NovelToon NovelToon
Scort

Scort

Status: En proceso
Genre:Autosuperación / Traiciones y engaños
Popularitas:7.9k
Nilai: 5
nombre de autor: Eiva

En Valmont, el poder y el deseo se entrelazan en un juego tan seductor como peligroso. Mi nombre es un susurro en los círculos más exclusivos; mi presencia, un anhelo inalcanzable. Pero en un mundo donde la libertad tiene un precio, cada decisión puede llevarme a la cumbre… o arrastrarme a la perdición.

Soy Isabella Rivas, mejor conocida como Sienna, y esta es mi historia.

NovelToon tiene autorización de Eiva para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

¡No, no, no!

El silencio era total. Las miradas iban de Vincent a mí, y de vuelta a él.

—No puede ser... —murmuré, sin poder creer lo que estaba pasando.

¿Se supone que no iba a estar hoy? Pensé, aún con el cerebro procesando lo que veía.

El rostro de Livia mostraba lo mismo que yo, como si estuviera tratando de asimilarlo, pero rápidamente volvió a su faceta de perfecta profesional y sonrió con una falsedad que daba miedo antes de agarrar el micrófono.

—Dos millones. ¿Alguien da más?

Silencio. Nadie se movió. Nadie dijo nada.

Vincent seguía ahí, tan tranquilo, recostado en su asiento, con la mano bajo la barbilla y esa media sonrisa de siempre. Sabía exactamente lo que estaba haciendo. Estaba dejando claro que ningún otro hombre podría tenerme.

—Bueno, parece que ya tenemos un ganador. —Livia hizo una pausa, esperando que el drama se sintiera en el aire antes de soltar.

—¡Sienna es de Vincent!

¡No soy de él, maldita sea!

El aplauso fue casi inexistente. Algunos tipos bufaron, otros tomaron más tragos con cara de pocos amigos. Yo, por otro lado, no podía moverme. Mis piernas parecían de plomo, como si me hubieran clavado al suelo.

—¿No piensas agradecerle? —me dijo Livia, sacándome de mi trance.

La miré con cara de incredulidad, frunciendo el ceño.

—¿Agradecerle? —repetí, como si no me estuviera creyendo.

—Sí, por haberte librado de que cualquier otro te estrenara. —Se inclinó hacia mí, sonriendo con una burla evidente.

—Aunque claro... ahora le perteneces y no sé si eso es algo realmente bueno.

Chasqueó los dedos y un guardia se acercó.

—Llévala a su habitación.

Yo no me moví. Estaba en shock, hasta que sentí una mano firme en mi brazo.

—No. —La voz de Vincent cortó el aire como un cuchillo.

El guardia se detuvo al instante. Vincent se levantó lentamente, ajustándose el puño de la camisa que sobresalía de su traje, caminando hacia mí con total calma.

—Ella viene conmigo.

Era una orden clara. Livia no dijo nada, pero pude ver cómo su mandíbula se tensaba mientras forzaba otra sonrisa.

—Por supuesto, querido.

Yo no podía decir nada. Solo me quedé allí, viendo cómo Vincent se acercaba, quedando a solo unos centímetros de mí. Sus ojos recorrieron mi cuerpo de arriba a abajo, como si estuviera evaluando algo.

—Vamos.

Mi cuerpo se estremeció con solo escuchar su voz, pero sin poder hacer mucho más y con un nudo en la garganta, no tuve más opción que seguirlo.

...----------------...

El silencio entre nosotros era insoportable. Vincent caminaba adelante, con paso firme, y yo lo seguía, deseando con todo mi ser poder girar y correr en la dirección contraria.

Sus guardias estaban por todos lados, y aunque la gente en el club nos observaba con una mezcla de curiosidad y morbo, sabía que nadie se atrevería a hacer nada. Él era la ley aquí.

Subimos por una escalera lateral que nos llevó a la zona más privada del club. El pasillo alfombrado en negro estaba apenas iluminado por unas luces tenues, y el ambiente se sentía aún más tenso.

—¿No piensas decir nada? —preguntó, sin mirarme siquiera.

Apreté los puños, con ganas de gritar, pero me lo tragué.

—¿Qué quieres que diga?

Vincent soltó una risa baja.

—Tal vez un "gracias" estaría bien.

Me detuve en seco, y él también lo hizo. Se giró un poco hacia mí, dejando que su mirada me atravesara.

—¿Gracias? —La incredulidad se notaba en mi voz—. ¿Por qué demonios debería agradecerte?

