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Pasiones Ocultas.

Pasiones Ocultas.

Status: Terminada
Genre:Romance / Yaoi / Completas / Posesivo / Arrogante / Mujeriego enamorado
Popularitas:95.6k
Nilai: 4.9
nombre de autor: Wang Chao

Samuel odia a Dereck, y Dereck disfruta molestar a Samuel. La razón detrás del odio de Samuel es un misterio para Dereck, quien no entiende por qué su antiguo amigo de repente se distanció y lo mira con desprecio. Sin embargo, el destino parece empeñado en reunirlos, y constantemente se encuentran forzados a pasar tiempo juntos. A medida que pasan más tiempo juntos, sus sentimientos comienzan a cambiar, aunque la desconfianza de uno y el miedo del otro complican las cosas.

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Capítulo 22. Lo odio, me odio.

Derek se quedó mudo con la declaración de Samuel. ¿Hombres? Él estaba hablando en plural, entonces, ¿Samuel había estado con más personas? Su imaginación voló y la ira comenzó a hacerle querer matar a esos bastardos.

—Derek, ¿por qué no le das una oportunidad a tu padre de explicar las cosas? —Samuel dio un paso adelante y se relajó un poco—. No va a ser fácil, pero, piensa en el accidente... tuviste miedo de perderlo, ¿no? ¿Qué hubiera pasado si no se salvaba? ¿Podrías vivir con el arrepentimiento de no haber pasado más tiempo con él?

Derek había bajado la cabeza con los brazos rectos a su costado, manteniendo los puños apretados con tanta fuerza que las venas, de por sí notorias, se marcaron más. En realidad, él no estaba prestando atención a las palabras de Samuel; su mente aún seguía repitiendo aquellas preguntas.

Le gustan los hombres. Él ya lo sabía, no obstante, todo lo que había ocurrido y sus propios sentimientos y odio lo hicieron olvidarse de ello.

Ha besado a hombres. Eso también lo sabía; él fue el primero que probó los labios de Samuel. El dulce aroma a cereza del bálsamo aún rondaba en sus pensamientos. La suavidad de la carne como la seda era un recuerdo que estaba dispuesto a guardar hasta el día de su muerte. La inocencia de aquel primer beso permanecía plasmada en su ser. Los labios de Samuel templaron ligeramente cuando él se atrevió a probarlos, pero no se apartó; en cambio, se fundió con él. No obstante, imaginarlo besando a otras personas era inconcebible.

—No quiero sonar cruel, pero piénsalo, si tu madre te amaba tanto como decía, ¿por qué te dejó en primer lugar? Eres su hijo, Derek, y dicen que las madres hacen lo que sea por ellos. En todo caso, te hubiera llevado y no hubiera huido por dos años sin siquiera despedirse. —Pero, a pesar de sus palabras, Derek no reaccionó. Samuel lo miró y soltó un suspiro, dando media vuelta. Al final, era inútil tratar de razonar con él. Sin embargo, su muñeca fue sujetada con fuerza bruta que lo hizo soltar un quejido de dolor.

Derek levantó la cabeza lentamente. Su cuerpo se había movido inconscientemente y no planeaba soltar a Samuel. Aunque le irritaba saber que Samuel había besado a otro, la sangre le hirvió cuando escuchó su última declaración: se acostó con otro hombre.

—Tú... ¿con qué bastardo lo hiciste? —las palabras salían frías y los ojos parecían querer derramar sangre. Samuel, su Samuel, no podía pertenecerle a nadie más que a él.

—¿Q...qué? —Samuel estaba confundido y el dolor en su muñeca no hacía más que intensificarse. Pasó saliva y trató de soltarse, pero no tuvo éxito. En cambio, Derek agarró su otra muñeca y lo acorraló contra un banco, haciéndolo sentarse—. Derek, me duele.

—No hasta que me respondas. Dime, Samuel, ¿con qué bastardo te acostaste? —Derek, poniendo una rodilla en medio de las piernas de Samuel, se inclinó quedando cerca de su rostro—. Responde, Samuel.

—N...No—dijo, desviando la mirada con el rostro completamente avergonzado—. No tengo por qué responder.

