Perdida

La hija del rey Carpio había llegado hace tres meses a Fontana para convertirse en la esposa del rey Fortem, quien inicialmente la odiaba por creerla igual que su padre, en pocos días había descubierto que la dulce chica de cabellos rojos, a las que todos llamaban Majic, había tenido una vida muy difícil en los últimos ocho años, viviendo encerrada en una torre oscura.

Por eso tiempo, también su malvado concejero real, Tesko, le había tendido una trampa que obligó al rey Fortem ha tomar una segunda esposa, desconociendo que era la amante del malvado ser; la inocencia de Majic y los recuerdos que volvieron de un pasado que hubiese querido olvidar, hicieron que el rey Fortem no pudiera tomar a Majic como mujer a pesar de ya haber contraído matrimonio, y decidió enviarla al ducado de Reviere, un lugar mágico donde vía su hermano menor, el príncipe Josag de Fontana, para descubrir si el destino se cumpliría o no, además de que la joven hija del rey de Susumira tuviera la oportunidad de recibir toda la educación que su padre le había negado tener al encerrarla en aquella torre oscura; mientras que Fortem recorría el reino para reconstruirlo después de la guerra.

Un mes después del matrimonio entre Fortem y Majic, ella había llegado a Reviere y entablado una amistad muy bonita con el príncipe Josag; sin embargo, ella tenía muchas dudas si algún día realmente podría ser una dama elegante, educada, distinguida y una adecuada reina para Fontana; la dulce jovencita se había sentado cerca a una laguna mágica y veía el paisaje con los ojos tristes.

- “¿Qué piensas Majic?, ¿Por qué estás tan triste?”, preguntó el príncipe Josag sentándose a su costado.

- “Odio los saludos tan diferentes dependiendo el título noble de cada persona que esté al frente, me molestan los zapatos de taco siento que camino sobre naranjas, odio que haya cubierto para cada cosa, pero que no haya etiqueta para saber cuál usar; y las palabras rimbombantes no me salen nada bien; creo que mi padre me encerró ahí porque sabía quennunca iba a ser una princesa de verdad; y hasta el rey Fortem lo cree, vine de Susumira con una tiara de princesa, pero él me la quitó y no me dio otra, y en todas las pinturas las princesas y las reinas tienen corona y yo no tengo; aunque tampoco está mal porque con lo torpe que soy de seguro se me caería”, expresó Majic con los ojos llorosos.

- “Tu naciste siendo princesa Majic, y eres una muy linda, eres inteligente y de seguro aprenderás con el tiempo todo lo que te están enseñando, no necesitas una corona para demostrar lo que eres ya que brillas por ti misma sin necesidad de ningún adorno, la bondad de tu corazón te hace ser la princesa más preciosa de todas”, dijo Josag con una mirada tierna y una sonrisa en el rostro.

- “Lo dices porque eres mi amigo”, replicó Majic.

- “Lo digo porque es cierto. Sin embargo, tienes razón necesitas una corona; y voy a diseñar una muy bonita para ti y luego haré que se haga realidad”, expresó Josag con cariño-

- “¿Haces coronas, Josag?”, preguntó incrédula Majic.

- “No las hago, pero tengo un amigo en Borón, Su Alteza Real, el príncipe Leven; Boron es conocido por hacer las joyas más hermosas, pero el príncipe Leven tiene la habilidad de hacer coronas de ensueños, acorde a las personalidades de quienes serán sus dueños, y quiero una que convine contigo”, manifestó Josag.

- “¿Borón es cerca?”, consultó Majic.

- “No, tanto”, respondió Josag.

- “Pero, eso significaría que no vas a estar un tiempo”, expresó preocupada Majic.

- “¿Me vas a extrañar?”, preguntó Josag.

- “Mucho”, respondió Majic haciendo un puchero para luego taparse la boca.

- “Esperaré un poco más de tiempo para ir, y cuando eso suceda procuraré no demorarme, yo también te extrañaría mucho”, expresó Josag, dejándola de mirar porque tenía miedo de que ella pudiera descubrir sus verdaderos sentimientos, tal vez el destino había sido cruel separándola de él convirtiéndola en la esposa de su hermano, pero al menos estaba viva y haría lo posible porque fuera feliz.

