Los primogénitos de Luriel y Anahí deberán tomar decisiones que afectan a sus corazones y a las leyes de su pueblo. El amor en la Aldea representa el vínculo que los une y los protege de todo el mal que los acecha. Podrán prevalecer sus corazones para mantener la paz o deberán elegir sacrificar el amor por la Aldea.
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Tercera parte: La familia
Ambas parejas fueron saliendo de la selva con los corazones acelerados y compartiendo miradas furtivas. Cuando Karai y Camila se acercaron al borde del camino, estaban su hermana e Iván esperándolos. Nadie dijo nada, pero la sonrisa cómplice que Camila le ofrecía a Iván, lo hizo sonrojar.
Camila soltó la mano de Karai antes que salieran del monte y él se giró a mirarla con cierta desazón… aunque reconocía que no sería bueno que los vieran más afectuosos de lo necesario.
Cuando el resto de la comitiva al fin salió del monte, ellos ya estaban llegando a la casa. Luriel había llegado a divisar que iban los 4 hablando acaloradamente.
Sus hijos se habían dedicado a la Aldea toda su vida y tal vez, un tiempo para ellos solos les serviría mejor para saber lo que les hace feliz realmente. Eso era la principal preocupación para Luriel.
***
Cuando ingresaron al jardín, encontraron a Anahí y a Irupé sentadas en el borde del estanque y se acercaron hasta ellas.
- Mamá… abuela… - dijo Karai con cierta ansiedad – ella es Camila la nieta del juez – dijo señalándola - y él es Iván, amigo de la familia – también lo señaló – ella es Anahí, mi mamá e Irupé, mi abuela – continuó orgulloso
- Es un gusto conocerlas – dijo inmediatamente Camila sonriéndoles encantadoramente mientras miraba a Anahí – desde pequeña amo sus historias… - y mirando a Irupé agregó – y desde hoy soy fan indiscutida de sus tartas…
- Encantada de conocerte Camila – dijo Anahí mientras intercalaba la mirada entre ella y su hijo y luego miró a ese muchacho y agregó - ¿eres novio de Camila?
Realmente disfrutó cuando los 4 negaron efusivamente esa suposición. Sus hijos eran transparentes para ella, podía saber exactamente lo que sentían por sus expresiones y en ese mismo momento le estaban diciendo que esas personas les interesaban de verdad
- Soy amigo desde hace años de su hermano Adrián – señalaba a Camila – son tantos años que tengo la suerte que me consideren como de la familia…
- Señal que eres buena persona – dijo sonriéndole y lo vio sonrojarse – porque el juez es una persona con muchos valores y principios.
- Gracias señora – le sonrió avergonzado y luego miró a Irupé – sus tartas de guayaba son un manjar…
- ¡Qué casualidad! – dijo sonriendo Irupé – es la Preferida de Guaci y hoy fue ella la que las preparó…
Iván miró a Guaci y ella le sostuvo la mirada solo unos segundos antes de bajar la cabeza completamente enrojecida…
Anahí miró la gran fuente que aun sostenía Iván en sus manos y le sonrió.
- Chicas siéntense con nosotras, vamos a hacer una reunión de chicas… - y señalando la casa agregó – hijo lleven esa fuente a la casa y cuando lleguen los demás… diles que hoy les toca preparar la cena a los hombres…
Karai sonrió y le hizo señas a Iván para que lo acompañara, pero a los pocos pasos, se giró para ver que Camila se estaba sacando las zapatillas para sentarse junto a Anahí. Sonrió. Esa chica le estaba gustando cada vez más.
- Esto es hermoso… - dijo Camila mirando las flores y los musgos que estaban alrededor del estanque
- Tiene 40 años... – dijo Irupé sonriendo – me lo construyó Mario cuando estaba embarazada…
- Y papá le construyó a mamá un jardín en una vertiente… - agregó Guaci abrazando a su abuela que estaba sentada a su lado – los hombres de mi familia son extremadamente románticos…
Camila no pudo evitarlo y desvió la mirada hacia la casa, pero aunque no lo veía no pudo evitar sonrojarse cuando descubrió a Anahí y a Irupé observándola.
- Cuéntame un poco de ti, Camila – dijo Anahí verdaderamente interesada – sabia de tu hermano desde que era pequeño, luego supe que naciste… tu abuelo siempre nos contaba cosas de ustedes
- Tengo 18 años, estoy estudiando literatura… - dijo con timidez –
- ¿Y te gusta…?
- ¡Me encanta! – exclamó rápidamente – pero hay materias que me cuestan más que otras…
- ¿Cuál es la peor de todas? – Anahí disfrutaba conversar sobre lo que le apasionaba
- Literatura Clásica… - puso cara de susto – no es que no me guste… me cuesta mucho recordar todo
- Eso es porque esa materia tiene un secreto… - se acercó más a ella y le susurró – hay que estudiarla como un chisme… y conversar sobre ella con otra persona… - la vio asombrarse – así me la enseñó mi abuelo y fue fantástica.
- Eso sería bueno, pero no tengo con quien hacerlo… - sonrió – no creo convencer a mi abuelo o a mi hermano que lo quieran hacer…
- Yo con gusto puedo ayudarte mientras estés en el pueblo… - se ofreció sinceramente
- Eso sería perfecto, pero ya nos vamos mañana… - dijo entristecida – pero le agradezco mucho el ofrecimiento.