Derek arrugó más las cejas, si es que se podía. La respuesta no era lo que buscaba, pero sí lo que esperaba. Él era un cobarde solamente que pretendía monopolizar a alguien que él mismo quiso olvidar.

—Responde la maldita pregunta, Samuel —susurró en su oído con voz amenazante. Miró el rostro rojo de Samuel, sus labios apretados y el dolor en sus cejas lo provocaron aún más. Pensar que otra persona pudo ver ese mismo rostro exudando lascivia hacía que el coraje aumentara. Samuel claramente no iba a hablar, así que tuvo que arriesgarse, sabiendo que odiaría la respuesta—. Fue Elbert, ¿verdad?

Samuel bajó la mirada y mordió su labio con fuerza. No entendía el comportamiento de Derek, ¿no estaban hablando de su padre? ¿Por qué de repente sacaba ese tema a flote? Además, era algo privado.

—El silencio dice más que mil palabras, ¿has escuchado esa frase? —Derek aprisionó las manos de Samuel con una sola mano y con la mano libre lo agarró de la barbilla, obligándolo a verlo—. Sé que fue él.

—¿Y qué? —dijo con dificultad. Derek sí que le estaba apretando las mejillas—. Ambos estábamos solteros, ¿qué tiene de malo que seamos novios?

—¿Pareja? —Repitió incrédulo—. ¿Son pareja ahora?

—No, pero lo fuimos. —No tenía por qué esconder su antigua relación—. Ya respondí todas tus preguntas, ahora déjame ir.

—¿Te gustó? ¿Te gustaron sus besos, sus caricias? ¿Te gustó hacerlo con él? —Samuel se coloreó nuevamente. Miró a Derek sorprendido. Los ojos oscuros mostraban un poco de tristeza y sus cejas, que antes estaban arrugadas, habían caído. Un extraño calor inundó su corazón. Él sabía qué significaba.

—Deja de hacer preguntas incómodas —no es como si él no lo hubiera disfrutado, pero tampoco fue lo mejor que hubiera probado. Elbert era bueno y gentil, pero a su corazón no lo podía engañar, y eso lo enojaba.

—¿Te gustó más que yo?

—¿Qué...?

Samuel no tuvo tiempo de terminar la pregunta cuando sus labios fueron forzados a unirse con los labios ajenos. Derek levantó más su barbilla y lo besó tan intensamente que sentía que su piel podía ser desgarrada.

¡No lo besaba, Derek se lo estaba comiendo!

Samuel cerró los ojos con fuerza, negándose rotundamente a corresponder, pero Derek mordisqueó su labio inferior y lo hizo abrir la boca en un pequeño gemido. La abertura fue aprovechada al máximo y la lengua ajena ingresó a su cavidad bucal. El beso era intenso y el cuerpo de Derek se pegó a él, rozando su rodilla en su ropa, haciéndolo jadear.

La mano fría de Derek bajó de su barbilla hasta su cuello para atraerlo aún más, si es que eso era posible. Lo hizo levantarse, separándose poco de sus labios para tomar un poco de aire y después fundirse con mayor intensidad.

Samuel quería negarse. Tenía que hacerlo. Dios sabe cuánto luchó, pero al final, sus deseos pudieron más que su raciocinio y terminó cediendo. No pasó mucho tiempo cuando Derek se sentó en la banca, haciendo que él se sentara a horcajadas sobre su regazo. Para este momento, toda la tensión del cuerpo de Samuel había desaparecido y únicamente quedaba el placer y el hormigueo.

Derek le soltó las muñecas y pasó hábilmente su mano hasta el glúteo de Samuel. La mano en el cuello ajeno también se retiró y fue usada para rodearlo por la cintura. Gracias al físico delgado del bailarín, Derek pudo abarcarlo perfectamente.

Samuel, por otro lado, tuvo la oportunidad de huir; sin embargo, solamente usó sus manos para abrazar el cuello de Derek sin despegarse de sus labios. Pero aunque habían estado tomando bocanadas de oxígeno de vez en cuando, sus pulmones comenzaron a exigir mucho más. A regañadientes, los dos se separaron.

