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LA JOYA DEL CAPÓ

LA JOYA DEL CAPÓ

Status: En proceso
Genre:Matrimonio contratado / Intrigante / Mafia / Casada con el millonario
Popularitas:2.9k
Nilai: 5
nombre de autor: Nene R

Bianca solo tiene un deseo: poder y respeto. Dante se lo concederá. La convertirá en su esposa y lo que en un inicio fue por conveniencia se transformará en algo mucho más fuerte.

NovelToon tiene autorización de Nene R para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Primero.

BIANCA

Siempre quise gustarle.

Desde que lo vi en Sicilia, caminando con tanta confianza y autoridad me gusto. Parecía ser del tipo que es protector con la persona que quiere.

Estoy apoyada en la cama y Dante está mirándome a detalle. Sus manos tocan mi cintura y siento que me estruja aumentando más fuerza cada vez. Un jadeo sale de mis labios y al escucharme me besa.

Me carga en sus brazos y hace que me acueste en la cama. No traigo más que un negligé simple. No era mío sino de Olivia. Estaba con etiqueta y olía a nuevo al encontrarlo, guarde la marca para después recomponerlo.

—Te ves hermosa, principessa—sus besos bajan a mi cuello y con las manos un poco temblando empiezo a desabotonar su camisa.

Dante se la quita y veo su cuerpo bien trabajado. Retrocedí en la cama y dejé que él subiera conmigo. Se quitó el resto de la ropa que estorbaba y empezó a besarme. Volví a gemir cuando me toco ahí abajo por primera vez.

Nuestra cercanía y desnudez de la noche anterior fueron toques simples e inocentes y ahora vamos por un camino más ardiente, directo a perdernos en el deseo.

Abrí las piernas dándole más acceso a mi cuerpo. Sus dedos entraron en mi, se deslizaron con facilidad por la humedad que tengo.

—Disculpa.

—¿Te avergüenza el que estés húmeda?—sus ojos oceánicos quedaron sobre mí. Solo asentí levemente—No debes, principessa. Me gusta. Voy a comer todo de ti.

Sus besos bajaron por mis senos y fue a mi entrepierna. Tome las sábanas entre mis manos al sentir tal placer. Gemidos salen de mi boca y me estremezco.

Las manos de Dante se entierran en mis muslos. Mierda, es tan bueno con su boca. Muerdo mi mano para ahogar mis gemidos. De pronto, siento como una corriente inicia en mi vientre y me recorre todo el cuerpo. Mi mano no es suficiente y mi grito se escucha por toda la habitación.

Se me dificulta respirar y Dante regresa a mí.

—Me encantas, principessa—acaricia mi mejilla.

—Y tú a mí.

Bajo la mano. Está duro y es demasiado grande. Por mi cabeza cruza sus palabras "El día que eso suceda créeme que no vas a salir de la cama, ya que te dejaré sin caminar y adolorida".

Todas esas palabras exactamente cruzan por mí y ya veo el porqué.

—Dime si te lastimo.

—S-sí.

Entrelace su mano con la mía. Eso lo hizo reír. Sentí un poco de dolor, pero no lo suficiente para pedirle que pare.

La delicada tela sigue sobre mi cuerpo mientras que siento sus estocadas, entra y sale.

—Eres tan mía, Bianca—murmura y estiro mis brazos. Dante lo entiende y me sienta sobre él.

Muerdo su hombro ante las estocadas. Dante aumenta su velocidad y continúa entrando en mi cuerpo. Mierda, estoy siendo moldeada solo para mi esposo. Jamás antes he experimentado algo parecido a las sensaciones de un orgasmo.

Cuando separe mi boca de su hombro note una marca ligera que seguro mañana si se notará. No dije nada y me quedé callada. Dante empezaba a tirar de mi cabello con fuerza.

Tenemos los cuerpos empapados de sudor y tocándonos de una manera sucia.