Él dio un paso hacia mí, metiendo las manos en los bolsillos de su pantalón, y su sonrisa, aunque suave, era peligrosa.

—Porque te salvé de terminar en la cama con cualquiera de esos tipos.

—¿Y en cambio debo estar en la tuya? —Solté las palabras sin pensarlo—. ¿Cuál es la diferencia?

Vincent sonrió aún más, pero sus ojos ya no tenían diversión. Ahora había algo más en ellos, algo que no podía entender.

—La diferencia es que yo soy el dueño de este lugar.

El tono de su voz era tan tranquilo que me ponía aún más nerviosa. Todo en él parecía controlado, calculado.

—¿Y eso debería hacerme sentir mejor? No quiero esto —murmuré, mi voz casi se rompió.

—¿No? —Dio un paso más hacia mí.

Instintivamente, retrocedí, pero la pared detrás de mí me detuvo. Y en un parpadeo, Vincent estaba a centímetros de mí, apoyando su mano en la pared, justo junto a mi cabeza.

—¿Me vas a decir que prefieres haber terminado en manos de un desconocido? —Su voz era más grave ahora.

Tragué saliva, mi corazón latía como loco en mi pecho.

—No es como si tú y yo fuéramos amigos.

—Cierto, pero al menos soyas conocido que ellos hombres que están allí fuera ¿no?

 —Si pudiera preferiría estar en cualquier otro sitio. —Lo solté de golpe, sin pensar.

Sus ojos brillaron con algo peligroso.

—Qué lástima que no tengas esa opción. —Su voz sonaba casi burlona.

Mis piernas temblaban y antes de que pudiera decir o hacer algo, él se acercó aún más. Su aliento cálido me rozó el rostro.

—Vincent...—Lo llamé queriendo que se apartará, pero parece que conseguí el efecto contrarío.

En un movimiento rápido, me besó. Fue un beso feroz, lleno de desesperación y control, como si estuviera demostrando algo, como si quisiera mostrarme que él mandaba. Mis manos intentaron empujarlo, pero me fue imposible. Sus labios se movían con autoridad, forzando una respuesta de mí que no quería dar.

Al ver que no respondía, tiró de mi labio con fuerza, solté un quejido de dolor y estos se entreabrieron, dejando vía libre a su lengua, que explotaba mi boca como si deseara describir algo dentro de ella.

El beso siguió tan contundente que mis piernas comenzaron a flaquear, me aferré a las solapas de su chaqueta para evitar desplomarme y él debió de verlo como una invitación a seguir, por qué solo se separó unos segundos para tomar aire y volver a besarme, con la misma intensidad, pegando su cuerpo al mío y lo sentí, su dura erección contra mí, solté un exaltación que salió como un jadeo y me aterré.

Finalmente, se separó lentamente, pero dejó su rostro cerca del mío, respirando tan fuerte como yo. Y nos quedamos así por un más de segundos, quizás minutos, recuperando el aliento y mirándonos fijamente.

—Vamos —Soltó de la nada y sin esperar repuesta de mí, me tomó de la mano y me obligó a seguirlo.

Tampoco opuse resistencia esta vez, mi mente estaba en caos, mi cuerpo no respondía como yo quería, y todo lo que podía hacer era caminar detrás de él, preguntándome qué acababa de pasar.

...----------------...

El eco de mis pasos resonaba en el largo pasillo, un sonido que no hacía más que ponerme más nerviosa.

Vincent caminaba adelante con esa calma suya, como si no pasara nada, como si no me hubiera comprado como si fuera un maldito objeto. Y, lo peor de todo, como si no me acabara de besar contra mi voluntad.

Ese maldito beso.

Llegamos a una puerta doble de madera oscura, y sin que nadie tuviera que tocar, uno de los guardias la abrió de inmediato. ¿En serio? Todo parecía tan… natural para él.

El interior era justo lo que esperaba: oscuro, elegante y algo… pervertido. Una gran chimenea iluminaba la habitación con una luz tenue, creando sombras dramáticas en las paredes de un borgoña profundo. En un lado, había un enorme escritorio de caoba, y en el rincón, un minibar, como si fuera el lugar donde todo esto se volviera aún más turbio. Pero lo peor de todo, lo que realmente me hizo tragar saliva, fue la gran cama al fondo de la habitación.

Vincent entró como si nada, quitándose la chaqueta y dejándola sobre el respaldo del sofá.

—¿Vas a quedarte ahí parada toda la noche?