Samuel jadeaba y la saliva escurría por la comisura de su labio. Sus ojos estaban un poco llorosos y su rostro completamente sonrosado. Era una imagen realmente hermosa ante los ojos de Derek. Si pudiera, lo haría suyo en ese momento.

—¿Tú, acaso... no respiras? —preguntó Samuel, tratando de controlar su errática respiración.

Su pecho subía y bajaba, buscando llenar sus pulmones del aire que Derek le había robado. Quiso golpear a Derek por hacerlo jadear tanto, pero sus brazos habían perdido fuerzas por la sensación de placer que le causaban los besos. Era increíble que, con solo sus labios, pudiera mover todo su mundo y llevarlo al cielo.

Derek se rió levemente y apretó el glúteo de Samuel, causando un "ngh" mientras su espalda se arqueaba pegándose a su cuerpo. Samuel se enrojeció y ocultó su rostro avergonzado en el cuello de Derek.

—Si eres tú, no me importa morir de asfixia —le susurró con coqueteo.

Samuel estaba feliz por esas palabras, pero en el fondo estaba completamente aterrado. Derek siempre había sido así. Lo ilusionaba, lo llevaba al cielo en un segundo y, cuando estaba envuelto en la máxima felicidad, lo dejaba caer directamente al infierno, quemando todas sus ilusiones y destrozando su felicidad.

Confiar en él en ese momento sería arriesgarse a otro año de depresión, a ser abandonado sin explicación alguna, o que Derek fingiera tener amnesia al día siguiente.

Hubo un momento de silencio extenso donde ambos lograron controlar sus acelerados corazones. Aunque la posición era cómoda, Samuel quería alejarse, pero apenas movió un poco cuando Derek lo aprisionó nuevamente.

—Déjame quedarme así un poco... por favor —su voz sonaba quebrada y sus manos temblaron un poco. Samuel no hizo esfuerzo alguno por moverse; sabía que Derek estaba mal emocionalmente.

Derek enterró su cabeza en el pecho de Samuel, sintiendo cómo los dedos fríos del bailarín jugaban con su cabello. Estaba completamente aterrado, ya no podía huir ni fingir sus sentimientos. Pero más allá del miedo, se encontraba completamente enojado con él y con todo lo que creía correcto.

A pesar de haber pasado años desde que su madre había desaparecido de su vida, la inocencia de un niño de diez años y el amor de un adolescente de doce aún estaban en su interior. Nunca se había logrado deshacer del sentimiento de abandono que Anna causó en él. La extrañaba y deseaba que regresara. La herida seguía abierta y sangrando como el primer día. El odio hacia su padre y hacia él mismo no habían disminuido; incluso se había incrementado.

Quería ser feliz, pero las palabras de su madre atormentaban cada uno de sus sentidos. Desde joven intentó seguir lo que ella le había inculcado, lo que ella le había pedido, pero al final, se había enamorado de un hombre y, por más que forzó su corazón hacia una mujer, las cosas salieron pésimas.

Dolía saber que había decepcionado a la persona que amaba. Le aterraba pensar que, si un día ella regresaba, él se había convertido en lo que se forzó a odiar por años. Aún recordaba vívidamente cómo el odio se reflejaba en los ojos oscuros de su madre. A menudo, mientras pensaba en los confusos sentimientos que Samuel causaba en él, se preguntaba si ella lo miraría con el mismo odio y desprecio que a su padre.

Pensar en eso hacía que su corazón se estrujara. Sin darse cuenta, las lágrimas habían escurrido por su mejilla y el gimoteo se hizo sonoro. Hacía años que no lloraba, pero ya no podía soportarlo más. Todos los sentimientos de tristeza y repulsión se apresuraron a él y ahora era imposible detenerlos.

Lloró y lloró hasta que sus ojos se quedaron secos y solo entonces se dio cuenta de cuánto dolor había soportado solo y en silencio.

—Lo lamento, Samuel. Realmente quiero que me perdones. —dijo, levantando la mirada borrosa por las lágrimas. Samuel le sonrió con cariño y limpió el resto del agua salada con sus pulgares, después, le dio un beso en la frente.

—Te perdono, pero... quiero que me digas todo, ¿de acuerdo? —él asintió.