El príncipe Josag sabía que la jovencita que se había convertido en la esposa de su hermano, era su mejor amiga de la niñez, la pequeña Kuzelny (Majik en el idioma de Susumira, y luego cambiado a Majic), la que sus padres habían escogido desde niños como su prometida y que pensaba estaba muerta; aunque su corazón le dolía ver como el destino había sido tan cruel con ellos y aún se encontraba triste ante la supuesta muerte de Lycka; trataba por todos los medios de que Majic fuera feliz, y estaba planificando un viaja a Boron para encontrarse con el príncipe Leven para fabricar una corona especial para quien supuestamente se convertiría en la próxima reina de Fontana.

Mientras eso sucedía en ducado de Reviere (Fontana); en el palacio de Boron, el príncipe Leven tomó la mano de Lycka cuando el baile terminó y la llevó con su supuesto padre, ante la mirada atenta de los asistentes, aún sin sus recuerdos la joven princesa caminaba con el porte y la elegancia que desde pequeña le han enseñado, y sin notarlo con la mirada decidida que el rey Sago siempre le exigió tener.

- “Le agradecería Barón Ponas que me acompañaran al trono para presentaros a la familia real”, expresó el príncipe Leven.

- “Se darán los saludos de protocolo en el momento designado para tal fin, ¿cuál es su intención al pedirlo hacer antes? Alteza Real”, preguntó el Barón Ponas.

- “Sé que no es el momento adecuado, tengo un pergamino se solicitud de compromiso preparado, que será presentado como corresponde en su residencia, a la espera de la respuesta oficial, mi intención es un compromiso formal de matrimonio con Lady Linda Coeur”, respondió Leven.

- “¿Estás de acuerdo con eso, hija?”, consultó el Barón Ponas a la princesa Lycka.

- “Sí, padre”, contestó segura la princesa.

- “Pues antes de la solicitud formal, me gustaría tener una conversación privada con usted, Alteza Real”, expresó con seriedad el Barón Ponas.

- “Como usted disponga, Barón Ponas”, manifestó el príncipe algo sorprendido.

- “En ese sentido, espero entienda que saludaremos a la familia real según el protocola, las personas que se encuentran cerca podrían incomodar a mi hija, y no voy a correr ese riesgo, espero entienda, Alteza Real”, afirmó con solemnidad el Barón Ponas.

- “Disculpe no haber tenido en cuenta en todo el panorama, me aseguraré de hoy en adelante tener cuidado, no permitiré que nadie lastime a Lady Linda”, dijo el príncipe Leven.

- “Eso espero, Alteza Real”, expresó el Barón Ponas.

El príncipe se disculpó, regresando a su posición con la familia real, mientras que Lycka y el Barón Ponas se disponían a ocupar el lugar que les correspondía de acuerdo con la invitación recibida; aunque Lycka se encontraba muy nerviosa por tantas miradas que recibía, pero trataba de mantener la calma, había tomado una decisión y debía ser fuerte para sostenerla.

Cuando el príncipe llegó a su lugar, notó que los demás esperaba que dijera algo respecto a la muchacha con quien había bailado, pero solo se sentó dio una sonrisa y no dejó de mirar a Lycka, pudo notar la molestia del resto.

- “¿No vas a decir quien es la muchacha?”, preguntó incómodo el rey.

- “Creo que ya deberían empezar con las presentaciones de las doncellas, reina Meritra, después de todo ¿no era una fiesta para buscar novia?”, replicó el príncipe Leven.

- “¿Tenemos que buscarla?, parece que ya la encontró”, expresó algo incómoda la reina Meritra.

- “Yo estoy interesado en alguien, pero su padre tiene reparos, no es ambicioso como otros, y se preocupa por su hija no la ofrece como mercancía, me temo que tendré que esperar que se realice todo el protocolo de la fiesta, así que, si usted reina Meritra lo permite, continuemos con todo”, manifestó el príncipe con algo de molestia.

El duque de Vintana y sus hijos se fueron molestos a tomar su lugar, el príncipe parece complacido, odiaba tener que comportarse de esa manera, pero su madrastra no le dejaba más opciones, aunque estaba pensando en lo dicho por el Barón Ponas y era cierto que debía tener cuidado con lo que hacía para evitar que vayan a lastimar Lady Linda.