+18... capitulos con contenido para mayores...Daranna, es vivas, extrovertida, alegre, optimista, en su niñez vivio con muchas limitaciones en un orfanato, pero eso no le importaba, ni le impidio soñar con una mejor vida, ahora se entera que esa vida, que tanto desea cambiar, acabará en un año, al saber del poco tiempo que le queda, toma la decisión de vivir al maximo y disfrutar cada segundo, ella quiere comerse el mundo, lo que no sabe es que la vida y el amor la sorprenderán y le darán una nueva oportunidad, para vivir en una desenfrenada y ardiente pasión.
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23- A mis pies...
(Dary)
Este hombre de verdad que está loco...
Yo hasta olvidé ir al baño, me regreso dejando parado al hermoso ogro Makris, con una mirada que me hace sentir, que quiere devorarme.
Veo a la pista de baile, La Pekis está feliz, volteo a Javi y parece que la hermosa dama está anonadada con mi hermano y el ni se diga.
Así que, sin decirles nada salgo del lugar, cuando estoy afuera les escribo a los dos un mensaje y les digo.
Aunque no he tomado el taxi todavía, estoy parada viendo a la calle, esperando que venga uno y espero que venga rápido porque está frio y mi suéter no me calienta lo suficiente.
En eso estoy, cuando aparece Erick, del parqueo, viene caminando hacia mi.
—Hola Dary.—Me dice un poco apenado.
—Erick, no esperaba encontrarte aquí, aunque era de imaginarlo.—Le digo sonriendo.
—Me da gusto que siempre hayan salido a divertirse, ¿ya te vas?.
—Si.
—No quisiera que te fueras sola, pero el Señor Makris, está adentro.
—Si, lo vi, y no te preocupes es temprano todavía, solo acompáñame mientras espero un taxi.—Erick asiente con su cabeza y empieza a quitarse su abrigo; pero en ese momento siento el olor más exquisito qué he olido y Yo sé dé quién es.
Deemar Makris, coloca sobre mis hombros su abrigo y la verdad huele a cielo.
Yo volteo a verlo, con la intención de rechazarlo; pero en ese momento escucho su voz como nunca antes.
—Por favor Dary, usa el abrigo, hay frío y no quiero que te vayas a enfermar.
Te llevaremos a casa...—Me dice, dejándome perpleja por unos segundos, pues su voz suena sincera.
Pero en un momento, recobro la lucidez.
—No es necesario, estoy esperando un Taxi, Señor.—Le digo.
—No dejaré que te vayas en taxi, te llevaremos, has de caso que solo vas con Erick, ¿Él es tu amigo verdad? A mi ignorarme si quieres, piensa que no voy aqui.—Me dice Deemar y abre la puerta de pasajero.
supongo que cree que iré atrás con Él, pero no.
Yo, solo lo veo y me subo al vehículo, en el asiento del copiloto.
Erick voltea a ver a su estirado jefe, luego se sube para conducir el auto.
Erick conoce perfectamente.
Deemar va un poco serio, pero poniendo atención al camino, lo puedo ver en el espejo lateral.
Hago un poco de conversación, para quitarme la tensión.
—Erick, así que el toxico se tu jefe, se negó a darte la tarde libre, solo porque Él quería distraerse.
Sencillamente te compadezco, mira que trabajar para Don Ogro Makris a de ser estresante.—Erick me escucha y veo, una disimulada sonrisa.
—¿Van hablado mal de mi?.—Escuchamos a Makris, pero yo no le contesto, solo me río y sigo conversando con el Pingüino, aunque se que Él, por respeto a su jefe no contesta nada de lo que le digo.
—Erick, ¿sigue en pie la invitación para mañana verdad.?—Erick al oirme, solo mueve su Cabeza.
—Bueno, Erick solo espero, que Don Gruñón no te ocupe, el día de mañana también.—Le digo y Erick quiere reírse, pero se contiene.
—Ustedes dos van hablando mal de mi, sin importarles que les escucho.— vuelve a decir Deemar.
—No, señor Makris, yo no voy hablando mal, es la realidad y Erick no ha dicho no una sola palabra.
