Alfa Suly

Llegamos a tierra, Yuki me miró a lo lejos.

- Regresaré pronto, me dijo por telepatía.

El había bajado tan rápido del avión y hacia algunas llamadas, yo bajé con mi prima Amarís del avión, mi padre y Elin también hacían llamadas.

- cuídate blue, no hagas cosas tontas.

- No bonita, me voy a cuidar.

Subimos al auto con Serena.

Al llegar a casa subí a mi habitación y rogaba a la madre luna que nos ayudará.

En la mañana que bajamos a desayunar, Serena, hablaba con sus hombres.

- ¿Todo está bien?, pregunto Amaris.

- Si, Holx las llevará a la escuela, tengo que arreglar unos problemas.

Mientras tomábamos clases, yo no dejaba de pensar en mi familia en el terreno de la bruja, me hubiera encantado ir, pero aún soy muy pequeña para atacar a una bestia como el lobo negro.

Regresamos a casa, Elías estaba en la casa con otros compañeros.

- Pensé que no los dejaban salir, dijo Amaris cuando miró a su hermano, el se acercó a nosotras mientras los chicos continuaban afuera de la oficina de Serena.

- Serena nos pidió ayuda, para cuidar algunos puntos de la ciudad.

- ¿Está pasando algo malo?

- No, solo por precaución.

Yo me acerque a la oficina de Serena quería saber que ocurría para involucrar estudiantes en entrenamiento para vigilar la ciudad.

- Hola Suly, dijo Adolfo quien estaba en el grupo.

- ¿Adolfo?, dije asombrada del cambio él estaba más alto y fuerte.

- sí, pensé que no ibas a recordar mi nombre, dijo presumiendo a los otros chicos.

- Nunca olvidó el nombre de alguien que prometió, retarme en una batalla, dije sería.

El sonrió y los otros chicos también.

- Tengo prohibido golpear a princesas.

- No soy una princesa, soy una salvaje, dije entrando a la oficina de Serena.

Ella estaba hablando con Yuki.

- Acaba de entrar, dijo asombrada que yo estuviera entrando.

- Es yuki, ¿quiere saber cómo estás?, dijo molesta.

- Hola Yuki.

- Hola bonita, ya llegamos al bosque, pero no encontramos una casa.

- En la historia que mi abuela nos contaba dice que en lo profundo del bosque pasando una cascada, los niños encontraron una choza hecha de dulces.

- Muy bien le diré a la manada, cuídate mucho bonita.

- Cuídate, Blue.

- ¿El es blue?, dijo Serena.

- Si es blue, sonreí y le entregué el móvil.

Ella término de hablar con Yuki y me miró.

- Solo quería preguntar por qué estás pidiendo ayuda a estudiantes, ¿es que la bruja está en la ciudad?.

- No, pero la mitad de mi manada está con yuki y no pienso dejar a los niños de la ciudad sin protección.

- Entiendo, quisiera ayudar en algo.

- No puedo pedirte nada Suly, tengo dos hombres en el extranjero que te aman con locura, si te pasa algo ellos me matan.

- Si entiendo.

Salimos juntas de la oficina.

Amarís le sonreía a Adolfo, el la miraba como una niña pequeña, la ignoraba.

- Muy bien chicos, vamos, les daré sus posiciones.

- ¡Si alfa!, gritaron juntos.

Adolfo, alzó su mano para despedirse de mi.

- Yo lo ignore.

- Adolfo es tan guapo, me hubiera encantado que fuera mi mate. Pero veo que tú y el se conocen, ¿cuéntame es el tu mate?, pregunto Amaris molesta.

- No mi lobo, lo ignora. No creo que sea mi mate. Subí a mi habitación y me coloque mi traje especial para volverme lobo.

- ¿Qué haces?, preguntó Amarís, al entrar a mi habitación.

- Solo quiero estar alerta, la mitad de la manada de Serena está buscando a la bruja y los reclutados son los encargados de la seguridad, si la bruja se presenta puede venir por mi, tengo que estar preparada.

- ¡No, diosa de la luna por favor protegenos!, Amarís salió corriendo y se encerró en su habitación.

Yo estaba en la mía mirando por la ventana, con la daga en la mano.

La oscuridad se hizo presente, yo seguía alerta.

Después escuché a Serena, entrando a la mansión con mi primo Elías.

Me quite el traje, salí a recibirlos.

- ¿Paso algo?, pregunte nerviosa.

- Nada, solo que los chicos hicieron un buen trabajo y los invite a cenar, dijo Serena.

Los cinco chicos, estaban contentos.

Adolfo me miró y se acercó a mi.

- El lobo negro, estaba en el norte, use una flecha, le perfore una oreja, aulló de dolor y el niño que iba tras el, salió del embrujo y salió corriendo. El lobo se marchó, tratamos de seguirlo, pero se perdió cruzó la montaña en segundos, los drones trataron de seguirlo pero se perdió, es una Bestia muy rápida, corre muy rápido y sus saltos son enormes, es mágico.

Yo mire asombrada a Adolfo.

- Si, me sirvió esforzarme en mi entrenamiento.

- Deja de presumir, ella no tiene interés en ti, dijo otro de los chicos.

- Mientes, dije enojada.

- Es verdad Suly, dijo Elías. Este bastardo tuvo suerte de que el lobo llegará por el norte.

La comida llegó eran pizzas y alitas de pollo.

- Coman chicos voy a hacer unas llamadas, dijo Serena.

Amarís bajo con miedo, todos reían a carcajadas, hablando sobre el lobo y como corrían atras de el.

- Era un bebé asustado, dijo uno sonriendo.

- Se quedó sin oreja, reía otro.

De pronto mi corazón empezó a sentir dolor y si es un lobo asustado, pensaba.

Ella es la que lo controla. Senti pena por el lobo, pero como podía ayudarlo, pensaba.

Serena regreso y nos informo que no encontraron a la bruja en la casa, pero que tenían secuestrados 10 niños y 5 cachorros, que los cachorros eran niños de Antártida.

Adolfo se levantó y pedía sus nombres.

Serena dijo que era una familia que vivía lejos de la ciudad, Adolfo al escuchar sus nombres no los reconoció, pero estaba feliz de que le hizo daño a la bestia, se merecía eso por secuestrar a los cachorros, decía enojado.

Los chicos regresaron al cuartel, Adolfo se acercó a mí para despedirse.

- Yo voy a cuidar de ti mi alfa, dijo sonriendo.

Yo me quedé helada, él es mi beta, dije asombrada.

Un beta reconoce a su Alfa pues solo ellos reciben el llamado, un Alfa no conoce a su beta hasta que esté se hace presente, siempre son amigos o familia.

Adolfo