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Un Caballero Atrevido

Un Caballero Atrevido

Status: En proceso
Genre:Apoyo mutuo / Pareja destinada / Amor eterno / Triángulo amoroso / Colegial dulce amor
Popularitas:27k
Nilai: 5
nombre de autor: Álvaro Castro

Sus sentimientos, mi más preciada posesión.
Su cuerpo, mi más grande adicción.


¿Que tipo de hombre prefieren las chicas? ¿un caballero? ¿un atrevido?, o la combianación de ambos.

**


Andrew, Valeria, Carla y Marcos, tienen algo en común: una buena amistad. Cada uno tiene sus propios estándares y distintos puntos de vista, pero eso no les ha impedido fraternizar hasta forjar lazos inquebrantables. Sin embargo, esos lazos se ven vulnerados cuando surgen sentimientos más profundos e intensos que la amistad.

Esto nos lleva a una serie de dramas que viven cada uno de ellos donde deben averiguar como lidiar con la situación. Pero también deben lidiar con varios factores externos donde la tentación jugará un papel crucial.

Huir parece complicado. O a lo mejor entregarse a lo que sienten es el camino. Sea cual sea la decisión que tomen las cosas ya no serán igual.

NovelToon tiene autorización de Álvaro Castro para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capitulo 23

CARLA.

Aquella misma tarde, Carla Barzini rebuscaba algún vestido en su armario para ponerse, quería lucir bella y sensual, pero a la vez elegante, como la diva que era. Sacó un trío; un vestido morado casi parecido al que tenía su madre, uno negro en el que tenía una abertura por un costado, y uno blanco de cola larga. Todos le gustaban, eran sus tres mejores vestidos, los que su madre le diseño exclusivamente para ella. Se tapó los ojos con una pañoleta, y cambió sin ver las posiciones de los vestidos, luego se reincorporó e inspiró y después fue soltando el aire despacio por su boca.

—De tin marin de do pingüe...

Comenzó a decir a modo de elegir al azar la prenda.

—Yo no fui, fue teté— finalizó.

Sus manos quedaron sobre uno de los vestidos y cuando se soltó la pañoleta se dio cuenta de que el elegido fue el negro. La chica agraciada se alegró por ello, el negro siempre la hacía ver más regia y hermosa. Así que guardó los vestidos descartados y únicamente dejó el que tenía la abertura.

Se quitó su albornoz y quedó solo con su lencería de encaje, que de hecho era también negro. Y empezó a vestirse.

Se miró en el espejo largo que tocaba al suelo y que reflejaba todo cuanto medía, observaba mejor su figura y se probaba mejor las prendas.

Después de maquillarse, ya solo faltaba la cereza para que el postre fuera mejor, y eso eran unos pendientes de un azul turquí como el agua en el corazón del océano, y es que eran ni más ni menos que dos piedras de zafiro, y eran suyos, regalo de Jacob para ella.

Los pendientes le colgaban estupendamente en sus pequeñas orejas. Sus pestañas resaltaban bastante, y el rubor de sus mejillas estaba perfecto. Se veía espectacular.

Giro media vuelta sobre su eje, y se sonrojo, parecía una modelo. Se sentía contenta con lo que veía. Esa era ella, la verdadera Carlota Barzini.

Agarro su bolsito, ese que siempre llevaba para ocasiones especiales y abandonó su recámara.

—Carla, cariño, un momento — la voz de su madre le convino a detenerse—. ¿A dónde vas tan arreglada?

El acento marcado de Bianca era notable, se veía en verdad que provenían del país en forma de bota, Italia.

—Al ribiero, vamos a festejar el cumpleaños de Val allí— anunció, ya mirando a su madre como lo hacía cada vez que quería que le diera permiso.

—Oh, vaya— atinó a decir Bianca.

Carla se dio cuenta de algo, su madre vestía elegante, de gala para ser preciso ¿Acaso pretendía salir también? Pero no sabía si venía o iba.

—Esperaba que hoy te quedarás en casa cuidando a tu hermanita Aisha, ya que Magalí está descansando — dijo su madre—. Tengo una cena de negocios.

A Carla siempre le pareció peculiar la forma en que decía "cena de negocios", es posible que sea una mala traducción o solo que su madre era una adicta al trabajo, y que para ella todo era negocio y negocio.

—Lo siento, mamá, pero no puedo, es el cumpleaños de mi mejor amiga...— dejó la frase inacabada, flotando en el aire.

