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Cartas Para Una Princesa

Cartas Para Una Princesa

Status: Terminada
Genre:Mundo mágico / Época / Romance / Embarazo no planeado / Familia mágica / Completas
Popularitas:116.2k
Nilai: 5
nombre de autor: LunaDeMandala

Las aventuras de la princesa Bella Volt del Imperio de Oro de un gran mundo mágico.

El mundo mágico también incluye las novelas

1) Cambiaré tu historia
2) Una nueva vida para Lilith
3) La identidad secreta del duque
4) Revancha de época
5) Una asistente de otra vida
6) Ariadne una reencarnada diferente
7) Ahora soy una maga sanadora
8) La duquesa odia los clichés
9) Freya, renacida para luchar
10) Volver a vivir
11) Reviví para salvarte
12) Mi Héroe Malvado
13) Hazel elige ser feliz
14) Negocios con el destino
15) Las memorias de Arely
16) La Legión de las sombras y el Reesplandor del Chi
17) Quiero el divorcio
18) Una princesa sin fronteras
19) La noche inolvidable de la marquesa
20) Ni villana, ni santa
21) Salvando a mi Ernesto

** Todas novelas independientes **

NovelToon tiene autorización de LunaDeMandala para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Ernesto Parsons

Mientras esperaba a la condesa que hablaba con su esposo, sonreía por el sonrojo en las mejillas del Barón Ernesto Parsons quien se movia nervioso a mi lado..

[Nunca pensé que llegaría a presenciar algo así. Estoy acostumbrada a que la sola mención de mi apellido provoque incomodidad, respeto o incluso temor.. “Los Volt”, como suelen llamarnos en los corredores de la corte, nunca ha sido sinónimo de dulzura… pero por mí sola, nadie se habia puesto asi de nervioso…al contrario, he vivido con esa carga desde pequeña: la princesa que no sonríe demasiado, la que mide las palabras, la que siempre tiene un aire de hielo alrededor. Y en cierto modo lo acepté, porque me daba libertad; nadie se atrevía a acercarse con ligerezas. por eso me resulta desconcertante lo que ocurre con el barón Ernesto. su rostro encendido, sus torpes intentos por hablarme, el modo en que evita mi mirada como si fuese capaz de leerle el alma… todo en él desarma esa imagen severa que el mundo me atribuye. no se aleja porque me tema, ni guarda silencio por respeto rígido, sino porque… se sonroja. Porque no sabe qué hacer conmigo. y.. curiosamente, no me molesta. Al contrario, me enternece. Me resulta casi imposible no sonreír al verlo tan perdido en su propio nerviosismo, como un muchacho que teme tropezar en cada palabra.. Es refrescante. La princesa que todos creen inalcanzable no es temida por él… solo lo intimida de una manera distinta, tan inocente que hasta me conmueve. Quizás después de todo, no soy solo un apellido temido, que la corte susurra en voz baja. O quizás sí… pero ante él, por alguna razón, me descubro queriendo ser algo más suave, algo más cercano.]

Para mi sorpresa, cuando nos dirigíamos al jardín, Elysia se excusó con una sonrisa que delataba alguna travesura suya. Alegó cansancio y decidió quedarse dentro, dejándome sola con el barón Ernesto.. por un instante pensé que correría tras ella para reclamarle semejante abandono, pero me contuve. la chispa maliciosa en los ojos de la condesa había sido demasiado evidente: me estaba entregando a su hermano como quien suelta un pajarillo nervioso en mis manos.

El paseo comenzó con un silencio incómodo, roto solo por el crujir de la grava bajo nuestros pasos. Ernesto caminaba junto a mí con una rigidez que me resultaba casi cómica, como si cada movimiento fuera calculado para no tropezar.. aunque no tardó en hacerlo de todos modos.

—Tenga cuidado, barón —dije, conteniendo una sonrisa cuando casi perdió el equilibrio al esquivar una rama.

Se recompuso enseguida, rojo hasta las orejas..

—P-perdón, princesa. Yo… —su voz vaciló, y en un arranque de honestidad .. murmuró.. Es que… usted es hermosa.

Me detuve un instante, mirándolo de reojo. La confesión había salido atropellada, como si las palabras lo hubieran traicionado, y el sonrojo que lo cubría lo hacía parecer un joven inexperto más que un barón.

