Me Forzaron A Casarme Con El Millonario Enfermizo

Pero fue peor que Scott no quisiera toser, ya que fue fuerte y no lo pudo evitar, la tos fue muy seguida y él se sostiene de la pared, salpicaduras de sangre en el suelo, el abre la llave de la regadera para que el agua se lleve la sangre.

Nicol que lo escucha, busca una toalla y la enrolla en su cuerpo, aquella marea de calor que ella sentía se borró al escuchar toser mucho a Scott.

Ella se acerca a la puerta y pasa saliva 

—¿Todo bien?— preguntó ella nerviosa 

Scott al oír la voz de la chica se tensiona, él trata de aguantar la voz y grita 

—¡¡Déjame solo!!

Nicol se asusta y sin pensarlo tanto abre la puerta del baño, al ver que Scott cubre su boca con su mano y tose, se puede ver la sangre, ella se asustaba al verlo así.

Él le hace señas con las manos de que se vaya, pero ella no se acerca a él muy preocupante.

—Usted es mi esposo, déjeme ayudarlo por favor— dijo ella con sus manos temblorosas.

Él niega con la cabeza y se siente débil, por más que sacó fuerzas donde no las tenía cae de rodillas y Nicol corre hacia él.

—¿Que tiene?, ¿Dígame qué hago señor?— dijo ella asustada, pero muy asustada.

Él la aleja y luego respira profundo, cuando la intensidad de la tos baja...

—En mi... Pantalón hay una caja de pastillas.

Ella capta la orden y se coloca rápidamente de pie, pero la toalla se le cae, aún que no le importó en el momento, solo importa Scott.

Nicol encuentra las pastillas y regresa, abre el frasco y este le hace señas que dos. Ella las coloca en las manos de Scott y él se las toma rápidamente, estando arrodillado aún se sostiene de la pared. Él cierra los ojos y Nicol lo admira, puede mirar al hombre tal cual como es, por lo que ella siente empatía con él.

—¿Estás mejor?— preguntó ella y este asiente con la cabeza 

Hubo un silencio, hasta que él habló.

—dejame solo por favor— pidió él y Nicol lo abraza, aquel abrazo pasmo al hombre por completo, es como... Sorprendete por el que ella lo abracé. —no hagas esto— dijo él y la aleja para ver las lágrimas de la chica —¿Por qué lloras?— pregunta Scott 

—lo siento, es que usted está enfermito, y ¿por eso es así de arrogante cierto?, ¿Se va  a morir, ¿por eso quiere un hijo?, Señor usted es lo único que tengo, es mi esposo aún que yo no lo quiera, tengo que ser sincera con usted, puede por favor no morirse, él que sea mi esposo pasa hacer mi familia y es lo único que tengo, no se muera señor— Scott se sorprende, pero no lo demuestra.

—no llores, la muerte llega por qué quiere, uno no elige morir, todo ser humano quisiera ser inmortal.

—¿Que enfermedad tiene señor?— preguntó ella curiosa 

—no preguntes tanto, y enfócate en tener un hijo para mí.

Scott se pone de pie y Nicol se pone aún más triste, ella también se pone de pie para salir del baño, pero Scott la agarra de la mano haciéndo la sobresaltar a ella.

La mirada de Scott se conecta con la de Nicol, él la atrae y la coloca apegada a su cuerpo, para tenerla cerca y no estar así.

Él la mira fijamente, Nicol es hermosísima, además el cabello de ella ya está empapado, y si que es largo, ella cierra los ojos al sentir que este le agarra el cabello y luego baja su mano para saber hasta donde le llega, es algo loco si, pues Scott Hamilton les gusta las mujeres de cabello largo.

—jamas te cortes el cabello, tú no necesitas nada más, así como. Eres estás... Bien.— se limita Scott decir.

Nicol traga grueso, pues él es muy grande para ella.

—no estás solo, me tienes a mi— dijo ella muy inocente

Él la besa y coloca sus manos en el cabello de Scott sin medir las circunstancias de ambos de lo que están haciendo.

Miguel, llegó para saber de Nicol, pero se lleva la sorpresa de escuchar gemidos de ella, por lo que se sorprendió bastante y sería algo depravado, el sabe que está con Scott, pero esos gemidos de Nicol lo tientan,  aún así sabe que es esposa de su mejor amigo y jefe, Miguel sacude aquellos pensamientos y se marcha.

Scott sabe que Nicol en sí es una niña para él, y que no está acostumbrada al ritmo sexual, las piernas de ella quedan débiles, él la carga y la lleva a la cama.

—¿Te vas?— pregunta ella al ver que se está vistiendo.

—sabes que solo vengo...

—hacer el bebé— termina ella la frase y en si se le escuchó gracioso, Scott se ríe en su interior.

—deberías... Quiero hacer el almuerzo, ¿puedes quedarte?— pregunta ella y lo mira fijamente.

—Está bien, solo eso y me marcho. -- responde él para no ser tan odioso con Nicol, después de todo ella se preocupó por él.

Nicol se coloca de pie y luego grita.

—¡¡Capuchino!!

—¿Quieres capuchino?— pregunta él extraño

—no, no mi capuchino— dijo ella asustada y Scott no entiende ni mierda.

Ella busca un vestido y se lo coloca, luego sale afanada y Scott la sigue.

—capuchino, ¿Dónde estás?— grita ella 

Pero nada.

—Ayúdame a buscar a mi Hamster, su pelaje de manchas de café, si algo me pasa, me muero, él lo es todo para mí.

Scott no puede creer que se ponga en este plan de ayudarla, pero no lo consiguen, por lo que ella se puso a llorar como una pequeña niña.

Scott llama al de seguridad

—¿Qué ordena el señor?

—busca el Hamster de mi esposa, pero ya,.si no lo consiguen los despido, los desaparezco de este mundo.

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hola lectoras, me alegra que les guste esta historia, le aviso que abra Matarón en cuanto la novela ascienda a los mejores lugares en el ranking, así que dejar sus regalos en ella.