Eliza, una noble empobrecida, está desesperada por pagar sus deudas cuando recibe una oferta inesperada: convertirse en espía para Lady Marguerite en el ducado del Duque Richard. Sin embargo, su misión toma un giro inesperado cuando el duque, consciente de las amenazas que rodean a sus hijos, le propone un matrimonio por contrato para proteger a su familia. Eliza acepta, consciente de que su vida se complicará enormemente.
Tras la muerte del duque, Eliza se convierte en la tutora legal de Thomas y Anne, y asume el título de Duquesa de Gotha. Pero su posición es amenazada por Alexander, el hijo mayor del duque, un hombre frío y calculador respaldado por la poderosa familia de su difunta madre. Alexander de Ghota.
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Capitulo 23
Eliza buscó a Thomas y Anne, encontrándolos en el jardín. Los niños jugaban despreocupadamente, pero al ver la seriedad en el rostro de Eliza, se detuvieron y se acercaron a ella.
—¿Qué sucede, mamá? —preguntó Thomas, con preocupación en su voz.
Eliza se arrodilló para estar a su altura y les tomó las manos.
—Niños, hay algo muy importante de lo que necesito hablar con ustedes —empezó, tratando de mantener la calma—. Como saben, hemos estado enfrentando muchos problemas aquí en el ducado. Quiero asegurarme de que estén seguros y felices, y he tomado una decisión que podría ayudarnos a lograrlo.
Anne miró a su madre con ojos grandes y curiosos.
—¿Qué decisión, mamá? —preguntó suavemente.
Eliza respiró hondo antes de continuar.
—He decidido casarme con el Marqués de Rass, Edmund. Él ha ofrecido ayudarnos a protegernos y a mantenernos a salvo. Esto significará que nos mudaremos al marquesado con él.
Thomas frunció el ceño, claramente confundido.
—¿Dejaremos el castillo, mamá? ¿Nos iremos de Gotha?
Eliza asintió lentamente, observando las reacciones de sus hijos.
—Sí, Thomas. Sé que esta es nuestra casa y que dejarla será difícil. Pero creo que esta es la mejor manera de mantenernos unidos y a salvo. Edmund es un buen hombre y quiere ayudarnos.
Anne, con lágrimas en los ojos, se acercó más a su madre.
—¿Estaremos juntos, mamá? ¿Siempre? —preguntó, su voz temblando.
Eliza abrazó a sus hijos con fuerza, sintiendo el peso de la decisión.
—Sí, mi amor. Siempre estaremos juntos. No importa dónde vayamos, lo importante es que estemos juntos como familia. Edmund será parte de nuestra familia y nos ayudará a mantenernos a salvo.
Thomas miró a su madre, luego a Anne, y finalmente asintió con determinación.
—Si tú crees que es lo mejor, mamá, entonces confío en ti. Iremos contigo —dijo, su voz firme, pero con un tono de tristeza.
Anne asintió también, secando sus lágrimas.
—Sí, mamá. Iremos contigo.
Eliza sintió una mezcla de alivio y tristeza al ver la aceptación en los ojos de sus hijos. Sabía que dejar Gotha sería difícil, pero también sabía que estaban tomando la mejor decisión para su seguridad y futuro. O eso quería creer, pero no contaba con que Alexander ya estaba moviendo los hijos, ella no era la unica estratega ni la unica que podría guiarse con un matrimonio.
Fue Alexander en persona quien entró en su despacho.
—Buen día madre, ¿Que tal tu día?
—Bien hasta que llegaste, ¿y el tuyo?
—Mejoró cuando te vi—sonrió sentándose sobre el escritorio, los papeles de Eliza estaban ya arrugados, pero si se enfadaba era darle gusto, así que lo ignoró.
—Lo he estado pensando, ¿Porque razon vino el Marques? No es conocido mío ni de la familia, ¿es conocido tuyo?
—Así es, me ayudó hace poco, un hombre encantador—sonrió Eliza.
—Muy insignificante, pero a tus gustos supongo que sí, de esa familia pienso que es más linda su hermana—sonrió con una mirada tan burlona que Eliza no esperaba lo siguiente—, mi novia o prometida. Lo que sea.
