En un reino medieval fantástico sumido en la desestabilización mágica, un joven llamado Daniel se reencarna en el cuerpo de un humilde campesino en un mundo lleno de magia y aventura. Dotado con un sistema mágico que le permite avanzar rápidamente, Daniel se une al ejército del reino con el objetivo de convertirse en caballero y proteger el reino de las crecientes amenazas.
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El Primer Encuentro
Capítulo 3: El Primer Encuentro
La mañana en el cuartel comenzó como cualquier otra, con el sol saliendo sobre el horizonte y el patio lleno de la actividad constante de entrenamiento. Daniel, ahora acostumbrado a la rutina, se dedicaba a perfeccionar sus habilidades bajo la atenta mirada de los instructores. El esfuerzo y la disciplina estaban comenzando a dar frutos; su agilidad y técnica mejoraban cada día, y ya empezaba a ganar el respeto de sus compañeros.
Sin embargo, su mente no estaba completamente enfocada en el entrenamiento. La figura de la princesa Lyra seguía ocupando sus pensamientos, como una sombra intrigante que se negaba a desvanecerse. Había escuchado más rumores sobre ella, y todos eran contradictorios: algunos decían que era cruel y despiadada, mientras que otros insinuaban que había una tristeza oculta tras su imponente fachada.
Una tarde, mientras Daniel se tomaba un breve descanso, uno de los veteranos del cuartel, un hombre llamado Ser Geraint, se acercó a él. Ser Geraint era un caballero experimentado conocido por su sabiduría y su habilidad en combate. Su presencia imponía respeto, y su mirada amable escondía una mente aguda.
—He oído que estás interesado en convertirte en caballero —dijo Ser Geraint, con un tono que no admitía réplica.
—Sí, señor. Es mi mayor deseo —respondió Daniel, levantando la vista.
—Bien. Para ser un buen caballero, debes entender no solo el arte del combate, sino también el mundo que te rodea. ¿Sabes algo sobre la princesa Lyra?
Daniel se sorprendió por la pregunta. Había intentado mantener sus intereses en secreto, pero parecía que su curiosidad no había pasado desapercibida.
—He escuchado rumores, señor. Pero no sé mucho más.
Ser Geraint asintió lentamente.
—La princesa Lyra es un enigma para muchos. La gente la teme y la respeta, pero pocos conocen su verdadero yo. Ella juega un papel crucial en el reino, y sus decisiones afectan a todos. Si deseas protegerla y quizás ganarte su favor, tendrás que comprender más sobre ella.
Daniel asintió, sabiendo que las palabras de Ser Geraint eran sabias. Su mentor continuó.
—Hoy, se celebra un evento importante en el castillo: un torneo en honor a la llegada de un emisario extranjero. La princesa estará presente, y es una buena oportunidad para observarla. Pero recuerda, no te acerques demasiado. Los guardias son estrictos y cualquier movimiento sospechoso será castigado.
El corazón de Daniel se aceleró ante la perspectiva de ver a la princesa por primera vez. Agradeció a Ser Geraint y se preparó para el evento. Con la esperanza de hacer una buena impresión, se vistió con el uniforme de entrenamiento más presentable que tenía y se dirigió hacia el castillo.
Al llegar, se encontró con una multitud de nobles y soldados que habían venido a presenciar el torneo. La atmósfera estaba cargada de anticipación y excitación. El gran salón del castillo estaba decorado con banderines y luces brillantes, y el escenario estaba preparado para el torneo. Daniel se mezcló entre la multitud, observando atentamente.
Finalmente, la puerta principal se abrió, y un grupo de guardias escoltó a la princesa Lyra hacia el salón. Daniel sintió una oleada de asombro al ver a la princesa por primera vez. Lyra era una figura deslumbrante, vestida con un vestido de seda azul profundo que resaltaba su elegancia y gracia. Su cabello dorado caía en ondas suaves sobre sus hombros, y sus ojos, de un verde intenso, parecían observar el mundo con una mezcla de desdén y curiosidad.
La princesa se sentó en un trono elevado al borde del escenario, observando el torneo con una expresión impasible. Daniel se dio cuenta de que su presencia dominaba la sala; incluso el bullicio se calmó al entrar ella. La belleza y el aura de autoridad que emanaba eran innegables.
A medida que el torneo comenzaba, Daniel observó cómo los competidores luchaban con destreza y habilidad. Sin embargo, sus ojos no podían separarse de la figura de Lyra. La princesa parecía distraída, a veces murmurando algo a su lado. Su mirada se cruzó con la de Daniel durante un breve instante, y él sintió un escalofrío recorrer su espalda. Había algo en su mirada que le decía que no todo era lo que parecía.
El torneo continuó con varios eventos, y Daniel trató de no parecer demasiado interesado en la princesa. Sin embargo, sus pensamientos estaban en ella, tratando de descifrar el misterio que la rodeaba. Observó con atención la forma en que interactuaba con los demás, la manera en que mantenía una distancia elegante pero fría.
Finalmente, el torneo llegó a su fin, y los nobles comenzaron a dispersarse. Daniel se encontró en un rincón del castillo, aún tratando de procesar lo que había visto. Mientras caminaba hacia la salida, sintió una presencia a sus espaldas. Se dio la vuelta y vio a una figura encapuchada que se acercaba sigilosamente.
—Eres el joven recluta que estaba observando el torneo, ¿verdad? —preguntó la figura en voz baja.
Daniel se sorprendió y se adelantó un paso.
—Sí, soy yo. ¿Quién eres?
La figura se descubrió la cabeza, revelando a una mujer de rasgos elegantes y ojos oscuros que reflejaban la luz de las antorchas.
—Mi nombre es Eveline. Soy una de las sirvientes del castillo y he visto tu interés en la princesa —dijo la mujer con una voz suave pero firme—. Si realmente deseas conocer a la princesa Lyra y ayudarla, debes saber que no es una tarea sencilla. Ella es… complicada, y sus motivos están envueltos en misterio.
Daniel se inclinó ligeramente, mostrando respeto.
—Quiero entenderla y protegerla. Hay algo en ella que me llama, y estoy dispuesto a hacer lo que sea necesario para cumplir con mi misión.
Eveline lo miró con una mezcla de sorpresa y preocupación.
—Entonces debes prepararte. Lo que buscas no será fácil de alcanzar. La princesa no es solo una figura de poder, sino también alguien que lleva un peso muy grande sobre sus hombros. Pero ten cuidado, hay quienes no quieren que su verdadero yo sea conocido.
Con esas palabras enigmáticas, Eveline se despidió, dejando a Daniel con más preguntas que respuestas. Sabía que el camino por delante sería arduo y lleno de desafíos, pero la visión de la princesa Lyra y el deseo de comprenderla y protegerla seguían siendo su guía.
Daniel regresó al cuartel con la mente agitada pero resuelta.
/Brokenheart/