos para continuar

Javier: ¿acaso tubo una discusión con su esposa? Ella estos días se veía que estaba aceptándolo ahora dígame qué sucedió

Nathan: no es nada de eso

Javier: vamos general aquí todos sabemos lo que le costó que el rey le diera a la princesa como esposa y también sabemos lo que le costó que ella dejara de querer suicidarse cada que tenía oportunidad al llegar a la casa

X: o la vez que se escapó con la intención de encontrarse con él duque Sheila

Nathan: no me recuerden eso - dice molesto - yo pensaba que estaba abriendo su corazon, pero hace unos días se atrevió a decir que buscaría a alguien que le diera calor por las noches no me tiene ni un poco de respeto

Javier: no se le pasó por la cabeza que ella estaba insinuando para que usted sea el que le de calor

Nathan: todos aquí saben que ella solo tiene ojos para la basura del duque

X: eso no es del todo cierto, desde hace rato que la señora dejo de hablar de ese hombre Marianela me cuenta que ahora solo habla de la comida, que desea conocer más el pueblo y de lo insoportable que es el general

Nathan: no te pases Jorge

Jorge: solo utilizo las mismas palabras usadas por la señora

Javier: creo que deberíamos volver y usted debe de conversar con ella

Nathan: bien regresemos - se escuchan los sonidos de alivio de todos los guardias al saber que por fin podrán volver a dormir cómodamente

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Estaba al frente del espejo arreglando mi tocado y viendo que todo este en su lugar

Marianela: ¿a dónde vamos señora? - me pregunta mientras acomoda mi vestido

Elizabeth: solo daremos una vuelta a todo el territorio - está asiente y comienzo a caminar fuera de la habitación. El territorio del general es enorme así que deseo conocerlo todo o bueno tanto como pueda

Marianela: oh mire señora el lago es uno de los más hermosos en todo el territorio - yo lo veo y me doy cuenta que es cierto así que me acerco un poco y mojo mis pies estaba en el eso cuando escucho un fuerte grito llamandome

X: Elizabeth - alzó mi rostro y veo a un hombre rubio llamándome atravez de las rejas que rodean el territorio del general

Marianela: ¿quien es?

Elizabeth: no tengo idea

Marianela: Silvia llama a los guardias - se ve como el hombre comienza a subir en el lomo de su caballo y luego pararse encima y así brincar las enormes rejas - corre - le dice a la chica y este se va corriendo a llamar a alguien - señora creo que nosotros deberíamos de regresar a la casa y así evitar que ese hombre se nos acerque - yo tomo su palabra, ya que veo como ese hombre empieza a correr como loco hacia donde estamos

Elizabeth: creo que es lo mejor - digo para comenzar a correr dejando mis zapatos en la orilla del lago, pero no llego muy lejos porque el hombre me toma por la espalda y hace que demos vueltas por el césped

X: te tengo - dice riendo para luego tomar mi rostro y plantarme un beso (este hombre acaba de robar mi primer beso?) yo lo empujó, pero el está muy pesado

Elizabeth: alejate de mi - Marianela se acerca y lo golpea

Marianela: deje a la señora tranquila

X: Elizabeth soy yo Victor tu Victor - me dice como si con eso lo que está haciendo se me olvidaría

Elizabeth: no me interesa quien es. Yo soy una mujer casada así que quitese de encima -

Victor: está bien - el se da la vuelta conmigo en brazos y ahora soy yo quien está encima de él - te he complacido - que le dieron de comer a este chico que hizo que creciera tan poco listo

Nathan: esto es una escena interesante - alzó mi rostro y veo a Nathan Javier y otro guardia a su lado

Marianela: general ese hombre está acosando a la señora - la mirada que me dirige Nathan hace que me de un pequeño dolor en el pecho

Victor: general acepté su derrota y deje que me lleve a Eli conmigo ella jamás lo amara - dice poniéndose de pie y luego tomando mi mano yo me alejo de él y me pongo detrás de Nathan - Eli

Elizabeth: llevo rato diciéndole que estoy casada y que no lo conozco entonces por qué cree que me iré con usted?

Nathan: que no lo conoces? - me pregunta Nathan sorprendido

Elizabeth: no, es mi primera vez que lo veo brinco la cerca y se abalanzó hacia a mí

Marianela: si yo lo confirmo la señora y yo tratamos de huir pero ese hombre fue más rápido, pero que bueno que llegaron

Victor: Eli como es que no sabes quién...- cuando yo ví que ese loco se trató de acercar a mi yo instintivamente me escondo en la espalda de Nathan

Nathan: saquenlo de aquí - dice con una voz tenebrosa se voltea a verme y levanta mi rostro - ¿en serio no sabes quién es?

Elizabeth: te lo juro es la primera vez que lo veo - Nathan me queda viendo fijamente a los ojos para luego asentir y llevarme dentro de la casa