Jarrón Maldito

Una vez dentro del apartamento de Chris, Bai fue a la habitación de invitados para preparar bien el lugar para hacer lo que podría llamarse exorcismo. Blaire hizo uso de todas sus capacidades que tenía en ese momento para primero establecer una zona segura y luego fue a buscar a Jules.

-Necesito que entres a la habitación.- Le dijo Bai a Jules, señalando la habitación más pequeña de apartamento.

-Okay...- Jules se levantó del sofá donde se encontraba conversando con Chris, para luego ir a la habitación que Bai le señaló y se sorprendió al ver que todas las paredes estaban llenas de distintos símbolos escritos en papeles, símbolos que no entendía para nada. -Esto es demasiado extraño, siento que voy a vomitar.- Dijo ella, cada vez más nerviosa.

-Tranquila, te protegeré, lo prometo.-

-Eso me dijo mi ex y terminó dándome mi mayor desarrollo de personaje, ahora soy lesbiana.- Dijo Jules entre nervios y risas, quería quitarle un poco el peso a la situación para sentirse más tranquila.

-Lamento que tu expareja te haya lastimado, necesito que te quites la parte de arriba, puedes quedarte tu brassier...- Dijo Bai con timidez, no quería que pensara raro de él.

-Okay...- Jules quitó su blusa.

Bai procedió a dejar sellos en los brazos, cabeza, abdomen, pecho y espalda de Jules.

-Me siento como en una película.- Dijo ella mirando los sellos sobre su cuerpo.

Bai no le respondió y fue por Chris para que le acompañara, después de eso, cerraron la puerta y todo comenzó. Blaire comenzó a recitar distintos sutras y así el cuerpo de Jules, que reposaba sobre la cama de la habitación, comenzó a reaccionar. Al principio le dolía, luego gritaba, sentía su cuerpo arder hasta que en un punto hubo silencio, Chris se preocupó, pero de pronto algo comenzó a salir de la boca de Jules, que llegó hasta el suelo y comenzó a tomar forma de una bella mujer desnuda.

-Hu Li Jing...- Dijo Bai.

-Bai Ze... Maldito....- Dijo la mujer, con una voz débil, cayendo débil en el suelo.

-Nos volvemos a encontrar.- Dijo Bai, se veía molesto, en cambio Chris estaba alerta.

-Pensé... pensé que esta vez lograría tenerte, he esperado demasiado...- Su voz se volvía una llena de tristeza.

-Lo siento, sé que te causé dolor, y a los demás espíritus también, pero te dejaste llevar por el rencor y terminaste lastimándote a ti misma, Hu Li Jing.- Dijo Bai con una expresión seria en su rostro.

-No me llamo Hu Li Jing... soy Jia Re...- Dijo la mujer, molesta de ser llamada durante siglos por ese nombre tan banal.

-Jia Re, es un lindo nombre.- Bai sonrió y se agachó a la altura de la mujer, sin temor a ella.

-Cállate, maldito.- Ella extendió su brazo queriendo lastimar a Bai, pero este la detuvo.

-No temas... Las criaturas como nosotros siempre renacemos, espero que en tu próxima vida tu corazón se limpie de todo este rencor y puedas estar con tus hermanas.- Bai hizo un sello sobre la mujer, aprovechando la debilidad de ella, terminando por desvanecerse.

De pronto toda la tensión del ambiente desapareció y Chris se acercó preocupado a su amiga que yacía incosciente sobre la cama.

-¿Ella estará bien?-

-Sí, es sólo que, al separarla de Jia Re, parte de su vitalidad ha sido arrancada inevitablemente, pero se recuperará...- Dijo Bai, quien de pronto cayó inconsciente al piso.

La envolvente oscuridad de sus sueños siempre volvía, era un lugar frío, oscuro y solitario del que a veces no lograba escapar, pero esta vez un calor pareció recorrer su cuerpo, era él, hace muchos años cuando las civilizaciones humanas recién comenzaban a formarse, recordó que alguna vez fue un guía para las distintas criaturas que habitaban el mundo y como su hambre de sabiduría lo había llevado a descubrir la maravillosa humanidad, a la que inevitablemente se apegó. A pesar del dolor que los humanos le habían causado, también sintió amor de parte de ellos, descubrió tantas cosas que habían creado al Bai Ze de la actualidad.

La luz se volvió molesta y Bai despertó, dándose cuenta de que estaba en la cama de Chris, pero no lo logró ver en la habitación. Preocupado, Bai se levantó y fue a buscar a Chris, descubriendo que este se encontraba muy tranquilo viendo televisión en la sala de estar.

-Despertaste.- Chris se levantó y fue a abrazar a Bai, quien correspondió naturalmente el abrazo.

-Sí...-

-Me tenías preocupado, pero después me di cuenta de que solo dormías como un bebé y pensé que simplemente estabas agotado de haber hecho eso con Jules.-

-Sí, consumí mucha energía, ¿cómo está ella?-

-Bien, pero tiene un poco de fiebre.-

-Es normal, su cuerpo está débil así que era probable que se enfermara, pero se recuperará, lo prometo.- Dijo Bai con una sonrisa.

-Si tu lo dices...-

-Sí, estará bien.- Blaire dejó un besó sobre los labios de Chris, quien se sorprendió de que el mayor tomara la inicativa.

-Vaya, veo que te hizo bien dormir un par de horas.- Chris rio.

-Idiota... sólo tuve un sueño, recordé muchas cosas... y creo que me siento en paz, sé que Jia Re estará bien.-

-¿Por qué quieres que esté bien? Ella nos hizo daño.-

-Porque el resentimiento nos lleva a hacer cosas como las que ella hizo.-

-Bueno sí...-

-Y sé que estará bien y volverá a ser una criatura como la que era, ¿sabes? Cuando somos asesinados renacemos, y cuando nos suicidamos, reencarnamos como humanos, es una lógica extraña, pero me llevó a estar a tu lado de nuevo.- Dijo Blaire con una sonrisa tierna, sin dejar de abrazar a su amado.

-Creo que sí, la verdad no entiendo mucho de eso, sólo sé que estoy feliz que después de siglos haya podido estar a tu lado, no necesito nada más, de aquí hasta que se acabe el mundo...- Chris besó a Bai, tomándolo por la cintura, este sin dudar correspondió el beso, abrazando con fuerza al pelirrojo.

-De aquí hasta que se acabe el mundo...-