Cuando Me Enamore De Ti

...Advertencia...

...Este capítulo cuenta con contenido sexual explicito y un vocabulario vulgar, además de contar con alto contenido de poder y dominio que pudieran afectar a un público sensible, si por algún motivo es sensible ante lo mencionado con anterioridad puede abandonar la lectura, en caso de no ser así corre bajo su propia responsabilidad. Gracias....

Moriría antes de una muerte natural, antes de la vejez por estos celos que me albergaban, la rabia me mataría al grado de no poder seguir soportando mi existencia por permitir que alguien más que no fuera yo la besara, besarle, la había besado, el canalla de Jason Moore la había besado y sé dé primera mano que ella no lo hubiera hecho, la conozco bien y jamás me beso a no ser que yo tomara la iniciativa el grado de timidez y vergüenza podría sacar de sus casillas a cualquier hombre como Jeson Moore que no es más que un buscador de una noche fácil.

La había tocado y me puso a rabiar, la había besado y estaba a punto de comer la peor de las escenas en la oficina romper todo lo que atravesara en mi camino, lo habría hecho de no ser porque Adam estaba ahí mismo, sé que al momento de verme eufórico y molesto al grado de empezar a romper las cosas me detendría en cuanto antes, pidiendo una explicación.

—Amigo, que está ocurriendo— Dijo en cuanto vio mi semblante de pocos amigos que él conocía de primera mano.

—No es nada— Apreté los dientes buscando soportar la ira que estaba sintiendo en ese momento.

Mis acciones decían todo lo contrario a lo que en realidad quería aparentar, empecé a caminar con desesperación por la oficina que de vez en cuando llevaba mis manos a los bolsillos queriendo que el pesar se marchara, pero no lo lograba, no podía borrar la inquietud, la molestia.

—Te conozco más que tu Vincent, sé que algo ocurrió, que algo te molesta, si no tuvieras tanto pesar podrías decirme que demonios te está ocurriendo— Espetó reacio a la idea de que guardara silencio y sé que se la debo, pues él mejor que sabe estuvo en ese tiempo en el que creía que no existía más nadie que yo.

—Es sobre alguien— Formule con pesar volviendo al sofá y dejarme caer sobre este.

—Quien exactamente— Me giré para verlo y hacer que dejara de pedir explicaciones que no quería dar, pero a mi pesar él no aparto la mirada —Sabes tú conoces todo sobre mí el que tú me des ese voto de confianza es suficiente para mí, he quedado satisfecho con tus silencios, pero ahora necesito que me hables—

Tenía razón, en momentos en los que guardaba mi cólera él estaba, es el hermano que nunca tendré y el padre que jamás sabré que se siente tener.

—Hace unos días me encontré con Maya y supe de primera mano con quien estaba saliendo—

—Aguarda Maya Thompson la psicóloga—

Fruncí el ceño al escuchar lo último que dijo, nadie más que yo había descubierto que Maya era la psicóloga en el hospital en el que mi madre estaba internada, el hecho de que él supiera sobre eso y no me lo haya dicho me es imposible no mirar con cierto resentimiento.

—¿Sabías acerca de que ella estaba aquí en Manhattan?— Pregunte—¿Desde cuándo?— Pedí su explicación mientras me ponía de pie y lo encaraba.

—Vincent espera, antes de que te hagas ideas al respecto, déjame aclarar que sabía que era psicóloga, más no sabía que estaba aquí en Manhattan, cuando pasó de que ella se había marchado sin explicación guarde el contacto de su amiga, me exigió que no dijera nada al respecto de la vida de su amiga— Explico con ansiedad al ver mi rostro impactado.

Impactado, sí que lo estaba, se supone que la lealtad de un amigo está con uno, pero como podría enojarme con el que, sin embargo, solo prometió a la amiga de Maya que nunca diría una sola palabra.

—Vincent sé que quizás te sientas traicionado porque sé que así es, pero estabas lidiando con tu padre y tu esposa, el que te dijera donde estaba ella y a que se dedicaba, empeorará la situación y lo sabes—

Te una vez más la razón, como podría decir que aún la quería se me había casado con una mujer que ella misma descubrió era mi prometida.

Perdido en mis pensamientos salí de la oficina, estaba perdido en lo que estaba por hacer, sabía que podría odiarme por actuar deliberadamente, pero no podía dejar esto a la deriva, necesitaba saber, actuar lo que ella sentía por mí, si me quería así como yo la quise todo este tiempo, había tenido en pensamiento en que ella me habría superado, que ella me habría cambiado por alguien a quien quizás querría más que a mí, pero como creerlo si me miraste de la misma manera que antes.

