Mía Montenegro una dulce chica engañada por su prometido, un viaje de olvido le permitió conocer la tentación, una lucha interna entre el deseo y sus principios, serán la clave del amor, pero también del dolor.
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Capítulo 23
Bella
Bella respira y escucha, me siento al frente de Salvador, se le veía preocupado, algo lo atormentaba.
- Sé que estás enojada, porque no te contesté las llamadas, ni los mensajes, discúlpame.
- Si tú y yo, queremos algo bonito, no te parece que tiene que haber confianza, desde que llegamos no has querido salir de la habitación y hoy te desapareces.
- Lo sé, es solo que el trabajo y las cosas de la familia me tienen agobiado, si no es Sofía es Mía, si no es Mía es mi papá, todo esto me tiene cansado. - se escuchaba estresado, pero porque salir así.
- Yo solo te quiero preguntar algo, desayunaste si o no con Kany. - su nerviosismo me dio la respuesta.
- Perdón. - entrelaza nuestras manos. - Solo paso a saludar, grábate algo, yo te amo. - y contra eso que puedo responder.
- Salva, mira el hecho no es que hables con tus ex, el problema es que no me cuentes.
- Lo sé amor, desde que salí de la habitación debí decírtelo, es solo que te vi dormida y no quise molestarte.
- Un mensaje, algo Salva, por favor, la próxima vez dime, no te escabullas como si estuvieras haciendo algo malo.
- Prometido, te puedo pedir un favor, me das un abrazo. - en mi cabeza ya me había armado tremenda película y él solo estaba agobiado.
Me levanté de la mesa y le di un abrazo fuerte, que me llenaba a mí también, le susurro en el oído. - Tú eres mejor que cualquier sueño. - mi intención solo era darle un casto beso, pero este hombre pareciera que se estuviera despidiendo de mí.
- Aquí no. - oigo decir a Mía en la otra mesa.
- Quien es el que está con Mía. - pregunta curioso.
- A es un amigo que conoció ayer en la playa, vamos y lo conoces.
Lo llevo agarrado de la mano hasta la mesa en donde están Mía y Rodrigo, en dónde saluda de dos besos en la mejilla a su hermana.
- Amor te presento a Rodrigo, y Rodri, él es Salvador - Rodrigo se levanta y se estrechan las manos, nos sentamos.
- Me han hablado maravillas de ti Salvador, es un gusto.
- Muchas gracias, es un gusto también conocerlo.
- Voy a ir al baño y ya vengo, permiso. - se disculpa el crespo y se va.
- ¿Tú estás loca? - le dice Salvador a Mía.
- No es un psicópata, ni un ladrón, es un buen chico.
- Tú que vas a saber, lo conociste ayer y ya estás aquí con él desayunando como buenos amigos.
- Porque eso se llama convivir Salva por si no sabías, además ya durmió conmigo, y aquí estoy enterita.
- Que tú que. - estos dos son dos polos opuestos. - es en serio Bella.- me pregunta incrédulo.
- A ver primero a mí me sacan de su discusión y segundo lo poco que lo he tratado no me parece una mala persona.
- Y no es lo que estás pensando, Rodrigo es gay. - dice la castaña sin darle tanta importancia a su hermano. - Ya quisiera yo. - mientras Mía se reía de la cara de su hermano, este solo podía negar con su cabeza.
- Bueno ya, hoy vamos a disfrutar sí. - le digo a mi ojitos claros, más que admirarlo, me encantaba besarlo.
- Mi tío cuando quiere ser intenso lo es, uy que estrés. - la miro confundida. - no me miren así, solo tengo dolor de cabeza y hambre, pero con su insistidera no me ha dejado comer tranquila.
- Pero que es lo que quiere. - pregunta Salvador no muy amable.
- No te digo que no se porque no he contestado, quiere que le conteste por qué no me ha escrito.
- Contéstale, de pronto es importante para que esté insistiendo así como dices. - digo un poco preocupada, desde que llegó ha intentado comunicarse conmigo, pero lo he evadido lo más que puedo.
- Ush, está bien. - Mía toma su celular y contesta. - Tío que pena no contestarte, pero es que estaba desayunando, cuéntame ¿pasó algo?... para qué lo quieres... perdóname, pero no te lo voy a dar ... Dime qué le quieres decir y yo con mucho gusto lo hago... un favor, listo yo le digo cuando la vea, si no es más hablamos después, un beso, bye. - Mía cuelga la llamada y Salvador se levanta de la mesa y se va.
