Cuánto Más Podré Soportar.

Eduardo se levanta y va a la habitación a darse una ducha y a cambiarse de ropa para ir a trabajar.

Yo me quedé un momento en la mesa pensando en sus palabras "Qué fue lo que sus amigos le dijeron y que fotografía puede haber, qué haya hecho cambiar tanto a Eduardo""

No logro comprender, pero... Si comprendo el porqué de su comportamiento, cómo me trató nuestra primera vez y cómo me sigue tratando hasta el día de hoy.

Comprendo que hay algo que le duele y que le hace tratarme así. No hay escusas por el daño que me ha hecho y no puedo olvidar sus golpes, Violaciones, sus malas palabras, mantenerme encerrada y sobre todo él que no amé a nuestro pequeño hijo.

Después de media hora Eduardo sale de la casa sin decir ninguna palabra, yo limpie la cocina y me fui a ver a mi hermoso hijo.

Pasé todo el día en mi habitación con mi Thomas, es tan bello, tiene la mirada más hermosa que he visto, sus manitos son tan pequeñas, pero tan fuertes cuando me toma mi dedo y se aferra muy fuerte sin querer soltarme.

Alimentarlo es lo más mágico y maravilloso que puede existir, esa conexión entre madre e hijo es inigualable.

Ya de noche, Janeth viene a buscar a mi hijo porque Eduardo había llegado.

Se lo entrego y le doy un beso en su cabecita de buenas noches.

Bajo a servirle la cena a Eduardo, claramente había bebido porque a metros olía a alcohol.

Comió un poco en total silencio y se levantó a la habitación.

Me quede limpiando la cocina, esperando que Eduardo se durmiera y subo en silencio a la habitación.

Recojo mi pijama y me voy al baño a cambiar, salgo y veo a Eduardo parado frente a la puerta con su mirada fría.

"" Quítate el pijama ahora, te quiero desnuda en mi cama hoy y qué sea la última vez que te cambias en el baño ¿Te quedó claro?

Yo solamente bajo la mirada, y me desvisto frente de él, mis manos temblaban, por el miedo que le tengo cuando me ve y me habla así.

Quedó desnuda, me jala muy fuerte de mi cabello y me dice al oído""Eres totalmente mía y jamás serás de otro hombre""

Me baja mi cabeza hacia su hombría y me obliga a colocarla en mi boca, él solo movía mi cabeza con los tirones que le hacía a mi cabello.

Mis lágrimas caían mientras él gemía de placer y yo destrozada, avergonzada y humillada únicamente lloraba en silencio.

Cuando me obligó a tragar su esperma el rostro de Eduardo era de una gloriosa satisfacción""Así me gusta que te comportes, así me gusta que me atiendas mi amor, siempre debes atender a tu amado esposo así""

Me levanta muy fuerte entre sus piernas y me tira en la cama, su respiración era agitada, como siempre me quedé inmóvil, cerré los ojos y dejé que Eduardo hiciera con mi cuerpo todo lo que él quiso hacer.

Mis pechos derramaban la leche de mi hijo cuando él los tomaba con fuerza y los mordía con brutalidad.

(Que sucia me sentía, cada vez que él me hace suya yo no siento nada, solamente siento asco, y me siento la mujer más miserable parada sobre la faz de la tierra y a la vez la más estúpida por aguantar y soportar esta miserable vida junto a él.)

Mi miserable vida que llevó hace un año y que no puedo dejar porque no tengo a donde ir, ni a quién acudir...

De pronto escucho el llanto de mi pequeño hijo, y me saca de mis pensamientos mientras que Eduardo todavía seguía embistiéndome con mucha fuerza y brutalidad.

Mi corazón sentía qué se iba a salir de mi pecho por querer ir donde mi hijo, necesitaba ir a ver qué le sucedía a Thomas, necesitaba contenerlo y tenerlo en mis brazos para calmarlo.

Cada vez lloraba más fuerte, Eduardo al parecer disfrutaba escucharlo llorar porque gemía mientras mi hijo llora desconsoladamente.

Trate de contener mis instintos de madre, pero no pude.... Y con todas mis fuerzas saqué a Eduardo de encima de mi cuerpo y me levanté de la cama tomé mi bata para salir a ver a mi hijo, cuándo estaba a un paso de abrir la puerta.

Eduardo me jala muy fuerte de mi cabello y me tira al piso "Me da dos fuertes patadas en mi estómago." Me levanta del cabello y al tenerme frente de él me da un puño en mi rostro que me hace caer en la cama.

Mis labios sangraban por el golpe y no estando conforme, me toma del cuello con sus dos manos y las apretó con todas sus fuerzas.

Cuando estaba a punto de perder el conocimiento Eduardo me suelta, apenas podía respirar, no podía moverme, tampoco escuchaba lo que sucedía a mi alrededor (Eran como ver escenas que pasaban rápido por mis ojos.)

No feliz con todos sus golpes me da la vuelta en la cama y me vuelve a tomar y a penetrar por todas partes. "Esa noche hizo las aberraciones más espantosas que no se pueden escribir con palabras."

Mi cuerpo quedó destrozado y mi alma muerta.

Pensaba que vivir con Eduardo era un infierno. Preferiría estar en el infierno quemando mi cuerpo por las llamas, qué sentir el dolor que me hace sentir mi asqueroso esposo.

Casi de madrugada Eduardo se detuvo y se quedó profundamente dormido.

Yo quería ir a ducharme, pero... No podía moverme, no pude levantarme de esa cama. Mi cuerpo estaba destrozado no podía mover mis piernas por el tremendo dolor que sentía.

(Me quedé Ahí al lado del monstruo que me había destrozado mi cuerpo y mi alma)