Kael Walton no fue criado, fue forjado, desde niño conoció más el frío del abandono que el calor de una familia. A los quince años quedó huérfano, y su refugio fueron las calles, los trabajos mal pagados, y los silencios largos que solo entienden los que han sobrevivido más de lo que han vivido.
El ejército le dio estructura, disciplina, y una nueva identidad: soldado, protector, fantasma. A los 25 años, pensó que había encontrado la única guerra que valía la pena luchar: el amor. Pero la felicidad duró poco. Su esposa fue asesinada por un mafioso al que todos temían, excepto Kael. Desde entonces, el amor quedó enterrado junto a ella.
Años después, en medio de una misión de venganza donde logran su cometido, cuando al fin reina la paz para el solo era el inicio de un caos y encanto, llamado Nadia Drake.
Podrá Nidia Alojarse en el corazón de Kael?
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Capítulo 23
... NOTICIAS Y ARMANDO SEGURIDAD...
Era una mañana tranquila, demasiado tranquila para el pulso acelerado con el que Kael despertó.
Desde hacía días sentía que algo se movía en las sombras. Una amenaza silenciosa, sutil… el tipo de amenaza que no deja rastros, pero deja cicatrices.
Nadia seguía dormida a su lado, su cabello desordenado en la almohada, su respiración pausada, su rostro sereno, Kael la observó por largos minutos, deseando poder quedarse ahí para siempre.
Pero el teléfono vibró en la mesa de noche, un mensaje encriptado.
Jack: “Movimiento, abre la laptop, urgente.”
Kael se levantó sin hacer ruido y fue directo al despacho. En la pantalla, Jack lo esperaba con una expresión que no había visto en él en años: preocupación real.
—Tenemos un problema — dijo sin rodeos —. Luca movió una ficha inesperada.
—¿Qué tipo de ficha?
Jack cambió la pantalla y abrió una carpeta con el nombre de "Drake – Archivos filtrados".
Kael entrecerró los ojos.
—No...
—Sí, "contratos inflados", "clientes ficticios", y sugerencias de vínculos con viejas redes de contrabando de armas.
—¿Qué tan expuesto está?
—Demasiado. Ya hay dos ofertas de recompensa por su ubicación actual, ambas pagadas en criptomoneda.
Kael apretó los puños hasta que los nudillos se le pusieron blancos.
— Esto es una vil mentira, sabes que eso es falso.
Jack asintió. — Lo sé, pero fíjate, lo que hicieron es usar los documentos reales y modificarlos a su conveniencia, es un trabajo bien elaborado.
—Y muy bien calculado. Si la tocan, te desestabiliza, si reaccionas mal, él gana. Es la guerra psicológica perfecta.
— Es un maldito — dijo Kael apretando sus manos empuñadas.
Kael cerró la laptop sin decir una palabra.
...****************...
Nadia había amanecido con una sensación extraña en el pecho, Como si la atmósfera estuviera enrarecida.
Como si algo no encajara del todo, Kael no estaba en la cama, y eso ya no era raro, Pero su ausencia se sentía más pesada que antes.
Al bajar a la cocina, lo encontró con el celular en la mano, el rostro tenso, la mandíbula apretada.
—¿Pasó algo? — preguntó ella, todavía adormilada.
Kael levantó la vista con lentitud, Le mostró la pantalla del teléfono.
Titular: “Hermanastra de empresario Ethan Drake acusada de fraude con contratos de seguridad en Europa del Este”
Nadia se quedó paralizada, leyó el artículo en silencio, su nombre completo aparecía cinco veces.
Las acusaciones eran vagas, pero el daño ya estaba hecho, hablaban de "contratos inflados", "clientes ficticios", y sugerencias de vínculos con viejas redes de contrabando de armas.
Todo inventado, pero con apariencia creíble.
—¿Esto es… una broma? — susurró.
Kael negó con la cabeza.
