SÁLVAME

Los días no pasaron sin contra tiempo, bueno, una que otra discusión de Valentina y Javier, pero nada del otro mundo, pues a pesar de sus discusiones ellos se las llevaban bien.

Así llego el día del viaje de Fernando, ese viaje que lo tenía lleno de miedo, pues temía que al irse, no pudiera regresar al lado de su hija.

…

Valentina.

Mi vida, las dos últimas semanas se han basado en ir a la universidad, regresar a casa, tener mis terapias y hacer los trabajo. Ha sido todo muy tranquilo, tan tranquilo que da miedo, hoy mi padre sé irá de viaje, un viaje que será largo por lo que me contó, ya que abrirá una sucursal de la empresa en los Ángeles.

No les voy a negar que me entristece saber que estaremos separados por tanto tiempo, pero sé que todo es por el bien de la empresa, con eso en mente me despido del él.

Pero una extraña sensación se apodera de mi pecho, no sé cómo explicarlo, pero no quería despedirme de él, deseaba aferrarme a el para que no se fuera.

_ No llores, mi princesa, te prometo que volveré.- me dijo mi padre al tiempo que limpiaba mis lágrimas, esas mismas que no sabía que habían empezado a salir.

_ Lo sé.- le dije.

Él me dio un fuerte abrazo, y eso empeora la situación, pues sentí que no lo volvería a ver.

_ Hermana, no crees que exagera, no es la primera vez que papá se va de viaje.- dijo la estúpida de Sara.

No le conteste nada, pues no tenía ánimo que discutir con ella, y en el fondo sentía que ella tenía razón.

_ Cuídate mucho, por favor llámame todos los días.- le dije desde lejos y él asintió.

Él subió al coche en compañía de William y se despido con su mano, su mirada estaba llena de tristeza, al perecer a él, también le constaba mucho despedirse mi. Yo me quedé ahí en la entrada hasta que vi como su coche desapareció con la distancia.

Después ingrese a casa, las dos brujas conversaban de un nuevo bolso que saldría pronto, así que las ignore y me fui directo a mi habitación a terminar un trabajo que debía entregar el día después, pero no logre avanzar mucho, ya que esa extraña sensación no desaprecia de mi pecho.

_ Debo terminar.- me diga a mí misma.

Tratando de sacar de mi pecho esa horrible sensación de vacío.

…

Dos días más pasaron y el día de la operación había llegado, Fernando estaba acostado en una camilla lista para ingresar a la sala de operaciones, por su mente pasaban muchas cosas y una de ella era la posibilidad de no salir con vida.

_ Deja de pensar en eso.- le dijo Miller.

_ Como sabes en qué estoy pensado.- pregunto Fernando con su mirada fija en el techo.

Tu cara lo dice todos, así que saca eso de tu cabeza, saldrás bien.- Miller se acercó a él. Sabes por qué lo sé.

_ ¿Por qué? Pregunto Fernando.

_ Por Selena no dejará que dejes sola a su hija, así que sé positivo.- finalizo Miller.

Fernando sonrió al escuchar a su amigo, pues sus palabras lo llenaron de motivación.

_ Cariño, deseo tanto volver a verte, pero por favor espérame algunos años más, sabes que debo cuidar de nuestra princesa.- dijo Fernando en su mente.

Fernando fue ingresado a la sala de cirugía, la cual duraría cerca de seis horas, con una probabilidad de éxito del sesenta por ciento.

En la recepción de la clínica, un hombre haciéndose pasar por visitante aprovechaba el descuido de una de las enfermeras para robar el informe de Fernando.

_ Llamas muy pronto, qué información me tienes.- dijo Carmina.

_ Señora, el señor Carvajal, ha sido ingresado a cirugía.- le informo el sujeto.

¿Qué?.- grito ella del otro lado del teléfono. Que ha pasado.

_ Según el informe, se trata de un tumor cerebral.- dijo el hombre.

_ ¿Que tan grave es? - pregunto nuevamente Carmina.

_ La verdad, muy grave, señora, la cirugía tiene una tasa de éxito de un sesenta por ciento, con una alta probabilidad de quedar en coma.- el sujeto que informo cada detalle a Carmina.

_ Bien, mantenme al tanto de todo.- finalizó ella.

Carmina no podía creer lo que le habían informado, pies ella vio algún indicio de que Fernando estuviera enfermo. Ella colgó la llamada una vez que le dio las indicaciones al hombre que había enviado a vigilar a Fernando.

_ ¿Qué pasa mamá? - preguntó Sara al ver la cara de preocupación de su madre.

_ No me equivoque al pensar que algo raro estaba pasando con Fernando, tantas cosas pasaron por mi cabeza menos que estuviera enfermo.- dijo la mujer dejándose acre en la cama.

_ De que habla, que tiene papá.- pregunto Sara.

_ Fernando está siendo operado, tiene un tumor en su cabeza.- le contó.

¿Qué?- grito Sara. Debemos hablar con Valentina e ir con él.- dijo Sara encaminando sé a la salida de la habitación.

_ Detente.- le grito Carmina.

Sara se giró y la miro sin entender, pues lo correcto era ir para estar con él.

_ No te das cuenta de que esta es nuestra oportunidad, si Fernando no sale de esa cirugía todo esto pasaría a ser de nosotras.- Carmina la tomo de la mano y la llevo hasta la cama en donde se sentaron una al lado de la otra.

_ Pero mamá, se trata de papá, si él.- Sara estaba llena de preocupación, pero Carmina no la dejo hablar.

_ Él, no es tu padre, date cuenta como se comportaba con esa lisiada mientras que tú solo observabas.- la regaño.

_ Pero eso no borra lo bueno que ha sido conmigo, mamá, por favor solo piénsalo, si él no se hubiese fijado en ti, aún seguiríamos llevando esa vida que tanto odiamos.- Sara, quería que su madre entrara en razón, pero Carmina no la escucharía.

_ Nada de eso, esta es una oportunidad que no debemos perder, así que actúa como si no supiéramos nada, solo esperemos que él no salga vivo de esa sala de operación y si sale que quede en coma.- dijo la mujer, saliendo de la habitación, dejando a su hija sorprendida de su pensar.