Conductor Asignado

Llegamos al campo de tiro y entramos por donde nos indicó una coordinadora. Luego de pasar por el vestuario y colocarnos unos overoles que eran enormes y algo incomodos nos llevaron a una zona de práctica, para las insulsas como yo que no tenía idea de cómo manejar esto.

Me indicaron, casi con burla, como hacer bien el manejo del arma, apretar el gatillo y con un sentimiento le hago saber a la mujer que ya entendí. Tampoco que fuera una bruta.

Luego nos indican el camino hacia donde nos enfrentaríamos con los otros quipos.

El campo se visualiza grande y ya antes de salir mi hermana nos indica por medio de un mapa donde seria su encuentro con su futuro esposo.

El brillo de sus ojos nos deja ver la ansiedad que presenta. Se a desabrochados alguno de los botones de su traje y creo que se debe más a la ansiedad que a la necesidad de respirar.

Suena una corneta que me deja medio sorda y entre gritos salimos al campo. No somo solo nosotras, también participa del juego las primas de mi amigo, tías, y prácticamente toda la familia. Solo que dividido en diferentes grupos.

Nosotras somo el grupo rojo, el grupo de mi cuñado es el verde, las tías el amarillo y por ultimo el resto de los primos el equipo azul.

Espero que las tías conserven bien sus caderas y que los primos no descubran mi escondite porque mi único objetivo en este juego es dejar lleno de manchas rojas a mi querido conductor asignado.

Luego de que pasa la sordera por el sonido estridente de la corneta corremos al campo, mi hermana se escabulle en busca de su Romeo y yo prácticamente haciendo cuerpo a tierra me tiro en una montaña de pasto. Me cubro con el y sin casi respirar miro todo a mi alrededor esperando.

Poco a poco la pista va quedando vacía y ni rastros de mi conductor signado. Es tal el vacío que cada tanto se escuchan los quejidos de la pareja escabullida.

Agudizo mi oído al creer haber escuchado algo y si, definitivamente ese algo tiene un aspecto enorme que se mueve con sigilo a pesar de su tamaño.

Confundiéndose con el entorno es gracioso ver la concentración en su mirada. Se posiciona de manera que me da la espalda y tratando de hacer el menor ruido saco mi pistola para apuntarse y en el momento en que el disparó sale impactando en medio de su espalda él se gira y presiona a su vez el gatillo.

ꟷ¡Te gane! ꟷgrito saltando en mi lugar.

ꟷHiciste trampa ꟷexclama el apuntándome nuevamente con su arma cargada y una sonrisa para nada amistoso.

Eso me hace gritar y salir corriendo, evitando su descarga, pero una lluvia de balas de pinturas cae sombre mi trasero haciéndome reír y restregarme para aliviar el resquemor.

Su risa me persigue, trato de darle con algunas de mis bombas rojas, pero entre correr por mi vida y esquivar los obstáculos no logro nada.

Entre risas tropiezo con un tronco y el cae sobre mí. Su enorme cuerpo cubre el mío, sus labios a centímetros de los míos y cuando estoy por juntar nuestras bocas, el muy traicionero me llena la cara de pintura.

ꟷLo siento hermosa, pero esta partida la gano yo ꟷdictamina y luego como si fuera poco embarrada toda mi cara, desparramando la pintura mientras trato de zafarme de su cuerpo pesado gritando como loca y el riendo por su triunfo.

Luego cuando ya está conforme con su buena obra del día se levanta dejándome tirada, cubierta de pintura, tierra y pasto. Su risa se hace más estridente al igual que los gemidos de mi hermana que al parecer no han terminado la ronda candente.

Me pregunto quien ganara esa partida.

Me levanto algo enfurruñada por haber perdido, aunque claramente la que gano fui yo.

ꟷQue conste que la que dio el primer disparo fui yo ꟷdigo tratando de quitar el exceso de pasto de mi bocaꟷ, te deje ganar para no oír tus lamentos de niño caprichoso.

ꟷNena, esconderse entre los pastizales no es precisamente jugar limpio ꟷmurmura.

Toma mi cara entre sus enormes manos y limpia mi boca del exceso por pintura y cuando esta por darme un beso nos interrumpe los clamores de mi hermana y su primo, al parecer la partida de ambos finalizo con un empate.

Nos miramos abriendo los ojos sorprendidos al escuchar semejante escándalo y reímos, finalmente me besa y salimos del campo.

Al entrar a la zona de los vestuarios, las demás ya están cambiados y al verme se acerca mi tía algo escandalizada al ver mi cara toda manchada.

ꟷHay niña ¿Que te paso? ꟷdice tomando mi cara, pero enseguida me suelta para evitar la suciedad.

ꟷMe tope con un muro de pintura azul ꟷdigo en tono angustiado y miro de reojo a mi conductor asignado que ya está festejando la victoria con su equipo.

Sin escuchar las réplicas de mi tía sigo mi camino hasta el baño para tratar de lavar mi cara azulada.

Cada tanto suelto un gemido, esta pintura no sale.

ꟷTus quejidos me están poniendo ꟷescucho que dice mi conductor asignado.

ꟷPues ahí tienes papel y un baño para ti solito ꟷseñalo enojada tratando de quitarme el problema azul.

ꟷVen que te ayudo ꟷdice acercándose con un sospechoso pote.

ꟷ¿Qué es eso? ꟷdigo dando un paso hacia atrás, esquivando sus manos.

ꟷEs quita pintura ꟷmurmura colocando un poco del contenido en un trozo de algodón.

Miro como su enorme mano se acerca a mi cara, pasa el algodón con suma concentración mientas yo me pierdo viendo sus hermosos ojos.

Su tacto es suave y paciente, mientras que yo me vuelvo, con el correr de los segundos, un manojo de nervios.

Siento su pulgar en mi labio inferior y me percato que había cerrado los ojos, los vuelvo abrir y ahora su mirada es diferente, es voraz, caliente, deseosa.

Al parecer limpiar mi rostro paso a un segundo plano cuando se acerca a mí, pero cuando su lengua roza mi labio inferior escucho que la puerta se abre y como la cobarde que soy lo empujo metiéndolo a uno de los cubículos.

Tengo la sensación de que esto sabe mejor cuando es clandestino y antes de que diga algo callo sus protestas con mi boca.

ꟷCuando terminen ahí los dos, estaremos en el bar de la esquina ꟷescucho la voz de mi hermana llevándose al carajo mi fuerte idea de tener un amor clandestino y secreto.

Aunque es un secreto gritado a viva voz.

Beso con pasión sus labios y muevo mis caderas siguiendo la danza que marcan nuestras bocas, sus manos aprietan y reclaman más tacto, recordándome las doloridas presencias de sus dedos marcados en mi piel y si sique apretando así será aún más grande la marca.

Gimo mordiendo su labio inferior y me separo de él, sonrío al ver que le deje algo de las manchas azules que tenía en mi cara. Me levanto de su regazo tomando su mano para salir del cubículo.

ꟷ¿Esto se tiene que quedar así? ꟷpregunta mirando la cremallera de su pantalón.

ꟷCariño, no eres el único ꟷdigo saliendo del baño sin importarme lo sucia y manchada que estoy.

Camino saliendo del campo de tiro cuando escucho unas fuertes pisadas detrás de mí al voltear casi me quedo sin aire, ese hombre es todo un vikingo lujurioso.

ꟷUna hora ꟷmurmura tirando de mi mano hacia el bar donde nos esperan los demás.

Nunca, nunca estuve tan pendiente del reloj como lo estoy en este momento.

Estúpido y sensual Naguel.