Encaje las uñas en sus musculoso al sentir que él también se corrió. Mientras que tranquilizaba su respiración, vi como ese par de ojos oceánicos están dilatados.

Dante me acostó en la cama. Sentí un ligero dolor en ese momento y al querer cerrar las piernas, el mismo dolor se hizo presente.

Volvió a mí y abrió mis piernas de par en par. Baje a verlo y otra vez está tan duro, jadee cuando volvió a entrar en mí. Baje y lo tome del abdomen y le pedí más duro.

Muerde mis senos, hasta dejar a ambos tornados de un color rojizo.

Dante me dio una primera vez llena de placer. Mi primera vez fue única, un recuerdo que guardaré para mí.

DANTE

Acaricio el cabello de Bianca y la pego más a mi pecho. Descansa flácidamente en mis brazos a pesar de ser cerca de las 9 am. Seguirá así por un buen rato. Ella ¿Qué me a hecho? Tiene al capo de la Ndrangheta a sus pies, capaz de hacer todo por ella como una vez se lo jure antes de casarnos.

Anoche... estuve dominado por los pensamientos lujuriosos.

Estoy por quedarme dormido como ella, pero el timbre de la casa empieza a resonar. Seguro debe ser otra clase. Dejo que suene, en unos minutos se ira al ver que nadie abre. Sin embargo, es insistente y continua hasta hacer despertar a Bianca.

—Es Samuel—dice en medio de mis brazos—tengo que abrirle.

—Tu estudiante se irá en cualquier momento.

—No es un estudiante. Es un amigo.

¿Un amigo?

Mierda, mis celos despiertan ante esa palabra. No me gusta el hecho que otro tipo pueda entrar a ver a mi mujer en esta casa.

—Quédate tranquila. Yo lo atiendo.

—E-está bien. Solo viene a dejar leche, le dije que le compraría un par de botellas.

Asiento. Dejo a Bianca en la cama y me coloco el pantalón de dormir. Tomo mi billetera y abro ante la insistencia de aquel amigo.

—Hola Bi... Oh, buenos días, señor.

Este amigo ya es un hombre, debe tener la misma edad de Bianca. La sonrisa amigable desaparece de su rostro al verme y acomoda su posición.

—¿Esta Bianca?—asentí—Puede decirle que Samuel

vino a dejar de su leche.

—Sí, eso me dijo ¿Cuánto es?—dije abriendo la billetera.

—Veinte euros—le entregue el billete y recibí las dos botellas de leche—¿Señor, quiere que mañana traiga más de mi leche?

Esa boca, debería controlar sus palabras de doble sentido. Me crucé de brazos y el hombre vio los músculos y los tatuajes que poseo, no traigo más que un simple pantalón de chándal.

—No será necesario. Tengo demasiada leche para darle a mi esposa—respondí, dejando en claro lo que es mío.

Cerré la puerta y dejé las botellas de lado. Entre en la habitación y encontré a Bianca en la orilla de la cama.

—Mierda, me duele caminar.

—Esa boquita—me acerque y la cargue—¿Qué quieres hacer?

—Ir al baño.

Asentí. La lleve en medio de mis brazos y la deje sentada sobre el inodoro.

—¿No vas a salir?

—Quiero verte mientras lo haces ¿Puedo?

Sus mejillas se tornaron en un rojizo ruborizante, se ve tierna de esa forma y asintió. Me coloqué de rodillas y la vi soltar sus líquidos. Cuando termina se levanta y me toma de la mano.

Salimos del baño y regresamos a la cama. Entre las sábanas noté una pequeña roja, demostrando que he sido el primero en estar en su cuerpo.

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Maria Guadalupe Osio Guarneros
😍😍
Ichigo Kurosaki
Me quedé con la intriga, necesito una actualización pronto.
Laqueno Sebaña
Necesito más, por favor.
Ceridwen
Los personajes están bastante buenos 💪😎
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