¿Crees en las segundas oportunidades? Pues yo no, al menos eso pensaba antes de vivir o de morir, depende del punto de vista del que lo veas.
Lo que si puedo asegurar es que es una experiencia que te hace pensar que has perdido la razón, es doloroso recordar como tu vida se va a apagado, pero lo que más duele es que a nadie le importas, ya que todos piensan que eres la mala del cuento.
Espero que con esta nueva oportunidad de vida pueda limpiar mi nombre y desenmascarar a los verdaderos villanos...
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Capítulo XVII Desconfianza
Tener a Alexa entre mis brazos fue una experiencia de otro mundo, su entrega fue total y única, algo que nunca había sentido en ninguna mujer antes. Nos quedamos dormidos abrazados el uno al otro, pero avanzada la noche ella empezó a tener un sueño que la hizo hablar mientras dormía. No podía entender de que se trataba, ya que decía cosas incoherentes, mientras que las lágrimas salían de su rostro. De repente empezó a luchar y forcejear contra algo o alguien, intente despertarla, pero todos mis intentos eran inútiles. Empece a preocuparme cuando de repente ella abrió sus ojoTrates mirándome aterrada, se lanzó sobre mí agarrándome fuertemente del cuello. "Por favor no dejes que me lastimen, no soportaría pasar nuevamente por lo mismo".
Sus palabras no tenían sentido, aunque fuera lo que fuera que ella había soñado la dejo en un estado bastante inquietante, estaba temblando entre mis brazos y sus lágrimas corrían sobre mi pecho desnudo.
"No dejaré que nadie te lastime, ahora trata de descansar, ya que solo fue un sueño".
"Quisiera creer que solo es un sueño", susurró entre sollozos volviendo nuevamente a acostarse.
Alexa tenía muchos secretos y me dolía que no confiara en mí para ayudarla y protegerla.
Al día siguiente cuando desperté me encontré solo en la gran cama, busque con la mirada a Alexa; sin embargo, no la pude ver en la habitación. Fui hasta el baño sin poder encontrarla, agarre los pantalones de mi pijama y salí de la habitación encontrándola en la cocina. Estaba usando una de mis camisas la cual apenas cubría su sensual cuerpo, el olor del desayuno despertó el hambre por la comida la cual fue apagada rápidamente con las ganas que tenía de volver a tener a Alexa entre mis brazos.
"Buenos días cariño", saludo Alexa sonriente, era como si su sueño nunca hubiera ocurrido.
"Buenos días, preciosa, veo que me estás preparando el desayuno", dije caminando hacia ella.
"Espero que te gusten los huevos revueltos y el pan tostado", continuó mientras seguía sonriendo.
"Si, me gustan y mucho", aunque más me gustas tú.
"Más te vale que más te guste yo", se acercó a mí caminando de manera sexi, me tomo del cuello uniendo nuestros labios. "Mejor vayamos a desayunar, aún tenemos mucho trabajo que hacer". Comentó apartándose de mí.
Nos sentamos a desayunar, de vez en cuando Alexa me daba algo de su desayuno en la boca, siempre con la intension de seducirme. Si no fuera porque anoche fue su primera vez podía jurar que ella era una mujer experimentada.
"¿En qué piensas?", pregunto sacándome de mi ensimismamiento.
"Estaba pensando en lo que ocurrió anoche", dije arqueado una ceja.
"Veo que alguien quiere repetir...", insinuó coqueteando.
"Si me gustaría repetir lo vivido anoche, pero no solo hablo de eso, estoy hablando de la pesadilla que tuviste. ¿Puedes contarme? Por favor".
"Solo fue un sueño sin importancia mejor olvídalo", vi como su cuerpo se tensó con la mención del sueño, lo que Alexa ocultaba era algo muy serio, le daría tiempo para que ella me contará; sin embargo, me preocupaba que no confiara en mí, se suponía que en una semana sería mi esposa y si no tiene confianza en mí como se supone que esto funcionaria.
"Sabes que puedes confiar en mí y si hay algo que quieras compartir conmigo puedes hacerlo si temor alguno, aquí estoy para apoyarte".
"No hay nada, mejor termina el desayuno que se te enfría", poso la mirada sobre su desayuno y ya no volvió a hablar, por mi lado, no quise seguir insistiendo, que sea lo que sea su secreto terminaría por descubrirlo.
Al terminar de desayunar, recogió la mesa, pretendía limpiar la cocina, pero la detuve. "Deja eso así, más tarde viene la muchacha de la limpieza".
"No me cuesta nada hacerlo". Respondió sin voltear a verme.
"Ven y deja eso así, mejor cámbiate para que vayamos a la empresa".
"Hay un problema, toda mi ropa está en mi casa y bueno por obvias razones no quiero ir a buscarla", explicó con tristeza.
"Lo siento, pero no te preocupes de que ya mismo resuelvo eso". Llame a mi asistente y le pedí algo de ropa para Alexa y mientras esperábamos aproveche para hacer la mía nuevamente, dos horas después llego mi asistente Miranda con el pedido que había hecho.
"Buenos días, señor. Aquí tiene lo que pidió".
"Buenos días, Miranda. Gracias y como siempre sabes que debes ser discreta".
"Lo sé señor, ahora me retiro".
Miranda siempre había sido mi mano derecha, era una mujer muy misteriosa, pero discreta y que me daba mucha confianza.
Una vez Miranda se retiró, entre a la habitación entregándole la ropa a Alexa. "Espero sea de tu agrado", comente viendo la hermosura de ella.
"Gracias, solo me cambio y salimos", dijo tomando la ropa y sacando las piezas de la caja.
"Eres tan hermosa", acaricie la suavidad de su rostro admirando ese color carmesí de sus mejillas.
"Eres un mentiroso, seguramente has visto mujeres más hermosas que yo", respondió indiferente.
"Puede haber mujeres más hermosas, pero solo tú llenas mis días y para mí eres la más bella". Bese suavemente sus labios dejándole claro que solo existe ella en mi vida.
Una vez estuvimos listos, salimos del apartamento. Alexa necesitaba sus cosas personales así que decidí ese día llevarla de compras y hacerla pasar un día diferente.
"Estás loco, sabes que no podemos descuidar la empresa", regaño Alexa con una expresión de seriedad.
"Tranquila mi amor, sabes que por un día que falte nada pasara".
Entramos a una tienda exclusiva donde toda la ropa que vendían era de diseñador. Alexa estaba renuente de comprar ahí, según ella no quería abusar de mi generosidad.
Ignore sus palabras y pedí la ropa que a ella le había gustado, mi mujer tenia que vivir como una reina, sino para que me había matado tanto trabajando durante tantos años.
Gracias autora por actualizar.
Ojala los malos sean destruidos