Del Odio Al Amor: Eres Mi Obsesión

— No sabes con quién te has metido, pensaste que caería en tu trampa!. — susurro Dominic a Amanda cuando la tuvo cerca.

Amanda lo miraba con cara de terror, pues Dominic parecía el mismísimo demonio.

— Lo siento Dominic, yo solo quería, yo solo quería... — Amanda no podía terminar la oración, ya que Dominic la miraba con cara de querer acabar con ella en ese preciso momento.

— Tú y yo no somos nada, no eres más que un lastre y siempre lo serás, ahora tú y tu familia pagarán el haber querido destruir mi relación con Alana.

Dominic soltó a Amanda y salió de la casa sin mirar atrás, él tenía que hablar con Alana, antes que siguiera pensando lo peor de él.

Alana estaba en una camioneta custodiada por hombres vestidos de negro, ella no sabía que estaba pasando, pues esos hombres no tenían permiso de hablar con ella.

— Déjenme salir, esto es un secuestro, ya déjeme salir. — gritaba Alana desesperada.

Después de unos diez minutos, la puerta trasera de la camioneta se abrió y en esta entro Dominic, su rostro ya no mostraba tanto miedo, en presencia de Alana él era otro hombre.

— Qué te pasa, acaso estás loco! — grito Alana molesta.

— Sí, estoy loco, pero loco por ti. — respondió Dominic.

— Déjame ir, yo no quiero hablar contigo. —

— Deja de portarte como una niña malcriada, somos una pareja y las parejas resuelven sus diferencias hablando.

— Y de que quieres hablar, acaso de cómo me engañaste y te burlaste de mí.

— Deja las niñerías, y pórtate como una mujer.

— Ahora soy una niña, pero mientras estás cxxxxxxx que soy?.

Los hombres que custodiaban la camioneta solo se limitaban a escuchar la conversación, ellos no podían creer que en el mundo existiera una mujer que fuese capaz de hablarle así a su jefe.

— Si quieres te enseño. — dijo Dominic con una sonrisa en su rostro.

— Vete al diablo, no me interesa hablar contigo, ahora dile a tus matones que me dejen salir.

— Eso no va a pasar, lo siento Alana, pero si no quieres estar conmigo lo entiendo, pero ahora no estás pensando con cabeza fría y lo mejor es que ambos nos calmemos.

A Alana no le quedó de otra que aceptar su destino, Dominic no la dejaría ir.

— No te dejaré ir hasta que me escuches.

— Esto no te lo perdonaré nunca, eres un imbécil.

— Tal vez lo soy, pero este imbécil te ama como un loco y no te dejará ir tan fácilmente.

— Di lo que tengas que decir y déjame en paz.

— Muchachos vamos a mi apartamento.

El chófer y otro hombre se subieron a la parte delantera de la camioneta, está gente parecía gánster, eso quería decir que Dominic seguía trabajando con gente mala, con criminales, en esto también me había engañado, pensó Alana.

Al llegar al edificio Alana bajo del vehículo y camino lo más rápido que pudo para alejarse de Dominic.

— No huyas palomita blanca, igual vamos al mismo lugar. — dijo Dominic en tono burlón.

Alana lo ignoro y entró al ascensor, Dominic la alcanzó muy rápido y se puso al lado de ella.

— Deja de huir, sabes que no puedes estar lejos de mí.

— Dominic, ya basta!, tú me has engañado y no solo con mi prima Amanda, sino también con lo de tu trabajo.

— Eso no es así, déjame explicarte las cosas. — le dijo Dominic a Alana acorralando a la chica contra una de las paredes del elevador.

Alana trató de apartarlo, solo que sus fuerzas eran muy diferentes, Dominic era una gran muralla, con un cuerpo bien trabajado.

Al llegar al apartamento Dominic llevo a Alana hasta la sala y le pidió que se sentara.

— Bien habla que estoy cansada y me quiero ir a dormir. — dijo Alana mirando por la ventana.

— Quieres algo de tomar?. — pregunto Dominic con voz suave.

— No, gracias!.

— Como quieras.

Dominic se sirvió un vaso de whisky y se sentó frente a la joven, él la miraba fijamente sin saber por dónde empezar.

— Y bien, habla, no tengo toda la noche.

— Ya te he contado acerca de mis hermanos y su historia.

— Si, pero no me dijo que le había presentado a su prometida.

— Escúchame y luego dices lo que quieras.

Alana lo miro con ganas de querer matarlo, Dominic siempre había sido tan dominante, pero hasta eso lo hacía ver atractivo, Alana guardo silencio y espero a que él hablará.

— Yo no estaba seguro de que Mauricio se mereciera a mi hermana Lucia, así que idee un plan, sé que suena estúpido, pero fue lo que hice.

Dominic le contó su plan y como lo llevo a cabo, también le dijo que él no sabía que Amanda era su prima y menos que ellas se llevarán tan mal.

Alana lo escucho atentamente, no podía creer que en el mundo existiera una persona tan egoísta como lo era Dominic.

— Realmente eres un imbécil, a ver un hombre que es capaz de dar su vida por la mujer que ama no debe ser cuestionado.

— Ahora, lo sé amor, y por eso te pido disculpas, yo no debí entrometerme en su relación y mucho menos poner en riesgo la nuestra.

— Entonces nunca tuviste nada con la loca de Amanda?

— Nunca, solo la contraté para que sedujera a Mauricio.

— Y lo logro?

— No, él respeto su matrimonio y a pesar de que no estaban en buenos términos, él no le fue infiel a Lucia.

— Bien, supongamos que te creo esa parte, ahora donde dejas lo de tu trabajo, que pasó con eso?

— Eso es más complicado amor, pero te juro que yo no soy y nunca he sido un delincuente, sé que he hecho cosas que no están bien, pero todo tiene una explicación.

— Explícame entonces.

El negocio de Laureano era mucho más complejo que el de ser un ganster, era algo secreto y no podía ser revelado, si eso pasaba Alana nunca podría alejarse de Dominic y aunque él quería eso, no la iba a obligar a vivir esa vida tan cruel.