—Lo comprendo, figlia, y no te diría que no. Sé lo importante que es Valeria para ti.

—Aisha va a estar bien, es una niña muy lista y ya está grandecita, pero para que estés tranquila... prometo venir temprano— propuso resignada.

—De acuerdo, mi niña— las facciones faciales de Bianca se contrajeron en una expresión alegre.

—Sí, mamá— repitió Carla.

El pitido proveniente de afuera de una moto le anunció que debía partir.

—Marcos ya vino por mí, nos vemos mamá, te amo.

Se apresuró a salir de su casa a encontrarse con el chico que tenía su mundo de cabezas, literalmente.

Al verlo en su moto le gustó lo bien arreglado que estaba con su traje oscuro, atuendo que hacía juego con el de ella. No llevaba casco, por lo que el cabello estaba peinado en una llama hacia la izquierda dejando unos flecos en la frente, el chico seguía sus movimientos, embelesado con su apariencia.

—Dios, que guapa te ves— atinó a decir cuando ella se hubo acercado lo suficiente.

—Para ti, mi amor — dijo Carla con un tono atrevido—. Tú también te ves muy guapo.

Marcos ladeo la cabeza a un lado y sonrío con picardía.

—Me abstendré a comer nada, para tener mucha hambre y comerte con ganas.

Como le gustaba cuando le decían esas burradas, le calentaba como pan al horno. Pero no estaba en papel de comportarse como fulana, en la calle cuando vestía de esa forma era una dama, regia y apoteósica. Y solo en la cama era una diabla.

Sin embargo, no le negó un apasionado beso.

Luego subió de lado y se agarró de la cintura de él.

—Nos vamos— dijo Marcos, arrancando la moto.

Las ruedas resonaron en el asfalto y salieron impulsados hacia adelante.

...***...

Todos sus amigos ya estaban allí cuando llegaron al ribiero dando a entender que fueron los últimos.

Era una noche especial, la luna menguante engalanaba la velada, y cada uno se había puesto su mejor vestimenta para la ocasión.

Después de saludar a cada uno, se posó enfrente de la cumpleañera.

—Val...— realizo una pausa para admirar arriba y abajo a su mejor amiga—. Que bellísima te ves.

—¡Tú también lo estás!— la alardeo.

—Mejor amiga,! Feliz cumpleaños!— dijo y omitió el glamour para darle un afectuoso abrazo fraternal.

—Oh, Dios... gracias, Carly— consiguió decir Valeria, casi sin aire y por el sorpresivo gesto.

—Ahora te puedes considerar que eres mayor que yo— gruñó Carla Barzini—. Aunque bueno, solo sean cuatro meses de diferencia.

—Que va, no me digas "mayor" me hace sentir una viejita— replicó su mejor amiga.

Ambas se gozaron el momento, Carla siempre consideraba a Valeria como su hermana, alguien tan cercana a ella. Cuando se enteró del rollo que tuvo con su hermano se imaginó como sería si ella fuera su cuñada, serian de alguna forma familia, pero a Valeria nunca le llamó la atención. En vez de eso, Sara Bullock tomó ese puesto. Que ahora que lo pensaba no se encontraba entre ellos, supuso que debería de estar con Rodrigo entrepiernada justo en este momento. Pero sin duda Sara no ocuparía el lugar que Valeria tenía en su infame corazón.

Carlota le hizo una seña a Marcos para que se acercase, y este como si fuese una orden lo hizo. Solo al sacar del bolsillo de su hombre una caja diminuta se revelaría el acto.

—Es nuestro regalo— se lo ofreció a Valeria—. Ábrelo— dijo cuando ella lo había recibido.

Valeria obedeció con muchísima curiosidad y se halló una cadena bañada en oro de 18 quilates, una media luna hacía de dije.

—Guau, es precioso ¡Muchísimas gracias, amigos! — expresó.

—Gírate, princesa— le dijo Carla.

Retiró la cadenita y se la puso alrededor de su delgado cuello.

—Te luce perfecta.

Valeria realiza una de sus típicas sonrisas—. Me encanta.

Todos entraron al restaurante y se sentaron en la mesa reservada. Carla se enteró que quien lo había hecho fue Andrew, ni más ni menos, y que lo había reservado días antes.

La mesa era larga y estaba armada especialmente para un grupo numeroso, para ellos, por supuesto.

Primero les llevaron aperitivos como entrada. Una botella de la mejor champaña, y algo para picar.

