Después de graduarse de la universidad, Michelle y Fernando se reencuentran... ella como trabajadora y él como su cliente... habían cambiado muchas cosas en él, pero ella seguía desconfiando de todo hombre y toda mujer que se le acercara... ¿Logrará Fernando recuperar el amor juvenil que una vez surgió entre ellos o tendrá que dejarla ir?
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CAP 23
UNOS DÍAS ATRÁS
- ¡Quiere ir conmigo a ver a nuestro hijo! ¿Qué hago ahora? ¿Lo llevo al cementerio? - Silencio - Sí... olvídate por un segundo de ella... Si Fernando descubre que mi hijo está muerto se irá todo el plan al traste.
Le escuchaba decir Fernando quien había subido porque ella demoraba mucho en bajar... La puerta de la habitación matrimonial había quedado algo entre abierta y pudo escuchar parte de la conversación que Daniela tenía con alguien más...
Sonrió... sabía que ella le había mentido...
Con ambas manos en los bolsillos se alejó un poco.
-¿Está todo bien? - preguntó desde el pasillo
- No, no lo está. ¡Me ha bajado el período y no tengo toallas! ¿Puedes comprar toallas por mí por favor? - fue lo primero que se le vino a la mente para entretenerle
- ¿Toallas? - preguntó extrañado
- ¡Si! Por favor ve a la farmacia y que te den toallas sin alas...
- ¡Está bien! ¡Demoraré unos minutos! - respondió él...tenía otra idea en mente
- ¡Si, si! - respondió ella mientras pensaba que haría.
Entonces Fernando fingió marcharse... salió en su auto de modo que Daniela lo viera irse y luego aparcó en una esquina desde donde divisaba su casa.
Desde allí realizó una llamada
- Buenos días - le saludaron una vez que alzaron el teléfono marcado - ¿En qué podemos serle útil?
- Buenos días - respondió él - Necesito saber de Daniela Ferras, ¿Aún se encuentra allí?
- No, a la paciente vino un amigo y la sacó bajo responsabilidad personal...
- ¿No había terminado su tratamiento?
- Aún le quedaban unos días, pero ya estaba bastante estable
- ¿Y su hijo?
- ¿Hijo? - preguntó extrañada - La señorita Ferras no tiene hijos... aunque si escuché que había perdido uno hace años.
- Gracias. - y sin esperar respuesta colgó.
¿Quién era él supuesto amigo que la había traído hacia él? ¿Por qué lo había hecho?
Regresó luego de unos minutos a pie para no hacer ruido... La sintió en la cocina así que de punticas fue hasta su habitación... Allí estaba el teléfono...
¡Solo tenía dos números!
Marco el primero de ellos
- ¡Ya te dije que resolveré lo de tu hijo de mentiras! ¡No me llames más! - conocía esa voz...
Colgaron la llamada antes que él. Miró la pantalla del móvil...
¡Daniela estaba ayudando a David!
Bajó hasta la cocina entonces sorprendiendola a ella
- ¡Regresaste rápido! - le exclamó tratando de recuperar su compostura
- ¿Es mentira lo de mi hijo verdad?
- ¡Vuelves con lo mismo! - intentó huir, pero Fernando la detuvo por un brazo - ¡Ya te dije que te lo presentaré!
Fernando se rio
- ¿Me crees estúpido?
Ella abrió los ojos sorprendidos
- ¡No! ¡Cómo crees! - intentó soltarse, pero entonces él le apretó con más fuerzas - Fernando me lastimas
- Estás jugando con fuego Daniela... te vas a quemar otra vez - mascullaba entre dientes
- ¿Qué?
- David - escuchar ese nombre la hizo palidecer un poco - ¿Es él el amigo que te trajo aquí?
- ¿Quién es David? - intentaba mentir descaradamente
- ¡No me colmes la paciencia! - elevó su tono de voz hasta escuchar ecos - ¡Sabes de qué te estoy hablando! ¡Tu hijo murió!
Ella entonces lo miró algo asustada y rompió a llorar. Él retiro la mano que la apresaba
- Quiero saberlo todo Daniela, está vez hazlo bien...- dulcifico un poco su tono de voz
Ella asintió con su cabeza y fueron ambos hasta el sofá más cercano.
- Es verdad que tuve un hijo - lloraba - y también es verdad que murió... apenas tenía dos años
Escuchar aquella confesión a Fernando le estrujaba el corazón...
- ¿Era...? - intentó preguntar, pero ella negó con la cabeza
- No era tu hijo... Cuando salí de tu casa aquella vez, no tenía a donde ir... comencé a prostituirme... y salí embarazada del mal nacido proxeneta que cuidaba el área...
Fernando no pudo evitar soltar un suspiro de tranquilidad, por un momento pensó que su hijo había muerto por su propia culpa...
Ella solo miraba la taza entre sus manos mientras las lágrimas goteaban en su regazo
- Lo perdí por mi culpa... Su padre me golpeaba ... Consumía drogas... y cuando el embarazo me impidió que siguiera prostituyéndome... Pasaba hambre... él y yo...- pasó una mano por sus mejillas para limpiar las lágrimas - Un día llegué y estaba dormido - sonrió - parecía un angelito ¡Y en efecto lo era! ¡Apenas tenía dos años!
- ¿Estaba...? - no se atrevía ni siquiera a preguntar
- Sí, de hipoglucemia... murió de hambre Fer...
Fernando no pudo aguantar más y la abrazó... sentía que el corazón se le partía con aquella historia... Y ella no podía estar mintiendo está vez... Se le veía el dolor en el rostro... ¡Aún dolía!
Pasaron varios minutos solo así... el silencio solo era roto por los gemidos desgarradores de dolor de una madre...