- Pero si las vacaciones recién están empezando… - acotó Irupé inocentemente
- Mi hermano y sus amigos tienen que volver a trabajar… - dijo cabizbaja – y mi abuelo no me va a dejar quedar sola… - como se hizo un silencio agregó – está enojado conmigo porque he molestado a Karai…
- Ya me enteré que robaste su ropa – Anahí dijo en tono serio y la vio avergonzarse más – pero también me enteré que ahuyentaste a un yaguareté que lo estaba por atacar…
- Lo de la ropa… yo no sabía que lo metería en problemas… - dijo asustada – era solo una broma… y lo del yaguareté ni sé de donde saque el valor…
No vio la mirada cómplice que hicieron sus acompañantes, pero Anahí le puso una mano sobre las suyas que estaban estrujándose nerviosas sobre sus piernas.
- Gracias por lo que hiciste por mi hijo – la vio parpadear rápidamente – lo de la ropa también… - comenzó a reír – desde que es un niño es súper estructurado y racional… nunca lo he visto fuera de razón por nada ni por nadie… y si va a ser cacique necesita estar preparado para adaptarse a diversas situaciones.
- ¿Y si no quiere ser cacique, mamá? – preguntó Guaci mirando hacia la casa – todos asumimos que lo va a ser… pero… ¿y si eso no lo hace feliz…?
- Si el siente que va a ser feliz de otra manera, solo debe decirlo – le sonrió cariñosamente - los abuelos hicieron todo lo posible para que yo fuera feliz… nunca cuestionaron mi elección de Luriel… ni las decisiones que fui tomando…
- Pero mamá… - dijo Guaci con una sonrisa encantadora – tu romance con papá es algo fuera de lo común…
- En la familia es muy común… - contestó Anahí riéndose – yo aprendí de mi madre… la historia de amor de ella y papá también es hermosa… ¿Por qué la tuya o la de tu hermano tendrían que ser diferente?
- ¿Y si no me encuentro nunca con un amor así…? – Guaci insistió
- ¿Y si lo encontraste, pero estás distraída…? – interrumpió Irupé riendo también… - una gran historia de amor, primero necesita mucho esfuerzo, porque ninguna historia exitosa, fue fácil… - miraba a ambas muchachas intercalándolas - muchas veces hay que saber renunciar… renunciar a una vida planeada de otra manera… incluso a veces renunciar al propio amor para que no sufra… solo entonces es cuando Tupá endereza todos los caminos y te pone al gran amor de tu vida frente a ti…
- ¿Y cómo puedo saberlo abuela…? – la miraba confundida
- Cuando yo vi por primera vez a tu abuelo, tenía 17 años y el 28, cuando lo vi pensé que era un “hombre de fuego” – rieron todas – cuando me acerqué a él vi que tenía “ojos de cielo”, era el hombre más bello que yo había visto en mi vida… y amaba las plantas igual que yo… muy distinto a todos los hombres de la aldea… era romántico… dulce para hablarme… paciente para explicarme… y tenía una forma de mirarme como si yo fuera la mujer más bella de la tierra… supe en mi interior que quería que fuera mío…. – le sonrió a Camila – y tu abuelo nos casó… porque me expulsaron de la aldea… ninguna de las dos – señalo a su hija – podemos entrar a esa parte del monte donde entraron hoy.
- Mi historia en cambio, no fue amor a primera vista… - dijo Anahí – yo conozco a Luriel desde antes de nacer y lo amo desde que tengo 6 años… - la vio asombrarse a Camila - y luché contra su testarudez durante 11 años, hasta que conseguí que dejara sus complejos por mi… me lleva 22 años… pero es el mejor protector, amigo, amante, compañero y padre que pude haberle pedido a Tupá…
- Eso suena hermoso… - dijo Camila maravillada con la historia
- Y eso que no conoces toda la historia… - Guaci se reía – incluyendo que mamá compro a mi papá…
Comenzaron a reír y a contarle a Camila esa parte de la historia.
Cuando llegaron los demás… Karai le dio el mensaje a Luriel
- Nos toca preparar la cena… - dijo Karai señalando al estanque – están en reunión de mujeres…
- Bien… - dijo Luriel mirándolas – hijo vayan con Adrián a buscar al juez con el auto… así cenamos todos aquí en el jardín…
- ¿No les parece que esas mujeres son realmente hermosas…? – dijo Araí mirando a todos los hombres y todos ellos asintieron.
- Faltan las flores en el pelo… y serian unas ninfas… - dijo Mario abrazándola – tú también eres hermosa…ve con ellas…
- Abuelo… ¿Puedo cortar flores de tu jardín? – preguntó y antes de recibir respuesta salió corriendo.
Karai y Adrián comenzaron a caminar hacia el auto y Mario y Luriel avanzaron hacia la cocina, sin embargo Iván, Daniel y Pirá, seguían parados aun mirándolas…
- ¿Te gusta mi hermana…? – le dijo Pitá sin tapujos
- Es la mujer más bella que he visto en mi vida… - le contestó mirándolo a los ojos
- Pues compórtate con ella entonces… - le hablo extremadamente serio - somos 4 hombres en la familia para cuidarla.
- Te puedo asegurar que al único que le tengo miedo es a ti… - dijo sin un ápice de burla – me has mirado con cuchillos en los ojos todo el tiempo…
- Yo no me dejo convencer tan fácil como ellos… - dijo con un tono más fiero de voz
- Me parece bien… - le pasó la mano – me comprometo contigo entonces a tratarla como la princesa que es…
- Bien… - contestó y luego de dudar unos segundos aceptó ese saludo –
Siguieron mirándolas unos segundos más sin percatarse que Luriel y Mario los habían escuchado y sonreían ante el ímpetu de Pitá para defender a su hermana.