En un mundo medieval sumido en la oscuridad, Carter, un hombre que había aceptado su muerte solitaria a causa de un cáncer, se encuentra resucitado en un bosque desconocido. Conserva sus recuerdos del pasado y un error en su curiosidad le hace ser rescatado por unos hermanos de un pueblo cercano.
A medida que busca respuestas sobre su resurrección, Carter descubre que la humanidad lucha por sobrevivir contra criaturas terroríficas y que la magia es su única esperanza. Sin embargo, su búsqueda de propósito se convierte en una lucha con múltiples emociones ante sucesos inesperados y múltiples traiciones.
Con cada paso, Carter se sumerge en un abismo de violencia y venganza, cuestionando su propio destino y el futuro que le espera. ¿Podrá encontrar una razón de por qué fue traído a un mundo que parece estar al borde del colapso?
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Destrucción
Samantha había interrumpido el almuerzo del rey cuando fue a informar sobre la situación de Asfal, pidiendo que le concedieran una caravana de caballeros para ir a custodiar la zona e investigar que peligros los habían asolado. El rey se mostró sereno y aliviado cuando vio a Samantha recompuesta después de lo que ocurrió. La esposa del rey tenía el ceño fruncido por la interrupción y la princesa miraba con atención.
—¿Así que viajaste desde el cuartel hasta aquí por ello?—preguntó el rey limpiando su boca lentamente con la servilleta.
—Así es señor—decía de rodillas Samantha—, es un favor que me encomendó mi familia y por el bien de Asfal.
—Me entristece que aún no hayamos podido obtener el más mínimo indicio de que es lo que ha estado sucediendo, aún así, confío en que harás lo correcto y que obtendrás algo—levanto la mano y su mayordomo se acercó. Le susurro al oído algo y este salió del comedor—. Mi hombre se dirige en camino a pedir una escolta, caballos y la caravana para que puedas llegar a Asfel con seguridad. Manda mis saludos al pueblo y diles que tu familia y el rey han cumplido con su petición con altruismo. Solo deberás esperar un par de horas en lo que se prepara todo.
—Muchas gracias mi señor. Con su permiso—dijo Samantha y se levantó para irse del comedor.
—¡Espera!—gritó el rey—. Asfal está cerca de Ra'aft, son un par de kilómetros, ¿por qué no vas allí y vigilas qué tal va ese dichoso Carter?
—Ah... A sus órdenes, señor. Hasta luego.
La familia reanudó su almuerzo, pero la princesa no pudo evitar preguntarse que se sentiría explorar Zha'thik como un caballero.
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Ese día era finalmente el festival y Lia estaba preparando su ropa para lucirse con el pueblo. Brand ayudaba a los demás hombres a mover pesadas cajas de madera con adornos para las calles del pueblo; incluso algunos niños pequeños ayudaban colgando los adornos. Y las mujeres preparaban sus puestos para ofrecer alimentos.
Carter estaba totalmente agotado y respiraba con dificultad, sentado sobre la hierba de la llanura, Rala continuaba burlándose de él jugando con una pequeña llama en su mano.
—Vamos Carter, solo tienes dos días antes de poder conseguir un avance considerable. Si fallas el rey creerá que no eres más que una farsa y... ya sabes que sucederá.
Carter trago saliva.
—Pero mira el lado positivo, si lo logras podrías unirte como invitado a la academia de magia y luchar por convertirte en el próximo miembro de los 6 como se imagina Samantha—siguió Rala y al final rió brevemente.
Rala tenía razón. Apenas podía hacer que el viento a su alrededor fluyera con velocidad y que la hierba y flores en sus pies se movieron bruscamente, pero no había pista de la clase de magia que podía usar, ni siquiera de magia. Y eso le preocupaba. Creía que moriría dentro de solamente dos días y que postergaba inútilmente las cosas.
—Como sea, es todo por hoy—dijo Rala y se dió la vuelta en dirección al pueblo.
—Pero, espera, ¿por qué acabamos aquí? Aún no es el tiempo que siempre usamos.
—Lo siento Carter, pero debo ayudar con los preparativos del festival y no puedo quedarme hasta tarde viendo cómo fallas una y otra vez—dijo girando su cuerpo para responder a Carter.