Además, usted me dijo que si quería ignorarlo qué lo hiciera y eso es justo lo que quiero hacer.—Le digo sin mirarlo.
—Me llamas, tóxico, ogro y gruñón, hablas de mí como si yo no estuviera oyendo y quieres que lo ignore todo.—me dice indignado.
—Pues fue su idea, no la mía, Señor gruñón, ya deje de ser tan enojón, que no ha oído que.
Mire que a su edad, debe empezar a cuidarse, para que no se le note lo viejo que está.—Le digo y Él disimuladamente se mira en él espejo retrovisor y toca su rostro.
—Tengo 32 años, soy muy joven.—dice y nuevo toca su rostro.
jajajaja Don Makris ya se preocupó por su apariencia.
—Pues con su ceño fruncido, parece más viejo de lo que es; debería de sonreír más.—Le digo y veo como Makris suspira, creo que lo estoy sacando de sus casillas, el pobre a de estar haciendo un enorme esfuerzo por guardar la calma y quizá para Él, también sea difícil está situación, como lo es para mí.
Yo, estoy siendo muy intensa, sé debo bajar un poco mi perfil, pero Él no colabora.
—Llegamos, Dary.—Me dice Erick.
Yo empiezo a quitarme el abrigo, para darselo a Deemar, pero el me dice.
—Quédate con el abrigo, hasta que estés en tu casa, el frío es fuerte, me lo das después.—Yo vuelvo a verlo y es que esté hombre cuando quiere ser amable, lo logra y lo peor es que cuando habla así, mostrando su preocupación por mi, me es difícil no sentirme atraída por Él.
Deemar voltea a ver el edificio, voltea a Erick, y El mismo se baja rápidamente para abrir la puerta, luego me dice.
—Puedo acompañarte hasta tu puerta, por favor.—Su voz cálida, me causa un impacto, yo volteo a verlo e inconscientemente muevo la cabeza afirmando.
Caminamos, a la par del otro en total silencio, aunque los latidos de mi corazón creo se pueden oír.
El edificio donde está mi apartamento solo tiene 5 pisos, yo vivo en el tercero.
—Yo prefiero ir por las escaleras.—Le digo señalandolas.
El voltea a verme y con una hermosa sonrisa que me impacta hasta lo más profundo me dice.
—Eso me parece estupendo, así trabajamos juntos los músculos de las piernas, además estoy contigo por más tiempo.— Al oirlo, por primera vez, nos sonreímos mutuamente mirándonos a los ojos.
Su sonrisa es maravillosa es mágica.
Empezamos a caminar por las escaleras, pero el no vé el camino va viéndome a mi, la sonrisa se le quedó plasmada en su rostro, creo que se a quedado detenido en el tiempo.
A mi, también me pasa lo mismo, pero trato de mantener la cordura.
Ya casi para llegar, ocurre algo que nunca me esperé.
Deemar, tropezó con la última de las escaleras y cayó al piso.
Y todo por irme viendo a mí, cuando tenía que ver el camino.
Yo me llevo mis manos a la boca.
Estoy entre preocupada y sorprendida por lo ocurrido.
Ver a ese arrogante hombre, literalmente a mis pies a causa de una caída, me hace reaccionar.
Y mi epica reaccion es, carcajearme...
El se queda alli tirado, lleva sus dos grandes manos a su rostro, para ocultar su reacción.
Yo al verlo tirado, trato de levantarlo, pero no puedo, Deemar es un hombre, que mide mas o menos 190 cm, con un cuerpo de roca.
Y menos, podré si no dejo de carcajearme...
Pero cuando pasan los segundos y no veo que intente levantarse, mi risa se convierte en preocupación.
—Deemar, ¿estás bien?, te lastimaste.
Deemar...—Le digo, arrodillada cerca de donde tiene su cabeza.
El poco a poco va descubriendo su rostro, está rojo, creo que tiene vergüenza por lo sucedido.
Me mira y me dice.
—Dary, esto no suele ocurrirme, es más creo que jamás había sufrido una caída, y menos frente a alguien tan...tan...—Deemar... se queda en silencio sin terminar lo que iba decir.
Yo, no quiero que se sienta más apenado de lo que está.