- ¿Qué quería? - le pregunto a Mía.
- Tu número, obviamente no se lo voy a dar.
- Como le hago entender que no me interesa, voy a ver qué le paso a Salva. - me levanto de la mesa y me voy a buscarlo.
Llegó al lobby y lo veo sentado en uno de los sofás, me siento a su lado y le pasó mi mano por su cabello.
- ¿Estás bien?
- Si, perdón por salir así, es que, a ver Bella ayer hablé con mi tío y hubo algo que no me gustó.
- ¿Qué te dijo? - está situación no me está gustando.
- Le pregunté si te interesaba como mujer, y me dijo que a quien no, y que muchos desearían mi lugar, incluyéndolo a él. - yo sé que tengo que decirle la verdad de lo que pasó con él, pero el miedo no me deja.
- A ver, pero es que a mí no me interesa estar con nadie más que no seas tú, y menos tu tío.
- Yo lo sé, eso no me lo tienes que decir, y sé que tiene razón, tú eres una hermosura de mujer, que por años desee que estuviera a mi lado, y que me moría de celos cada vez que te veía con otro. - no pensé y solo lo besé.
- Ya, mira somos tú y yo nadie más, lo que hicimos antes, no tiene por qué interesarnos ahorita, te parece.
- Sí, tienes razón, vinimos para disfrutar, así que una hermosa playa nos espera. - sus labios eran una delicia, pero tenía que llegar Mía y Rodrigo a interrumpir.
- Que pena interrumpirlos, será que hoy si podemos ir a disfrutar de este maravilloso lugar o se van a ir a encerrar otra vez. - me encantaría encerrarme con este hombre hoy, pero sé que no me iban a dejar.
- Como tú no nos vas a dejar, la playa suena buena idea. - le digo sonriendo.
- Mierda, dónde está. - ahora a esta que le paso. - deje mi bloqueador en la habitación, vayan adelantándose y ya los alcanzo.
- Te vas a devolver por un bloqueador. - le pregunta Salvador a su hermana.
- Obvio, sabes que soy piel sensible.
- Ve y te esperamos aquí. -le digo a la castaña, que se aleja de nosotros en busca de su bloqueador antialérgico.
Mía
Cómo se me pudo quedar el bloqueador en la habitación, llega el elevador y precisamente se me tenía que quedar el bloqueador, ahora la pregunta es si entró o no entro.
Mía concéntrate, no te puedes estar escondiendo de él, además son solo cinco pisos no más, así que ingreso al elevador y marco el quinto piso, será que en este hotel no hay mas gente, precisamente los dos solos.
- Y dónde dejo su latino delicioso. - uy yo dije esa estupidez.
- En la playa, está con Bella y Salva en la playa. - Mía contrólate, este elevador porque va tan lento.
- Como haces. - su pregunta me confundió, y más porque se estaba acercando a mí.
- Como hago que. - ok esto no es bueno, una cosa es rechazarlo en un lugar amplio y otra muy distinta aquí, y más si él se acercaba.
- Estar con otro, porque yo no puedo estar con Pamela, es más no veo estando con otra.
- Y tú pretendes que yo te crea. - Manolo por favor aléjate, porque te juro que estoy que te beso.
- Si, solo tengo eso, mi palabra. - las puertas del elevador se abren en el cuarto piso. - Aquí me quedo yo, pero si me puedes enseñar te agradezco.
- Rodrigo es gay. - lo dije, no quería que se fuera así. - nunca me acosté con él, y lo del beso no me preguntes por qué no tengo ni idea.
Manolo ingresa nuevamente al elevador y se acerca lentamente a mí y al diablo todo, yo necesitaba a este hombre, sus labios eran deseo y necesidad, era como si hubieran pasado meses sin sentirlo.
El elevador se detiene en el quinto piso, no quería dejar de besarlo, pero tampoco quería ser el espectáculo del hotel, así que nos dirigimos a mi habitación.
Por más que me diga que no, simplemente este sentimiento está siendo más fuerte de lo que yo pensé, y si me tengo que quemar lo haré con gusto.