Carter se quedó en silencio cabizbajo, y Rala se marcho.
Estaba totalmente frustrado y su mente lo invadía con múltiples recuerdos de sus errores en su vida pasada. La sensación de abandono de los demás y aquella impotencia ante las circunstancias hicieron que sus ojos se perlaran. Se limpió las pequeñas lágrimas y decidió dar un paseo por la llanura. Llegó al punto donde había ido con los hermanos y la pequeña niña a mirar el paisaje. Se recostó sobre la hierba recostándose sobre la capa contra el frío en su ropa. Tomo su cantimplora del cinturón en su cintura y bebió. Se calmó y cerró los ojos sobre aquel lugar hasta quedarse completamente dormido.
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Era tarde cuando Samantha y los caballeros aún pasaban por el camino en medio del enorme bosque que conecta a Asfal y Ra'aft. Encontraron una pequeña cascada donde dejaron que los caballos tomarán agua y prosiguieron su camino con normalidad.
El bosque era hermoso sin duda, pero los lapsos en qué el silencio gobernaba el lugar, sin la presencia de aves o de algún flujo de viento, lo volvía aterrador, acompañado de las espesas copas de los árboles que con dificultad dejaban entrar la poca luz del sol tardío.
Samantha detuvo el paso de los caballeros cuando noto una anormalidad en el paisaje: algunos de los árboles estaban completamente derruidos y partidos brutalmente a la mitad. El suelo también estaba completamente lleno de agujeros que dedujo debían ser las pisadas de algún animal grande. Varias flores y plantas en el camino estaban aplastadas. Lo notifico a sus hombres y pidió que buscarán más pistas sobre que podría ser y que tuvieran cuidado, porque seguramente aquel ser estaba aún cerca.
Cuál sería su enorme sorpresa cuando a lo lejos, uno de los caballeros grito con espanto. Corrieron gran parte de los hombres y Samantha paso entre ellos. El caballero que grito había encontrado el cuerpo de una Cría de Lerna destrozado y sin una de sus patas traseras y alas, muerto, pero frente del cuerpo, habia un enorme paisaje de árboles y plantas y flores destrozados, con una extensión incontable. Pidió a sus hombres que no bajarán la guardia y se reagruparan. Tras pensar muy bien, dedujo que posiblemente aquel ser ya se había alejado demasiado y que no tendría hambre, por lo que pidió que siguieran avanzando.
Paso bastante tiempo, incluso anocheció y no hubo ningún inconveniente hasta que, al poco tiempo, llegaron a las inmediaciones de Asfal, pero el espanto se apoderó de todos sus hombres en cuanto vieron que, mientras más avanzaban, los árboles a sus costados estaban destrozados. Una expresión de sorpresa y miedo hizo eco en el bosque cuando llegaron a la intersección que indicaba hacía dónde ir para llegar a Asfal, estaba destruida, y al poco de seguir su dirección, vieron a la distancia al que antes era el pueblo de Asfal. Todo era un paisaje de desolación, muros y ligeras llamas que de vez en cuando hacían que los techos de los locales y hogares cayeran carbonizados. Varios de los caballeros investigaron por orden de Samantha y con temor y prisa en busca de supervivientes, pero únicamente encontraron decenas de cuerpos, niños, ancianos, mujeres y hombres cuya llama de vida estaba extinta. Algunos de los cuerpos estaban seccionados, y piernas o brazos estaban bajo los escombros. Algunos también estaban completamente desnutridos y con marcas de incisiones de colmillos que Samantha dedujo debían tratarse de Crías de Lerna. Algunos hombres le informaron sobre otro puñado de cuerpos con parte del torso faltante, y con marcas de colmillos mucho más grandes. Muchos de los caballeros vomitaron y otros se mantenían en shock ante la escena. Samantha no era la excepción.
Clamo, tras recuperarse de la impresión, para que recolectarán la mayor cantidad de cuerpos y que se mantuvieran alejados del fuego. Todo para dar una adecuada sepultura y después mandar a un pequeño grupo de caballeros a informar al rey.