—Gracias, barón —respondí con suavidad, sin apartar la mirada de él—. Es un halago que no esperaba..

Eso solo empeoró su estado. Vi cómo se frotaba la nuca, incapaz de sostenerme la mirada. Un suspiro nervioso escapó de sus labios antes de añadir, atropelladamente:

—Debo disculparme otra vez.. por antes. Por haberla confundido con una señorita que… que buscaba una cita conmigo.

Ahí sí no pude evitar reír. Una risa ligera, elegante, que resonó entre los setos del jardín.

—créame, barón, jamás nadie se había disculpado tantas veces conmigo en tan poco tiempo.

Él se cubrió el rostro con una mano, y eso solo hizo que mi sonrisa se ampliara. Había en su torpeza una sinceridad tan pura que desarmaba cualquier máscara que yo pudiera llevar.

Seguimos caminando unos pasos más en silencio, hasta que no resistí la tentación. Quería entender por qué, en su mente, me había confundido con una cita. Giré hacia él con una sonrisa serena, aunque en el fondo me divertía muchísimo..

—Barón… —dije suavemente, deteniéndome junto a un sendero cubierto de rosas blancas—. ¿puedo hacerle una pregunta?

Él me miró como si temiera una sentencia.

—S-sí, alteza..

—¿Por qué pensó que yo era una señorita citada para… cortejarlo? —lade3 la cabeza, con cierta picardía—. No niego que es usted apuesto, pero asumir que todas las mujeres que se cruzan con usted buscan una cita… es sorprendente.

El color en su rostro se intensificó hasta cubrirle por completo las mejillas y las orejas. Se llevó una mano a la nuca, bajando la mirada, y murmuró con torpeza ..

—No… no es eso… no lo creo de todas. Yo… —tragó saliva, respiró hondo, y confesó en un hilo de voz—: Es por mi hermana..

Lo observé con curiosidad genuina.

—¿Elysia?

Asintió con pesar..

—Ella insiste en… presentarme señoritas. Dice que debería pensar en casarme, que la mansión es muy grande para vivir solo… es que… yo… es que… la última vez que elegí solo, tuve muy mal ojo.

Me cubrí los labios con la mano, reprimiendo una risa. El barón Ernesto, tan solemne por fuera, escondía tras esa fachada una historia más humana de lo que esperaba.

—¿Tan mal ojo tuvo, barón? —pregunté, con tono suave, aunque mis ojos brillaban de diversión.

Él bajó la vista al suelo como si las piedras fueran lo más interesante del mundo.

—Sí… terriblemente mal. Mi hermana no me lo perdona. Por eso pensé… cuando la vi… —hizo una pausa, cerrando los ojos un instante, vencido por la vergüenza— pensé que era otra de sus “buenas personas” que me traía como posible esposa.

Esta vez no pude contenerme y reí con suavidad, dejando que mi risa se mezclara con el murmullo de las fuentes cercanas.

—Así que fue eso… —musité, con una chispa traviesa en la voz—. Y yo que pensé que era su manera de intentar conquistarme.

El barón levantó la cabeza de golpe, horrorizado, y negó con la rapidez de un niño atrapado en falta.

—¡No, no! ¡Jamás me atrevería, alteza!

No pude resistirme. Verlo tan alterado, con el rostro encendido como un muchacho sorprendido en plena travesura, me inspiró un deseo juguetón.

—¿Y por qué no se atrevería a conquistarme, barón? —pregunté con la mayor calma, inclinando apenas la cabeza, como si de verdad quisiera saberlo.

Su reacción fue inmediata: abrió los ojos con asombro, casi como si hubiera dicho algo indebido. Se apresuró a bajar la mirada, la voz cargada de nerviosismo.

—Porque… porque no soy digno, princesa.

Lo observé, desconcertada. Nadie me había dicho algo así con tanta honestidad.

—¿No digno? —repetí, arqueando una ceja.

—No —afirmó con un suspiro, y entonces, como si se hubiera abierto una compuerta, las palabras comenzaron a fluir—. Usted es demasiado. No solo por su belleza, que es evidente… sino también por la amabilidad con la que trata a todos, por su carisma, por la forma en que ilumina una sala con solo entrar. Yo… yo soy solo un hombre corriente. ¿Cómo podría aspirar a alguien como usted?