—Chicos, si son tan amables de prestar atención. Quiero decir unas palabras— manifestó Andrew, levantándose de su asiento, mientras sostenía una copa llena—. Esta noche celebramos una fecha especial para alguien muy especial para todos nosotros, y muy importante para mí, me siento dichoso por haber conocido a una chica tan increíblemente excepcional y brillante como ella, por eso, propongo un brindis para Valeria Castañeda, que cumplas muchos años más.

Tanto Carla como los demás presentes alzaron sus copas al centro.

—Por Valeria— dijeron al unísono.

Las copas rechinaron en un golpe seco concluyendo el brindis. Y se zamparon el contenido espumoso.

Después de unos minutos vio llegar a su cuñada, la que faltaba; Sara se aproximaba a ellos, y su hermano la seguía al lado. No pudo negar lo bien que se veían juntos. Lucían de gala, Sara vestía un vestido largo en azul marino y Rodrigo un esmoquin gris con una pajarilla.

—Disculpen la demora, esperamos no haber llegado demasiado tarde — se excusó Sara.

—Para nada, llegan a tiempo para la cena principal — dijo Valeria amablemente.

La muchacha se situó a la par que la cumpleañera, y su hermano la siguió detrás interponiéndose entre Valeria y Andrew.

—¡Feliz cumpleaños, amiga! — gritó en un tono dulce, a comparación con su mejor amiga, Sara parecía más aniñada—. Te trajimos un obsequio con mucho aprecio ¿se lo das amor? — dijo dirigiéndose a Rodrigo.

—Por supuesto, aquí tienes cumpleañera, bienvenida a los veinte — sacó una cajita parecida a la que le regaló.

"Más joyas" pensó divertida.

—¡Gracias, a los dos!— expresó Valeria.

Ambos asintieron y luego se tomaron asiento.

La noche prosiguió a ritmo jovial y agradable.

...***...

Más de noche, cuando el reloj daban las once en punto, Carla había llegado en la moto de Marcos, le había dicho que debía cuidar a su hermana en lo que restaba de noche y se lamentaba no poder acabar la noche como habría deseado.

—No te preocupes, caramelo, hay más noches — le dijo él antes de darle un buen beso.

La velada de todas formas había acabado a las diez, conocía a Valeria y sabía bien que a ella le importaba más compartir con sus amigos en un restaurante que en una parranda. Y no estuvo nada mal, había sido genial, una ocasión meritoria de recordar, la comida estuco deliciosa, hubo el toque perfecto de alcohol, y todos lo disfrutaron.

Ahora tenía que cumplir la promesa que le hizo a su madre.

—¿Quieres que te haga compañía?— inquirió Marcos.

La idea le resultaba tentadora, pero estaba su hermana en casa, no le parecía apropiado, si las cosas se caldeaban.

—Me gustaría, pero debo declinar jovencito. Mi hermana requiere toda mi atención — dijo a modo de provocarlo.

Marcos se pasó la lengua, remojando sus labios —. Pues me puedo quedar aquí hasta que Aisha se duerma y luego ya sabes, nos escabullimos en tu cuarto y probamos el postre.

Esta vez le tocó a ella morderse el labio. Como le ponía los vellos de punta lo que le decía, lograba ponerla a mil.

—Eso suena muy delicioso, pero ya lo conversamos, amor.

Él gruñó —. Sí— dijo resignado —. Solo quería ver si caías.

—Bobo— bufó ella.

—Pero entonces ven acá.

La atrajo hacia él y la besó. Movían sus lenguas en un ritmo vertiginoso, se saboreaban y se aventuraban, la mano de él agarraba su culo y lo apretaba por encima de la tela de su vestido. Carla percibía el fuerte olor de su perfume que embriagaba su ya descontrolado ser, era un estallido de feromonas de parte y parte, los besos cargados de pasión y las caricias de perversión, por las ganas contenidas.

—Tengo que entrar— musito ella pegada a centímetros de su cara.

—Solo un minuto más— suplicó él.

Volvieron a juntar sus labios jugar con sus bocas. Carla hubiera roto su promesa e ido con él a algún lugar y saciarse con lo que le ofrecía él. Pero con el beso calenturiento bastaba por una noche, solo una noche, luego podían terminar lo que empezaron, no obstante, tardaron más de un minuto.

—Te veré mañana— dijo ella.

—Que descanses— respondió Marcos, sus labios tenían rojo por el bálsamo.

—Te amo— le dijo cuando abría la puerta para entrar.