—Todos estos años he pensado en ella, en la razón por la cual nos abandonó. En por qué me abandonó. Odié tanto a mi padre que, cuando tuve suficiente fuerza y fui más alto que él, incluso llegué a golpearlo. —confesó sin mirar a Samuel. Estaba avergonzado y aterrado por su reacción—. Y cuando me di cuenta de que yo era igual, comencé a odiarme y a lastimarme. Me metía en peleas de cualquier tipo; de alguna manera, era una forma de castigarme por estos sentimientos incorrectos.

Samuel guardó silencio todo el tiempo, escuchando y guardando cada una de sus palabras en su corazón. Aunque sus padres no lo rechazaron directamente y tampoco dijeron nada desagradable, no lo aceptaron. En aquel día, cuando su padre lo vio besando a Elbert, todo su mundo se convirtió en un caos.

"No puede gustarte un hombre," eso fue lo que dijeron. "¿Por qué no?" Era un amor como cualquier otro, pero ellos no lo entendían de esa manera.

"Después de que nosotros estemos muertos, puedes hacer lo que quieras, antes, no."

Pero él era diferente a Derek. Él no quería cambiar lo que era y tampoco estaba dispuesto a ocultarlo, por ello siguió viendo a Elbert. Aunque al final él se fue, valió la pena. En esos días, sus padres le aplicaron la ley del hielo, pero estaba bien; al menos no lo habían despreciado tanto.

Tal vez era un poco irónico hablar de lo que una madre debía hacer o no, porque Susan era similar, pero buscaba reconfortar a Derek de alguna manera.

—Todos estos años he estado tratando de cambiar. He estado con tantas chicas que perdí la cuenta, pero nada ha cambiado. Cada vez que veo tu rostro y tu sonrisa, lo poco que he logrado se va al carajo y... tengo miedo, miedo de que cuando ella vuelva, vea que me he convertido en lo que más odiaba. Por eso lo odio, me odio.

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Anonymous
uh problemas, esa jenni, no es de confiar y la madre tampoco por su
Ale Must
el padre es un maricón como ella dice pero no entiendo por qué abandona a su hijo con él
Kore🌸
Excelente
Ale Must
exactamente eso mismo pensé yo ........esto es una perreta de celos
Ale Must
la familia trata a Samuel como si fuera una mujer y no un hombre y la forma de interactuar entre él y Derek también da la impresión de que es una relación hombre-mujer, no dos ex amigos. Si fuera una novela de omegaverse lo entendería pero no es el caso, o sí?
Stella Maris Scaraballo
es obvio de quién será el nuevo chófer 😚😉😉😉😉😆 siempre disponible ese chico
Ale Must
a mí a los 20 ya nadie me decía que hacer.
Stella Maris Scaraballo
lindos pero será que ellos saben los verdaderos sentimientos de su amigo? 😂
Stella Maris Scaraballo
al fin veo terminada tu novela, no elijo novela a medio terminar porque no aguanto esperar actualización de capitulos el día a día,ya abia ojeado el comienzo y deseaba leerte,me gusta un buen comienzo y intriga
La Loca
Hermoso ✨
Rocío Carballo
padre no es quien engendra sino quien cría, quien esta presente y te brinda cuidado y apoyo. Alaan es su padre, no hay duda en ello no importa lo que la bruja que solo tiene título de madre pero no es mas que palabras vacías.
Andrea Suarez
Excelente
Raiza Rada
Gracias 🫂 por esa historia de amor perseverante
Yolanda Beatriz Lagos Celarien
yo pienso que estos dos van a terminar juntos
Angel
no siguió en contacto con Elbert?
Angel
que paso con el conductor?, cuando paso el accidente, Samuel no se podía comunicar con Dereck ni el conductor (se me olvidó el nombre). también que paso con la mamá de Samuel? y Jenny?
Maria Isabel Fernandez
coño!!!! pero que falta de carácter de este niño, porque se deja , ne da coraje 😡
Maria Isabel Fernandez
muy buena la historia, ya empecé a hacer coraje con este personaje , es tan predecible tan manipulable, que me da triste, va a sufrir y mucho....
Tomasa Aguirre
cómo me ases sufrir
Tomasa Aguirre
me quedé tonta nunca unnaguine que fuera tan perverso el padre da Sami
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