Y aunque tengo curiosidad de saber que iba a decir, mejor le cambio el tema.
—Pues a mi, si me ha ocurrido varias veces, lo importante es que estás bien.
Mira mi apartamento es justo ese que está en frente, y creo que de aquí en adelante cada que salga y vea este lugar me recordaré de Ti.—Le digo sonriedole.
El, todavía en el piso, viéndome me dice.
—Yo tampoco olvidaré este dia, ha sido como una montaña rusa de emociones y todas me las has provocado Tú.— Yo solo lo escucho y me pongo de pie y extiendo mis manos para que Él también se ponga de pie.
El toma mis manos y lo siguiente que sucede es algo increíble.
Por mi cuerpo recorre una electrificante sensación, mi estómago se hace un nudo completo, los ojos de Deemar, se vuelven más azules de lo que son, sé que el también siente lo mismo.
Ya parados frente a frente, aun sintiendo esa placentera y deseando que el mundo se detenga, y quedarme perdida en los ojos de este hermoso hombre.
Creo que Deemar tambien se siente igual y saber perfectamente, la razón por la que Él, también siente conmocionado, me hace recordar, que a este sentimiento no puedo darle alas.
Deemar Makris, está viendo en mí a Camila y Yo no soy Camila...
Recordar eso me hace entender, que debo alejarme de Deemar.
Así que le agradezco por acompañarme, saco mis llaves del bolso y entro con rapidez a mi apartamento, dejando a Deemar Makris, parado sin decir nada.
Llego a mi cuarto y allí, me pierdo en mis pensamientos y asi se pasan las horas, hasta que escucho que llego alguien.
Es la Pekis, pero mi Rojis se ve rara..
En su rostro, puedo ver un poco de tristeza.
Yo la conozco muy bien, sé que este es el momento, cuando mi hermana más me necesita.
—Vas a contarme que pasó, por qué estás así.
—Por nada, Dary durmamos...
—No, Natasha, tu ahora vas a contarme que pasó.
—Estábamos pasándola muy bien con Mike, El super atento y detallista conmigo, bailamos y luego conversamos, tan amenamente.
Hasta que Él, recibió una llamada de su novia.
Mike se puso tenso, quizá un poco apenado conmigo y pude notar, que no le agrado la llamada de su novia, pero siguió hablando con ella.
Yo al ver eso, me salí, sin despedirme.
Ya había visto tu mensaje, así que decidí hacer lo mismo.
Me vine en taxi, todo el camino he tratado de hacerme entender que no tengo por qué sentirme así, pero no puedo...—Me dice mi Pekis.
—Ay Rojita, Tu estás loquita por el Doctorcito...
Naty, ya sabemos que tiene novia y que es muy sangrona, ya no te hagas ilusiones.—Le digo a mi Pekis porque la conozco y sé que su corazón quedo prendido al del Doctor Michael Stivenson.
—Ay Dary, yo no pensé que el dia que alguien me gustara de verdad, me iba pasar ésto, no dejo de pensar en Él Doctorcito; pero estoy clara que es un amor imposible, aunque no tuviera novia, somos de clases diferentes, mírame yo soy una niña abandonada, que nunca nadie quizo adoptar.
Personas como Él, no se fijan en personas como Yo.
Creo que ni para una noche loca, porque te aseguro, que si el Doctor me lo pidiera, le daría la mejor noche de su vida, aunque yo no tenga ninguna experiencia, haría todo porque se sintiera bien, sin importarme qué el día siguiente no lo recuerde.—Me dice mi hermana, suspirando.
—Mira, Natasha Font, Deja de hablar así.
Tú, eres tan hermosa, tan especial, tan unica; nadie olvidaría que paso una noche contigo, así que no te menosprecies.
Y eso de que no tenemos experiencia, no es nada malo.
Mike es un hombre sorprendente, pero ya está ocupado, desde hace tiempo, y aunque no se ve muy enamorado; nos contó que a su noviesita fufurufa la conoció en la universidad y se le pego como chicle.
Así que Rojita, manten la busqueda del amor de tu vida, el Doctor Michael no es.—Le digo a mi Rojis.
Y yo también haré lo mismo.
Buscaremos a los amores de nuestra vida... juntas.