—Y yo a ti.

Al momento cuando la puerta se cerró se recostó sobre la misma y suspiró. Su cuerpo vibraba, no necesitaba un estetoscopio para oír los latidos.

Cuando consiguió desperezarse de su musa siguió a la sala de estar.

—¿Aisha?— llamó a su hermanita para ver si seguía despierta.

Efectivamente, fue así como lo suponía, pues la pequeña apareció desde el cinema.

—Aquí estoy— dijo inocente.

—¡Todavía despierta!

Asiha solo se encogió de hombros.

—¿Ya te lavaste los dientes?

—No— contestó su hermanita agitando la cabeza.

—¿Y qué esperas? Ya es hora de dormir, sube y lávate los dientes y luego ponte el pijama— ordenó, agarrando el control para apagar el televisor.

—Pero, Carla— protestó Aisha.

—Pero nada, obedece.

La niña se resignó e hizo caso al fin y al cabo la respetaba mucho, era como su segunda madre, puesto a que la madre de ambas casi tenía tiempo.

—Ah, hermanita, antes de que se me olvide— dijo Aisha, cuando ya empezaba a subir las escaleras—. Llegó una carta, según leí afuera supe que es para ti.

—¿Una carta?— repitió.

—La puse sobre la mesita— apuntó su manito hacia el cinema.

A Carla se le encendieron todas las alarmas en la cabeza. Se preguntaba cómo habría llegado una carta y su hermanita se dio cuenta, ya que bien había un buzón para ello.

—Aisha ¿Puedes decirme como recibiste la carta? — cayó en la cuenta de otra cosa —. ¡¿Y por qué abres la puerta estando a solas?!

—No me regañes — puso pucheros—. Solo oí que tocaron la puerta, algo extraño, ya que siempre tocan el timbre, y cuando salí a ver no había nadie salvo una carta en el suelo.

—Está bien, por favor, haz lo que te dije— le pidió con voz firme, para que no notará su nerviosismo.

Su hermana menor subió y la dejó a solas, con aquella carta.

Y tal cual, decía su nombre en el destinatario.

Rasgó la solapa del sobre y sacó su contenido.

Solo para hallar una frase compuesta escrita en puño y letra que reconoció a quien le pertenecía, que la hizo tambalearse.

..."Te veo atentamente, sabes que solo eres mía."...

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Vane Quiroga
aaaah dios llevo 29 capitulos ni siquiera se an besado son terrible nisiquiera una minima insinuacion para empezar ...una algo?? ponele pimienta estos dos 🤔🤔🤔 activale el fuegoo❤️‍🔥❤️‍🔥❤️‍🔥
Alvaro Castro: /Shhh//Shhh/.... fueguito, en camino 🔥
total 1 replies
Doris almaris Barrios moreno
me molesta que ahora todas las hitoria las dejan en continuaran si no tienen tiempo no se pongan a escribir pero nohagan eso
Alvaro Castro: Haré lo posible por terminar la novela lo más pronto posible, gracias por tu opinión🤞✨️
total 1 replies
Liliana Montes
Excelente
Elba Noguera
jacob
Doris almaris Barrios moreno
El esta enamorado de la Amiga y ella de el u no lo saben
Doris almaris Barrios moreno
Hola nadie nace aprendido se aprende con la practica
Nora Ezquerra Llamas
perdón y acá termino la novela?
Nora Ezquerra Llamas
hermoso y tierno capitulo ,claro que sí nuestras mascotas son hijos 😍
Nora Ezquerra Llamas
deseo que Marcos no se desilusione
Nora Ezquerra Llamas
va tomando lindo rumbo me gusta
Nora Ezquerra Llamas
Me imagino la escena es muy de amigos y tan bien relatada que yo lo viví este cap ,bien muy bien 👏👏
Vane Quiroga
q lento q va estos dos ni minimo acercamiento..
😄😄😄
confirmo
😄😄😄
genial
😄😄😄
lo ame mi historia favorita es muy entretenida
Maria Consuelo Rodriguez Berriz: sí me gusta 😍😊
total 1 replies
😄😄😄
/Hey//Hey//Hey/

me encanta
😄😄😄
me encanta tu trabajo sigue así
😄😄😄
me encanta los protagonistas de la serie /Smile/ es muy interesante
😄😄😄
yo solo te diré que te sigas esforzando amo tus historias sigue así autor
😄😄😄
interesante historia seguiré leyendo
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