Mis labios se sellaron. No iba a responderle. No después de lo que acababa de pasar.

—¿Sabes, Sienna? —dijo mientras se desabrochaba los botones de su camisa, como si nada.

—Puedes seguir mirándome con ese odio en los ojos, pero eso no va a cambiar lo que va a pasar ni lo que eres ahora.

Apreté los dientes.

—¿Y qué se supone que soy? —pregunté, con los nervios a flor de piel.

Vincent sonrió de lado, algo burlón.

—Mía.

—¡No soy tuya! —le solté, con la rabia creciendo en mi pecho.

—Oh, sí que lo eres —respondió tranquilamente, mientras avanzaba hacia mí.

—Me aseguré de que nadie más te tocara. Me costaste dos mil millones. ¿Sabes lo que significa eso?

—¡Significa que estás enfermo!—le solté con todo el veneno que pude reunir.

Vincent rió suavemente, sin perder la calma.

—Significa que te pertenezco tanto como tú a mí.

No pude evitarlo, las palabras salieron antes de que pudiera pensar.

—¿Así como también le perteneces a Dehlia?

Vincent se quedó quieto por un segundo. Mi corazón dio un brinco, ¿había cruzado un límite? Me apresuré a aclarar.

—So-solo lo escuché por ahí… Dicen que ustedes dos tienen algo, una especie de relación.

Vincent me miró sin moverse, y por un momento, el aire entre nosotros se tensó. Luego, dejó escapar una sonrisa burlona, casi divertida.

—¿Estás celosa?

Solté una carcajada seca, intentando esconder lo que realmente sentía.

—No. Puedes follarte a todo el club si quieres, me da igual.

Por alguna razón, mis palabras no le cayeron nada bien. Su mirada se oscureció de inmediato, y el aire entre nosotros se volvió más denso.

—No deberías meterte en asuntos que no son de tu incumbencia —advirtió, con la voz fría, casi peligrosa.

Me quedé callada, pero él no se detuvo ahí. Dio un paso más, acercándose aún más.

—Si realmente quieres saberlo, sí, Dehlia y yo tuvimos algo, pero fue hace mucho tiempo. Ya es cosa del pasado.

Intenté cambiar de tema, buscando algo que me diera tiempo, que me distrajera.

—Pues no lo parece. Ella aún está enamorada de ti.

Vincent me miró sin inmutarse. Sus ojos eran fríos, como si nada le importara.

—Ese no es mi problema —dijo, con esa frialdad que me ponía los pelos de punta.

1
Wilma Vázquez
porfa sube más capitulos!
Martha Vahos
Huyyyyy no xq mandan los capitulos de un vez y no mos tienen en sozobra
Evelin: Subo capítulos todos los días
total 1 replies
Lelis Vellejo
Creo que Sassa va a ser la preferida de Vincent
Lelis Vellejo
Que viene después de esto? Será que Vincent va a dejar que otros estén con ella?
Wilma Vázquez
porfa el capítulo que sigue!!!
Lourdes Castañeda
Excelente
Wilma Vázquez
pero que paso aquiiii... y los demás capitulos???
Lelis Vellejo
Vincent como que tiene sentimientos por Sienna.
Lelis Vellejo
Sienna como nunca tuvo novio no sabe de caricias. Creo que Vincent la va a someter sin ella querer
Julia Esther Vergara
muy interesante
Loamnys Figueroa
Excelente
Rosa Ibarra
que falta de respeto no llegar al final
Evelin: se vienen más capítulos, para disfrutar
total 1 replies
mimar silva
excelente inicio
Lelis Vellejo
Hasta el momento me gusta la historia. Trama diferente, sobre la tarta de blancas, aunque creo que la autora le va a dar un giro diferente
Lelis Vellejo
Jaja esa Libia pensó que Vincent no se iba a enterar. Lo único es que ella no va a poder rechazarlo porq está pagando por ella 🫣🫣🥵
Lelis Vellejo
Hubiese sido mejor con Vincent que le tiene ganas y no va a dañar la mercancía, en cambio con otro que va a pagar no va a ser tan gentik
luz San Martin
porfavor actualizarrrrr
Evelin: subo capítulos todos los días 😊
total 1 replies
David Aparicio
Sienna hirió el ego de Vincent, pero yo creo que él sin darse cuenta todavía ya se enamoró de ella
David Aparicio
Ésta novela se está poniendo buenísima. Porfis pon imágenes de un guapo Vicente y de la bella Sienna
David Aparicio
Normal
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play