Me quedé inmóvil. Yo, la princesa que siempre imponía distancia, estaba… nerviosa. Sentí un calor inesperado subirme a las mejillas, y tuve que apartar la vista hacia los lirios cercanos para ocultar mi desconcierto.

Él, en su inocencia, no se daba cuenta de que había conseguido lo que nadie más lograba: hacerme perder la compostura.

Carraspeé suavemente y forcé una sonrisa.

—Ha sido un paseo muy agradable, barón… pero creo que estoy cansada. Quizás sea mejor regresar.

Ernesto, aún sonrojado, asintió de inmediato, casi aliviado de que diera por terminado aquel momento.

Mientras volvíamos a la mansión, yo no podía dejar de preguntarme qué acababa de ocurrir. ¿Cómo era posible que aquel hombre, con sus torpezas y su falta de confianza, hubiera logrado lo que tantos nobles y caballeros jamás consiguieron? Hacerme sentir… vulnerable.

1
Paulina Gabriela
Pues que pin.... abusivos todos 🤨 como si fueran perfectos, estoy indignada con su trato 😕
Massiel Martinez Rosales
creo que solo hombres débiles le pusieron a las princesas ningún guerrero nadie para hacerle frente a vitorio y que feo que la hermana de Ernesto se deje manipular por el esposo ni en su día especial pudo hacer algo por el hermano para que lo acompaño si lo iba dejar solo al final
Massiel Martinez Rosales
pero me sorprende que hablen de deshonra cuando vitorio embarazo a Emma no estaban casados igual leandro se metió con berenice sin estar casados son bien hipócritas y que Emma deje de llorar y lo defienda qué con lágrimas nada se soluciona
Massiel Martinez Rosales
a Ernesto le quedan pocos meses de vida con tantas amenazas de muerte y miradas matadoras el emperador le fue arrebatando los años
Massiel Martinez Rosales
vitorio va a estar feliz al sabe que les falta poco para alcanzar a ethan
Massiel Martinez Rosales
el contendió de esas cartas con doble sentido son poderosas
Rosa Paredes
Me conmovió hasta el alma hermoso capitulo un digno final de una familia fuerte, unida y con un futuro por delante bellísimo michas Gracias 🌸🍀😁
Joa Castillo
me encanta cada vez mas seguir con tuz historias
Maria Elena Maciel Campusano
Excelente historia, pues Bella y Ernesto cultivaron un amor a través de misivas, dónde expresaban sus más sinceros sentimientos y de ese amor nació la fortaleza y entereza de Ernesto para soportar los castigos de los Volt y llegar entero a su boda, para tener al fin un hogar con su amada Bella y sus peques, muchas gracias Autora 😊👏👏👏💐
Maria Elena Maciel Campusano
Ahí está, después de tanto hacer sufrir al bueno de Ernesto, el fue un colaborador muy importante para hacer que Vitorio le gane a Ethan en tener más nietos 😅😅😅
Maria Elena Maciel Campusano
Ahhh qué boda, algo parecida a las bodas de la colonia, donde se tienen qué casar porque la chica ya salió con su "domingo 7" 😅😅😅
Maria Elena Maciel Campusano
Pues contra todo pronóstico el pobre llegó a la boda en una pieza😅
Maria Elena Maciel Campusano
Yo opino que tal vez en vez de enojarse y juzgar anticipadamente, deben observar y estudiar la personalidad del futuro esposo de su hija y hermana 🤔🤔🤔
Maria Elena Maciel Campusano
Qué bueno que cuentan con la complicidad de la Emperatriz y además que el buen Ernesto está aguantando 🤔🤔🤔
Maria Elena Maciel Campusano
Ahí en ese baile cada loco con su tema, pero Ernesto y Bella tienen una aliada estrella que es Berenice y el control que ejerce en Leandro, pues de no ser así el pobre Ernesto no hubiera llegado a la fiesta de compromiso 🤔🤔🤔
Maria Elena Maciel Campusano
Oh vaya, al paso que van, solo habrá puré de Ernesto el día de la boda y todavía falta Arturo 🤔🤔🤔
Yasna Ramirez
lo que maw m
Yasna Ramirez
hubiera sido mas feliz si ella misma le entregara su hermano a Bella
Yasna Ramirez
no me gusto lo que le hizo a Ernesto! 🤨🤨
Yasna Ramirez
me decepcionaste Elysia! tu hermano merecia que tu entraras con el
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