En un reino gobernado por una familia real que ha reinado durante siglos, Lilith, una joven de extraordinaria belleza y poderes mágicos, nace destinada a ser la villana del cuento. Desde niña, Lilith ha sido marginada y temida por los habitantes del reino, quienes creen que su sola existencia traerá la ruina a todo lo que ama.Cuando el rey y la reina mueren en extrañas circunstancias, Lilith se ve obligada a huir del palacio y a esconderse en las sombras, mientras que su hermano Azrael asciende al trono, convirtiéndose en un gobernante tiránico y despiadado.Decidida a reclamar su derecho al trono y a demostrar que no es el monstruo que todos creen, Lilith se embarca en una peligrosa aventura, enfrentándose a criaturas mitológicas, aliados inesperados y a su propio destino. A lo largo de su viaje, Lilith deberá aprender a abrazar su naturaleza oscura y a utilizarla para liberar a su reino de las garras de su hermano.¿Logrará Lilith superar los prejuicios y convertirse en la heroína de su propia historia? Descúbrelo en esta épica novela de fantasía, llena de magia, intriga y un giro inesperado que te dejará sin aliento.
NovelToon tiene autorización de Gabrielcandelario para publicar essa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Capitulo 14
Capítulo 14 - Un Futuro Incierto
Después de nuestra épica batalla contra la criatura demoníaca, el reino entró en un período de relativa calma y recuperación. Dedicamos nuestros esfuerzos a reparar los daños causados por sus ataques, brindar apoyo a los afectados y fortalecer nuestras defensas mágicas.
Sabíamos que la bestia no tardaría en liberarse de su prisión y volver a amenazar nuestras tierras, así que Selene, Zahra y yo trabajamos incansablemente para crear hechizos y rituales más poderosos que pudieran contenerla.
Mientras tanto, Damien, Esmeralda y Theron se encargaban de entrenar a nuestras tropas y mejorar las fortificaciones del reino. Necesitábamos estar preparados para cualquier eventualidad.
Endymion, por su parte, se había convertido en un valioso aliado y confidente. Después de que le revelara mi turbulento pasado, él me demostró su inquebrantable apoyo y su fe en que podía redimirme. Su presencia a mi lado me daba la fortaleza que necesitaba para enfrentar los desafíos venideros.
Un día, mientras paseaba por los jardines del palacio, tuve una nueva visión que me heló la sangre. Vi a la criatura demoníaca liberándose de su prisión y lanzándose sobre el reino con una furia devastadora. Nuestros esfuerzos parecían haber sido en vano, y el futuro se veía cada vez más incierto.
Corrí a compartir mis preocupaciones con Selene, Zahra y los demás. Juntos, analizamos la situación y trazamos un plan de contingencia, pero todos sabíamos que enfrentaríamos una batalla aún más feroz que la anterior.
—Debemos estar preparados para lo peor —dijo Selene, con semblante grave—. Esta vez, la criatura no se detendrá ante nada. Nuestra única opción será luchar hasta el final.
Asentí con determinación, aunque el miedo por el bienestar de mi pueblo y mis seres queridos me atenazaba el corazón.
—Lo haremos —respondí, con firmeza—. Venceremos a esta amenaza, cueste lo que cueste.
En los días siguientes, nos sumergimos en una frenética actividad, reforzando nuestras defensas y preparando a nuestros guerreros y hechiceros. Sabíamos que la batalla final se aproximaba, y que solo la unión de nuestras fuerzas nos daría una oportunidad de salir victoriosos.
Finalmente, el fatídico día llegó. La criatura demoníaca irrumpió en el reino con una furia arrasadora, sembrando el caos y la devastación a su paso. Nuestras tropas y nuestros poderes mágicos se enfrentaron a ella con valentía, pero parecía que nada podía frenar su implacable avance.
En medio de la batalla, Endymion se acercó a mí, con una mirada cargada de determinación.
—Lilith, hay algo que debo decirte —dijo, tomando mis manos—. Yo... yo te amo. Y estoy dispuesto a dar mi vida para protegerte y a este reino.
Sentí cómo las lágrimas brotaban de mis ojos, mezcladas con admiración y temor.
—Endymion, no... —musité, con el corazón encogido.
Pero él me silenció con un beso apasionado, y luego se lanzó al frente de la batalla, enfrentando a la bestia con todo su valor y su poder.
Observé, impotente, cómo Endymion y los demás luchaban con ferocidad, intentando detener a la criatura. Pero a medida que pasaba el tiempo, vi cómo nuestras fuerzas comenzaban a flaquear, mientras que la bestia parecía ganar más y más fuerza.
En un momento crucial, la criatura logró romper nuestras defensas y se lanzó directamente hacia mí, con la clara intención de acabar conmigo. Cerré los ojos, esperando el final, pero de pronto sentí como alguien se interponía entre nosotros.
Cuando abrí los ojos, vi a Endymion frente a mí, recibiendo de lleno el ataque de la bestia. Su cuerpo cayó inerte a mis pies, y un grito desgarrador escapó de mi garganta.
—¡Endymion! —grité, desesperada, abrazando su cuerpo sin vida.
La criatura soltó una carcajada triunfal, regodeándose en mi dolor.
—Ahora eres mía, Lilith —siseó, acercándose lentamente—. Tu amado ha caído, y nada podrá salvarte de tu destino.
Miré a mi alrededor, observando cómo nuestros aliados también caían uno a uno ante la implacable fuerza de la bestia. El horror y la desesperanza se apoderaron de mí, mientras me preguntaba si esta vez no habría forma de detener a esa criatura maldita.
¿Acaso nuestros esfuerzos habrían sido en vano? ¿Estaríamos condenados a ver cómo nuestro reino y nuestros seres queridos eran devorados por la oscuridad?
Esa es mi humilde opinión.