Flor De Papel

Estaban sumidos en su propio mundo sin embargo no todo puede durar para siempre pronto fueron interrumpidos.

Continuaron el paseo buscando cualquier cosa que llamara su atención.

Liliana se preguntaba dónde estaba Liz puesto que no los oía ni los veías al menos no cerca.

Liz era alguien diferente, ella ya había vivido y conocido, por lo tanto, era mejor no pensar en ella.

Ya que posiblemente ella estaba haciendo cosas que por el momento Liliana aún no tenía el valor de hacer.

Por eso mismo prefirió seguir dando paseos con su Duque hasta que llegara el momento prepararse para la noche.

Ella quería pasar el tiempo con Guillermo no solo porque quería conocerlo más, si no también porque no quería hacer mal tercio con la otra pareja.

Después cada pareja regresó al lugar del campamento a prepararse ya que era tarde y era casi la hora de la cena.

El sol no tardaría en esconderse y era mejor tener todo listo antes que empiece a oscurecer,para que todos estuvieran cenando cuando la noche caiga.

Las chicas ya habían decidido que cada uno dormiría con su respectivo Duque.

Claro que cada una de ellas tenían diferentes planes.

No habría ningún problema ya que de cada pareja quedaba alejado una de la otra así que tenían suficiente privacidad.

Entre cada refugio se encontraba el lago que se formaba con la caída del agua además con el ruido no había problemas en dado caso que hubiera ruidos extraños.

Después de preparar la comida se sentaron a comer charlaron animadamente haciéndose bromas entre ellas.

Los hombres veían a sus mujeres y pensaban que no había mejor forma de pasar el tiempo que junto a la mujer que amaban y en compañía de buenos amigos.

En estos instantes no importaba el pasado solo el presente y por lo único que deberían de preocuparse es por asegurar un futuro juntos.

Aún era algo temprano para dormir posiblemente no lo harían muy pronto, Por eso cada una de las chicas planeó guardar algo de comida que se pudiera comer frío por si les daba hambre.

Ya en la oscuridad decidieron no volver a dar paseos.

Cada refugio tenía su propia fogata para alejar algunas fieras, los ayudantes que los habían acompañado se habían asegurado de que hubiera suficiente leña para que la fogata no se apagara.

Así que cada pareja se retiró a su lugar de descanso y los ayudantes se quedaron en la carreta y se refugiaron en ellas para cuidarlas y también para descansar.

Liliana: Ya estoy dentro de la tienda, acomodé las cobijas para acostarme, me sentía un poco tímida después de todo muy pocas veces compartí cama con mi ex.

Y siempre tuve mi propia habitación, así que no sé mucho de que hacer en estos casos.

Guillermo: No soy un hombre santo he tenido muchas aventuras, pero solo han sido de una sola noche como todo hombre tengo mis propias necesidades.

Pero justo ahora me siento como un chiquillo que apenas va a conocer a una mujer íntimamente por primera vez.

Definitivamente, no sé qué hacer, creo que estoy mucho más nervioso que ella.

Entonces lo único que le propongo es acostarnos y platicar de nuestras vidas cosas graciosas, cosas de ese tipo.

No puedo tratarla como todas las demás, puesto que a ella la quiero como mi mujer, como mi esposa y la compañera de mi vida.

Estos son los pensamientos que tenía Guillermo era la primera vez que perseguía a una mujer sobre toda una mujer que realmente le gustaba, no tuvo ninguna duda desde el primer momento que la vio en el barco.

Por eso mismo aunque en estos momentos se moría por hacer la suya por reclamarla como su mujer.

pero lo más importante es que ella estuviera cómoda incluso por sobre la comodidad de él.

Sabía que Liliana había tvivido un matrimonio bastante tormentoso no lo sabía a ciencia cierta, sin embargo, por la forma en que se comportaba y el temor que a veces mostraba cuando eran demasiado íntimos se lo hacía saber.

Por eso él quería antes que Liliana se sintiera cómoda con él, que no tuviera miedo por eso sin importar sus propias necesidades solo quería que ella estuviera tranquila.

De poco y despacio, empezaron a platicar; el le contaba cómo vivió con sus padres y su hermana algo que ella ya sabía.

Sin embargo, en esta ocasión le contó lo feliz que eran incluso aún después de que su madre se fuera.

Porque el cariño que le habían tenido a su madre se lo dedicaban a su hermana que era el mejor regalo que su madre les había dejado.

Además de que le habían prometido de que no culparían a nadie de su muerte, puesto que todos todas las personas venimos al mundo para que al final muramos.

Somos los que decidimos cómo vivir la vida y también como morimos podemos elegir morir solos e infelices.

O morir rodeados de nuestros seres queridos después, de haber vivido una vida plena y feliz.

Llena de sonrisas y también de amor incluso aunque esa vida hubiera sido tan efímera como la vida de una mariposa.

Liliana escuchada atentamente Y aunque su vida fue bastante solitaria, ya que vivió entre tanta riqueza pero sola.

Pensó que hubiera sido muy lindo tener una vida como el que Guillermo había tenido y hubo algún momento en el pasado cuando le hubiera dado todo por una vida como el que le describía.

Sin embargo, ya sabe que su padre la ama más que nada y el que no lo pueda demostrar ya no importa.

Por qué en el momento en que lo necesito no solo no la juzgo sino que la apoyó y la protegió.

Y la ha protegido sin que ella lo supiera gracias a ello ahora es una mujer rica y puede vivir una vida sin preocupaciones.

Eso es lo que le contó a Guillermo y aunque él se sintió mal al demostrar que él había sido un niño muy amado y que había vivido una vida envidiable.

Lo cierto es que no importa como hayan vivido las personas porque todos en algún momento han sufrido.

Y cada sufrimiento y dolor que han padecido no es menos que el otro, cualquier dolor o engaño destruye a las personas.

Lo importante no es haber sufrido, sino superar y seguir adelante en busca una vida feliz.

Como la mamá de Guillermo había dicho no importa qué tan larga sea la vida lo importante siempre buscar lo mejor y vivirla lo mejor que se pueda para que al final podamos terminarla rodeado de amor y felicidad.

Sin darse cuenta ambos quedaron dormidos, la incomodidad se había ido poco a poco en la noche y se fueron acercando.

Ambas personas después de mucho tiempo, de tanto dolor y lágrimas, de tanto sufrimiento pudieron dormir en paz como hacía tiempo no lo habían hecho.

Al día siguiente después de desayunar recogieron sus cosas vieron un último paseo Y decidieron partir.

Aunque Liliana seguía mirando el lago con ansias de meterse en él, sin embargo, se sentía tímida y nunca y no se atrevió a hacerlo.

Guillermo le prometió que la próxima vez se meterían juntos y que esta vez no le daría pena porque ambos serían esposos.

Liliana lo tomo como una proposición de matrimonio y Guillermo se lo aseguró de que eso es lo que era, pero que sin embargo esperaría el tiempo necesario hasta que ella sintiera que era hora de dar el siguiente paso.