Conduje en mi Aston Martin por toda la ciudad hasta llegar a ese edificio, no había tardado en descubrir en donde vivía y con quien lo hacía camine sin problema alguno entre los pasillos hasta que vi la puerta de su departamento el cual el hospital le brindaba por sus servicios, antes de perder de vista lo que había decidido camine casi corriendo hasta la puerta donde respire con el corazón a punto de salir de mi pecho di unos cuantos toques apresurados, tomándola por sorpresa, pues al abrir la puerta y chocar con esos ojos que me eran despampanantes.

—Vincent—

Sus ojos me vieron con sorpresa, con impacto dejando sus apetitosos labios abiertos sorprendidos por mi reciente aparición, entonces perdí de vista lo que estaba pensando antes de llegar, me perdí de vuelta en ti, en tus ojos y en tus malditos labios, me abalance sobre ella y la bese, sin ninguna palabra así a secas la bese.

Antes de llegar pedía a gritos que si ya no me querías me lo demostrará, que al besarte me rechazaras, eso es lo que pedía, pero como rayos dejarte si me besabas tan bien, si me correspondían correspondías perfectamente bien.

Cerré la puerta detrás de mi seguido de pegarte en ella cubriéndose con mi figura, tus labios eran una droga para mí a más no poder, los mordí al recordar que fueron besados por el imbécil de Jason, al hacerlo jadeo lo cual altero mis sentidos, baje mis manos a su cintura y la levante para que sus piernas me abrazaran acercándome más a su cuerpo.

Sin dejar de besarle empezó a caminar a tropezones queriendo encontrar un lugar donde sentarme.

—Donde está tu habitación— Dije al final con pesar de separarme de sus labios y verle el rostro a escasos, mínimos sentimientos del mío.

Señaló, por una parte, y con ella en brazos me encaminé hasta la única puerta que se mostraba, al entrar supe que en realidad si era su habitación, las paredes blancas, un librero repleto de libros que me leí solo por ella, la dejé sobre la cama y me dejé caer encima de ella volviendo a besarle con necesidad de saciar la sed que estaba sintiendo en la oficina, suspire en aprobación al sentir el pequeño vestido de satín que utilizaba para dormir.

Mis manos lo levantaron hasta sus s*nos donde dejé su boca y pasé a ellos con ímpetu, de pronto lo que sentí como una sed insaciable ahora era un calor apabullante que me exigía más de ella, más para saciar mi necesidad de ella, sus gemidos llegaron a mis oídos, esos que tanto añoraba por oír, fue bajando por su vientre y con delicadeza le fui quitando su ropa interior, me adentre en su interior saboreando su cavidad como un delante del que fui exonerado, coloque sus piernas en mis hombros y con mis manos la obligue a permanecer en su lugar al sentir como movía sus caderas sobre mi boca, alce mis rostros y fue lo más hermoso que abre visto desde entonces desde que por primera vez me permitió llegar más haya de los besos.

Dejo su intimidad para ponerme de rodillas y desprenderme de mi ropa, no soportaría ni un minuto más sin ella, sin poder sentirla.

—Vincent— Ronroneo al sentir el vacío de mis manos, entre cerro los ojos y una vez más me apoderé de sus labios.

Sin dejar de besarle gruñí al sentir lo estrecha que estaba para mí, lo caliente que estaba, sentí sus rasguños cada vez más profundos, constante me movida más rápido, al no poder besar su boca, recorrí su cuello escuchándola en mis oídos, escuchando nuestro lívido, el choque de nuestras pieles.

Me giré con ella en brazos dejándola a orca jadas de mí, al ver que su pequeño vestido volvía a cubrirla, se lo quite para volver a besarle y hacer que sus caderas se movieran, sus ojos se encontraron con los míos y me perdí en ellos como las miles de veces que lo hacía cada cuando la miraba.

—Besaste a Jason—Me detuve volviendo a dejarla sobre la cama conmigo encima —Lo hiciste— Volví a preguntarle sin dejar de verla a los ojos.

—Has venido por eso— Soltó un gemido cuando abruptamente entre de golpe en ella —Vincent, por favor—Su cabeza se enterró en la almohada dejando al aire su cuello el cual y aproveche para besarle, morderlo, recorrerlo, olfatearlo, con mi lengua trace un camino hasta su oído donde con una estocada más lambo su oído y susurro.

—Dime, quiero saber, lo besaste como a mí, lo invitaste a pasar la noche, dime, de lo contrario puedo torturar todo lo que quiera— Dije en un sonido gutural por la extinción que palpitaba a horrores.

—Él... El lo hizo, él fue quien me beso yo jamás podría—Dijo apenas audible a lo que yo sonreí y me moví lentamente dándole el placer que me exigía.

—Lo sé, sé que jamás podrías haberlo besado—

—Entonces por...

No la deje continuar cuando empecé a moverme con más intensidad volviendo a sentir esa fricción, ese exquisito placer de volver a estar juntos.