—Es una jugada, perfecta, sucia, precisa. Aún no es un ataque directo… es una filtración para ensuciar tu nombre, para sembrar la duda.
—¿Y quién está detrás?
—¿De verdad lo preguntas?
Nadia tragó saliva, Luca.
Ella se sentó en el borde de la silla, en silencio. Por primera vez en mucho tiempo, parecía insegura.
—Creí que podía con esto… pero no pensé que llegarían tan lejos. Esto ya no es solo un juego de amenazas. Es real.
Kael se arrodilló frente a ella y tomó sus manos.
—Voy a protegerte.
—No puedes hacerlo si seguimos aquí — le interrumpió —. Esta casa era perfecta para descansar, para sanar… pero no para enfrentar una guerra, necesitamos volver a la ciudad, a un entorno que podamos controlar.
Él la miró, evaluando cada palabra. Nadia, siempre tan alegre, tan libre, estaba hablando con la firmeza de una estratega.
—¿Ya lo habías pensado?
—Desde que Ethan me enseñó cómo sobrevivir, nadie puede esconderse para siempre, Kael. Hay momentos donde se lucha de frente, pero se hace bien, con inteligencia.
Kael suspiró hondo.
—¿Qué propones?
—Regresamos a la ciudad, Ethan tiene un penthouse blindado en Berlín que lleva vacío mucho tiempo. Es inteligente, moderno, discreto. — dijo Nadia mientras fruncia su seño, mientras su mente maquinaba a mil.
— Primero déjame organizar algunas cosas.
Horas después, Nadia se reunió de manera virtual con el equipo legal y de comunicaciones de la empresa, su tono fue firme, profesional, duro.
—Desmientan todo. Saquen los contratos, los registros, las pruebas de que es falso y contraten expertos en rastreo digital, quiero saber de dónde salió esa filtración, cueste lo que cueste.
Pero cuando colgó, las manos le temblaban, no por miedo a perder su empresa, sino porque entendía que aquello era solo el primer golpe.
Kael se acercó por detrás, le tocó el hombro.
—No estás sola.
—Lo sé. Pero no puedo quedarme aquí, no con esto encima, quiero volver a la ciudad, Kael.
Él la miró, tenso.
—¿Estás segura? En la ciudad somos más visibles, más vulnerables.
—Precisamente, debo dar la cara. No voy a esconderme como si tuviera algo que temer.
Kael vio en sus ojos esa mezcla perfecta entre valentía y terquedad que lo enamoraba y lo volvía loco.
—Entonces si vamos… lo haremos a mi manera.
Nadia arqueó una ceja.
—¿Militar modo on?
—Totalmente, iremos al penthouse que me dices, pero estableceré un acceso restringido, idealmente con dos vías de escape y veremos como ubicamos un helipuerto cerca, buscaré escoltas nuevos, no los habituales, nada de rostros conocidos, reclutaré algunos de mi vieja unidad.
—Tres anillos, uno interno, uno perimetral y uno externo, vigilancia 24/7. Protocolos de evacuación, cámaras con reconocimiento facial.
—¿Estás armando un búnker o una casa?
—Estoy protegiendo lo que más me importa.
El silencio que siguió fue espeso, Nadia quería abrazarlo, besarlo, decirle que no era necesario llegar a tanto, pero al mismo tiempo… le conmovía hasta el alma que alguien la cuidara así.
—De acuerdo, general Walton, que sea tu manera. Aunque ya hablé con dos hombres de aquí de Alemania que trabajaron con Ethan, son discretos, entrenados, no son gente que se asusten con hackers o mafias.
— Está bien mi muñeca — dijo Kael mientras abrazaba a Nadia y comenzaba a repartir besos en su rostro y sus labios.
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Gracias por leer, gracias por apoyar está novela con sus 👍, sus 🎁, sus votos y comentarios
que decepción
así me gusta que no tengan tantos capitulos 💯