¿Qué sucede cuando la mafia y el romance se juntan? Bastian es un bravucón de corazón frío que esconde un deseo particular: quiere amar de verdad. La vida le sonríe cuando Nadir aparece en la preparatoria como el estudiante nuevo y ambos se embarcarán en una relación bastante curiosa.
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7
Camino por la banqueta, estoy a una cuadra de llegar a mi casa. Suena Nostalgic Feel de Bedroom a través de mis oídos.
¿Por qué siento que algo está por acontecer? ¿Por qué tengo ganas de volver a mi antigua casa? Mamá se casó hace dos meses con Gilberto, es un buen hombre y ahora nos mudamos a su casa. ¡Un nuevo comienzo para todos! Vivir en un fraccionamiento exclusivo me hace sentir más en una jaula. ¡Aquí no conozco mucho! Tendré que hacerme a la idea de abrir la jaula.
El cielo está azul, el viento es fresco y me siento despreocupado.
Subo los escalones que conducen a la entrada principal. Los autos no están estacionados, mamá y Gilberto han ido a trabajar. Saco la llave de mi casa, inserto en la cerradura y...
Siento que toma mi muñeca. Me giro a verlo, ojos oscuros me observan con fijeza, me quita un auricular.
—¡Con razón no me escuchas! Los traes a todo volumen.
—¿Escucharte?
—Te pite el claxon varias veces.
—¡Ah! Vengo en mi mundo.
Su auto está estacionado frente a mi casa.
—¿Te unirás a Alma Romance?
—¿Tanto interés tienes en eso?
Suelta mi muñeca, yo termino de abrir la puerta.
—¿Qué harás esta tarde?
—Tarea. ¿Y tú?
—¿Puedo hacerte compañía?
Su mirada fría, esas pupilas clavadas a las mías y sus brazos con venas marcadas. ¿Debía dejarlo entrar a mi casa?
—Supongo que sí.
—Iré a estacionar mi auto. Vuelvo enseguida.
Mientras el se va, yo aprovecho para avisarle a Gilberto.
—El vecino es mi compañero de clase, ¿puede venir a la casa a hacer tarea?
—Claro. Bastian es un buen muchacho. ¡Es mi sobrino!
—¿Tu sobrino?
—Sí. No hay problema en que esté contigo, tu compañía le hará bien.
Voy a la cocina a tomar un poco de agua. ¡No puedo creer lo que acabo de descubrir! El timbre suena y sé que él ha llegado.
—Pasa, bienvenido —le invitó a entrar.
Cierro la puerta. Bastian parece observar con admiración.
—Gilberto hizo redecorar la casa.
—Sí, tomo en cuenta el gusto de mi madre.
—¿Cómo te has sentido aquí? ¿Te gusta?
¿Por qué su tono de voz y su serenidad me daban la impresión de que aquí él ya no era el gánster de la escuela?
—Estoy acostumbrándome aún, es un nuevo inicio.
—Creo que es bueno que yo esté en tu inicio aquí.
—Descubrí que eres sobrino de Gilberto.
—¿Te lo dijo?
—Sí. Le avisé que vendrías.
Mueve ligeramente sus cejas, no sonríe, sus labios son neutros.
—¿Dijo algo más sobre mí?
—Que mi compañía te haría bien.
—¿Crees que soy muy insistente contigo?
—No. Bueno. No sé si insistente seria la palabra. Creo que aún no nos conocemos lo suficiente como para saber qué palabra usar.
—¿No me tienes miedo?
—La neta no y no sé, ¿por qué me preguntas eso?
—Es que tú si me das miedo.
Eso me saca un poco de onda. ¿Causarle miedo al jefe de Mafia Gris? ¡Pasmado quedé!
—¿Por qué te doy miedo?
Sin dejar de mirarme, se acerca más a mí. Sus pasos lo conducen a una cercanía conmigo y cuando él abre los labios mi respiración se detiene.
