Catalina Miranda es una joven deslumbrante que persigue con fervor sus sueños, a pesar de las adversidades que la rodean. Su familia no cuenta con grandes recursos económicos ni ocupa un alto estrato social, pero cada día luchan con valentía para salir adelante. Para Catalina, su madre y su hermana menor son el centro de su mundo; sueña con conseguir un buen trabajo que les brinde la vida digna que merecen, convirtiéndolas en verdaderas reinas.
Catalina es una soñadora incansable, siempre dispuesta a extender su mano a quienes la rodean. Sin embargo, su vida da un giro inesperado en una oscura noche. Al escuchar murmullos inquietantes provenientes de las afueras de su hogar, se siente atraída por la multitud de vecinos congregados. Con el corazón en un puño y temiendo lo peor, se acerca lentamente, solo para encontrarse con una escena desgarradora que cambiará su vida para siempre.
NovelToon tiene autorización de Crisbella para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Capítulo XXII La foto
Punto de vista de Gabriel
Me cegó la ira al ver a la mujer que amaba en los brazos de otro hombre, ¿cómo pudo salir de la casa?, ¿Qué estaba pasando?, mi mente estaba hecha un lío, mi corazón no podía creer lo que mis ojos veían, en que momento se había vuelto tan descarada y si era ella la que me estaba traicionando.
Sali corriendo de aquel galpon, tenia que confrontar a Catalina no iba a permitir que ella ni nadie se burlara de mí.
"¿Donde esta Catalina?", pregunté a penas llegue a la fortaleza.
"La señora esta en su habitación", respondió Sergio mirándome confundido.
"¿Quién la dejo salir?, ¿fuiste con ella a ese antro?", pregunté sin detenerme a pensar.
"La señora no ha salido de la propiedad, yo he estado pendiente que nadie entre y que nadie salga", dijo manteniendo su postura.
"Ella no está en la propiedad, acabo de recibir una foto de ella y no precisamente en la fortaleza". No seguí discutiendo con Sergio, seguí mi camino hasta mi habitación, tenía que comprobar que ella no estaba en la casa. Llegué lo más rápido que pude, vi directamente a la cama y en esta no se encontraba Catalina, la ira cegadora se apoderó de mí, de pronto la puerta del baño se abrió y por esta salió Catalina, parecía que recién se había bañado algo que avivó la llama de los celos dentro de mí.
"¿Dónde estabas?", pregunté con rigidez.
"En el baño... ¿Pasa algo?", pregunto confundida.
Camine hasta ella y la tome con fuerza por el brazo, "Te hice una pregunta, y quiero una respuesta.
Sus ojos se llenaron de lágrimas, sabía que la estaba lastimando, pero mi ira no me permitía reaccionar y ser racional. "¡Suéltame, me haces daño!", exclamó con la voz quebrada.
"Te voy a hacer más daño si no me dices donde estabas", volví a decir furioso.
"Estaba en el baño, me sentí mal y quise bañarme para relajarme", dijo en un hilo de voz, era obvio que estaba aguantando las lágrimas.
"No te creo nada, eres una mentirosa", respondí lanzándola al suelo.
Ella gimió al caer al suelo, en ese momento reaccioné, verla frágil e indefensa me hizo por unos segundos dudar de lo que había visto.
Saque mi teléfono y abrí la foto que me habían enviado, "¿Ahora dime que esta no eres tú?", puse el teléfono en su cara y vi en sus ojos que estaba sorprendida.
"Esta, esta no soy yo", respondió en un hilo de voz.
"Piensas que soy idiota, esa mujer de ahí es idéntica a ti, y que yo sepa no tienes más familia, ya que tu familia fue asesinada y ahora empiezo a creer que tal vez tú tienes algo que ver con eso", dije sin pensar mis palabras.
Pude ver en sus ojos una ira descomunal, ahí me di cuenta de que había sobrepasado el límite, ella se levantó y me lanzó el teléfono en la cara.
"Vete al infierno, allá tú si me crees o no. Lo que si no te voy a permitir es que insinúes que yo lastime a mi familia, no soy como tú... yo nunca lastimaría a quien se supone que amo", sus palabras estaban llenas de odio, nunca antes la había visto tan furiosa y menos que me mirara como lo estaba haciendo.
"No cambies el tema, quiero una explicación de esa foto", mi ira seguía creciendo y estaba haciendo un gran esfuerzo para no irme contra ella y acabar con su vida.
"Piensa lo que quieras, no tengo por qué explicar algo que yo no hice", dijo con determinación.
Trato de salir de la habitación, pero yo la tome nuevamente del brazo, esta vez la arroje a la cama y me fui encima de ella, "así te beso ese desgraciado", me adueñe de su boca con odio, lleno de un gran dolor. "Te enseñaré a no engañarme, borraré cualquier rastro que ese tipo haya dejado en ti y serás mi pxxx cada vez que yo quiera", Catalina al principio se defendió, pero después poco a poco fue perdiendo la fuerza, vi la tristeza marcada en su rostro y algo me impidió continuar con lo que estaba haciendo, era demasiado bajo tomarla a la fuerza, no era un animal para hacerle algo así, solté mi agarre sobre ella y salí de la habitación lleno de dudas y preguntas que no podía contestar.
Me encerré en mi estudio pensando en esa mxxxxxx foto, pensé que podía ser un montaje, así que pedí a un experto que la analizara, fue cuestión de media hora para que me dijeran que la foto era verdadera y que no había ningun tipo de edición, me estaba volviendo loco, pues pase la noche revisando las cámaras de seguridad y Catalina no había salido de la propiedad, al menos ninguna de las cámaras la había captado saliendo ni siquiera al jardín. Fue entonces que recordé las palabras del tipo que habíamos atrapado, él le dijo a Catalina que ella era igual a otra persona, seria que ese sujeto estaba hablando de la mujer de la foto, seria que Catalina tuviera una gemela.
También recordé el informe de Natanael y en este no había nada raro, todo parecía normal, me estaba volviendo loco.
Tenía que descubrir la verdad así que fui a la habitación para cambiar mi ropa y salir en busca de respuestas, al entrar encontré a Catalina mirándose al espejo, apenas me vio se puso un blazer cubriendo las marcas de mi salvajismo la noche anterior.
"Voy a salir, espero y no salgas de esta habitación".
Catalina me miró con odio y sin decir una palabra agarro un libro y empezó a leerlo, para ella era como si yo no existiera. No iba a negar que eso me dolía y me dolía mucho y más que presentía que estaba equivocado, pero de igual manera no me iba a arriesgar que Catalina se escapara, conociéndola por su mente debe estar pasando esa idea.