Ella es una chica que vive su vida segura de que no nació para amar, mientras que él es un hombre que ya amó una vez pero que no supo hacerlo bien.
Una noche se encuentran en una situación extraña sin saber que el destino ya lo tenía todo planeado.
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Veintitrés
Renato llevaba toda la mañana intentando concentrarse en los documentos que tenía delante pero se le hacía difícil mantener su pensamiento en algo que no fuera el cuerpo desnudo de aquella pelirroja sobre su cama, a cada momento volvía hasta él la imagen del rostro descolocado por el placer de su Sofía mientras sus dedos se frotaban contra el cuerpo anhelante de la chica hasta hacerla gritar.
Él le había regalado su primer orgasmo, en lo que todavía intentaba regular la respiración se lo confesó, ella nunca se había interesado por el sexo, no lo veía como algo que necesitara o que fuera imprescindible en su vida, y nunca pensó que en verdad se sintiera como tocar el cielo como había escuchado tantas veces a sus amigas del colegio.
Ya no había dudas, esa niña se había convertido en un problema para su existencia, uno del que le costaría mucho salir, pero también estaba decidido e iba a dejarse llevar y disfrutar de un amor distinto al que vivió con Julianna, sin maltratos, sin posesiones ni antiguas relaciones que lo chantajearan, sin locuras, sabía que no iba a terminar bien, pero lo iba a disfrutar aunque tuviera que mantenerlo oculto de todos para poder deleitarse en él.
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- Tuviste sexo. - aseveró Liz mirando el rostro de perdida y feliz que tenía su prima- Decididamente te dieron y no fue un consejo.- sin respuesta- ¡Nara!- le gritó y la chica saltó en su sitio.
- ¿Porqué me gritas?- le preguntó con una mano en el pecho.
- Porque llevo rato haciendo un monólogo y tú ni te enteras, dime como fue.
- ¿Cómo fue qué?- levantó una ceja con su pregunta.
- El sexo.
- ¿Que sexo?
- Vamos Nara, no te hagas la inocente que yo ya pasé por ahí y esa cara solo se queda si fue muy bueno, te lo dice la voz de la experiencia, nunca creas todo lo que hablan por ahí de los asiáticos y aunque no tengo con que comparar ha estado muy bien.
- Para- le ordenó- No quiero más información de la debida sobre Matteo, eso es cosa de ustedes, además, recuerda que él es solo mitad asiático, la otra mitad es italiano y esos si gozan de muy buena fama.
- Entonces habla o te obligaré a escuchar la historia de mi primera vez con ese tonto y de la segunda y la tercera y de todas las otras, porque es un sinvergüenza, pero un sinvergüenza que sabe lo que hace.
Ambas chicas rieron, siempre habían podido confiar la una en la otra y contarse los secretos más escondidos que tuvieran.
- No hubo sexo- ahora la que levantó una ceja fue Liz- Digo, no del convencional, solo cuerpos desnudos restregándose y yo gritando como posesa mientras él me hacía no sé que con su mano, hasta vergüenza me da recordar como me puse.- la chica puso las manos en la cara y se cubrió con ellas- Liz yo no soy así, me estoy volviendo débil y en mi vida no pueden haber debilidades, voy a defraudar a mucha gente, van a decir que eso sucedió por ser mujer y le daré la razón a todos esos que dijeron que yo no era buena para el cargo.
- Nara, tú has demostrado que eres la mejor para estar ahí, que eres la indicada, la que merece ese puesto.- la prima quitó las manos de su cara para obligarla a mirarse una a la otra- Los que dijeron eso son una sarta de viejos envidiosos que seguramente querían casar a alguna hija inútil con uno de tus hermanos pensando que ellos heredarían el cargo, no pienses eso, además ¿Qué es lo que te hace débil, tener a alguien en tu vida que te acompañe? Hasta donde yo sé todos los jefes tienen pareja, unos para procrear y otros por amor, pero todos la tienen o la tuvieron alguna vez.
- No lo sé Liz, creo que forcé las cosas y ahora no sé como salir de aquí, él es mucho mayor que yo y puede que piensen que soy una chiquilla inexperta y que me dejo manipular por un hombre experimentado, tengo tantas cosas en la cabeza.
- ¿Sientes que te manipula?
- Nooo, él hizo de todo para escapar de mi hasta que creo que se rindió, pero hay una cosa más, que tal si no acepta lo que soy, si cuando sepa lo que es mi vida se aleja.
- Es una posibilidad, pero no es la única, también está la opción de que no le importe y se quede contigo y también está que se quede solo si tú decides dejarlo todo.
- La mafia es mi vida Liz, yo no voy a dejarla.
- Espera a que todo llegue Nara, entonces sabrás las opciones que tienes y que camino tomar.
- Yo creo que lo mejor es dejarlo hasta aquí.
- Tienes miedo ¿verdad?
- Lo tengo y no me gusta, esa palabra no existía en mi vocabulario y ahora por culpa de mi cabeza dura lo estoy sintiendo y no quiero.- la chica se puso de pie- Creo que lo mejor que hago es irme a trabajar, tengo un turco que cazar y malnacidos que torturar, eso va a hacer que olvide toda esta locura de tener una relación y querer a un hombre a mi lado.
- Nara no es así como se resuelven las cosas.
- En mi vida se resuelven así Liz, olor a sangre y puños reventando la carne, el olor a lluvia y el pasto fresco en las mañanas no es para mi, te quiero pelirroja. - le dio un beso a su prima y salió en busca de Dom.
De verdad que está historia estuvo GENIAL!!!!!