¿Qué Tiene De Especial?

Liu Ping casi se ahoga con su propia saliva al escuchar semejantes palabras salir de la boca de su Presidente ¿No iría a la compañía ni recibirá a ningún importante invitado, o no asistiría a ninguna cena extremadamente importante? ¡¿Quién demonios era esta mujer delante de ella?!

Al ver la expresión conmocionada de su Secretaría, Shue Leilei se sintió algo avergonzada, pues era la primera vez que tomaba este tipo de actitud ligeramente pasiva. En muchas ocasiones, prefería quedarse en la compañía y hasta dormir allí, ahora, por la promesa que le hizo a Feng Lanxi, se quedaría en casa.

-Extraño la calidez de mi hogar, me quedaré aquí mientras tanto, tú puedes regresar, te llamaré si necesito algo.- Le dijo a Liu Ping, despidiéndola en el acto.

La secretaria asintió con respeto y con una reverencia, se despidió y salió del estúdio. No quería perturbar este extraño 'descanso' de su Presidente.

Al quedar sola en el estudio, Shue Leilei no pudo evitar sentirse envuelta en un ambiente sombrío y solitario. Una ligera brisa entró por la ventana del estudio, haciendo que su cuerpo se estremeciera levemente.

-Bien, comencemos a trabajar.- Dijo para sí misma, empezando su duro trabajo.

Muy pronto, el cielo pasó de azul claro a un negro profundo, esa noche no había estrellas en el cielo y las gotas de lluvia golpearon el techo como si fuesen granizos cayendo. El viento sopló con fuerza, creando pequeños aullidos entre las pequeñas ranuras de la ventana.

Fuera de la ventana, las ramas de los árboles y las plantas del jardín se sacudían como si quisiesen arrancarse.

-No sabía que habría tormenta esta noche.- Dijo la Nana Mu con preocupación, cerrando las cortinas del estudio de su Señorita.

Dos truenos retumbaron al mismo tiempo, sorprendiendo a Shue Leilei, quién dio involuntariamente un brinco en su silla, su cuerpo tembló y su rostro se puso pálido. Si había algo a lo que le temía era a los truenos y relámpagos, esa iluminación repentina que luego era seguida por el estruendoso sonido.

Siempre le daba la ilusión de que el cielo se estaba rompiendo, y eso le atemorizaba.

-¿Quiere que la acompañe a dormir, Señorita?- Le preguntó preocupada la Nana Mu, aunque la villa tenía una buena cubierta acústica, el sonido de los truenos era tan fuerte que simplemente era imposible cubrirlo por completo.

Con cada trueno que retumbaba, Shue Leilei se estremecía.

-No hace falta, estaré bien.- Respondió la joven con indiferencia, y a pesar de que voz temblaba, fingió ser extremadamente fuerte delante de los demás.

Prefería luchar directamente contra una banda de gamberros con cuchillas que una noche de tormenta ¡Esos sonidos parecían conducirla a las pesadillas!

- Cómo usted quiera.- Dijo la Nana Mu con impotencia, luego se acercó a Shue Leilei y la ayudó a ponerse de pie, pues extrañamente, a su Señorita siempre se le debilitaban las piernas cuando había tormenta.

Ella llevó a Shue Leilei a su habitación personal antes de salir, dejando solo a su Señorita en el interior de esta.

Shue Leilei se envolvió de pie a cabeza con su colcha y miró con seriedad la pequeña lámpara de noche al lado de su cama. Sus manos temblaron y cerrando los ojos, trató de dormir, sin embargo, otro trueno retumbó, haciendo que su cuerpo se escogiera en una bola.

Ella se levantó de un saltó de la cama y apoyo sus rodillas y manos en el suelo antes de gatear hasta la puerta de su habitación ¡Sus piernas temblaban tanto que no podía caminar! Nerviosa de que otro trueno cayera, salió de la habitación y se apresuró a la puerta de al lado.

Ella entró apresuradamente en la habitación de su guardaespaldas y gateo hasta su cama, subió con cuidado y se acurrucó en ella.

El olor del cuerpo de Feng Lanxi era extremadamente claro en la espaciosa cama, tanto sus almohadas como sus sábanas tenían su olor impregnado.

Shue Leilei olfateo con fuerza y finalmente se sintió más relajada, abrazando una de las almohadas de Feng Lanxi, cerró los ojos y trató de conciliar el sueño.

Mientras tanto, al norte de la ciudad, en un bosque lejano:

Los truenos retumbaron con fuerza, iluminando ligeramente a la figura que corría desesperadamente bajo la oscura noche con tan solo una pequeña linterna que alumbraba su camino.

Detrás de él, detonaciones de disparos que fueron callados por la torrencial lluvia resonaron de vez en cuando, sumado al ladrido de los perros. Más de cuarenta figuras fueron iluminadas por los truenos, linternas alumbraban en la distancia para no perder el paso del fugitivo.

Todos ellos vestían con ropa militar y portaban armas de alto calibre entre sus brazos, guiados por los perros, se tomaron un poco más de tiempo para avanzar gracias al desnivel del suelo, las raíces de los árboles, troncos y plantas que pudiesen hacerlos tropezar.

-¡No pierdan el paso! ¡Debemos atraparlo!- Gritaba el líder, a la cabeza del grupo, su rostro lleno de severidad estaba empapado por la lluvia, al igual que todo su cuerpo, sin embargo, aquello poco o nada pareció importarle.

Más adelante, el hombre perseguido no pudo evitar detenerse, jadeando con pesadez y cansancio, más de diez cicatrices adornaban sus brazos y torso desnudo. En su cintura no había más que un cuchillo de cacha corta y un pequeño revólver con tambor de 6 cámaras.

En su hombro derecho, había un agujero sangrante, que talvez gracias al agua de lluvia se había lavado muy bien. Toda su ropa estaba empapada y el cansancio ya se hacía notar en su rostro. Su mano izquierda cayó sobre la larga y profunda herida que adornaba su abdomen, la cual había sido vendada, sin embargo, que por causa de la lluvia había empeorado.

Su mano derecha se sostuvo con fuerza al tronco de un árbol, sus ojos brillaron con frialdad mientras miraba hacia atrás, viendo apenas las luces que destellaban las linternas de sus perseguidores.

Él cerró los ojos con cansancio y se derrumbó.