La Bruja De Arendelle

DAMON

La expresión de sus ojos azules seguía latente en mi mente, su voz gimiendo y gritando de placer por mi toque, su voz era una melodía perfecta y hermosa para mi oído. Su voz era mi calma y a la vez mi tormenta, ella era mi fuerza y. a la vez mi debilidad. Era mi Mate, mi Reina Luna, mi vida, mi luz y mi razón de vivir.

Finalmente, pude sentir su olor, ese refrescante olor a sándalo y rosas. Ella había dejado que la oliera, su deseo por mí era obvio, pero al mismo tiempo su debe como bruja de Arendelle era más fuerte e importante. Las reglas la obligaban a no dejarse llevar por lo que su corazón sentía y era lo mismo para mí, pero estaba dispuesto a cambiar eso.

Aunque para ello debía presentarla como mi Mate a todo Arendelle y después a todo el mundo sobrenatural. Lo cual iba a ser todo un cambio y seguramente pondría de cabeza a todo el pueblo y al mundo sobrenatural, pero eso no me iba a detener sobre todo tratándose de la mujer que realmente amaba.

Miraba por la ventana de mi habitación el bosque, era de noche y todo estaba completamente oscuro, la luz de la luna iluminaba con su luz el bosque sin un ápice de oscuridad en él.

La luz que entraba en la habitación iluminaba gran parte del panorama mientras pensaba en ella, imaginaba que Scarlett estaba en su casa mirando el mismo panorama que yo, apoyada aun lado de la ventana que estaba cerca de su cama, mirando la luna y las estrellas de esa noche, pensando quizás en que cometimos un error, que ella era culpable de esta fuerte atracción que sentíamos el uno por el otro.

Sentía lo mismo que ella; sin embargo, el llamar culpa a lo que ambos sentimos... es absurdo y sinceramente nunca llegué a pensar en que tener a una bruja como mi Mate sería lo peor, sino todo lo contrario jamás pensé que tendría a una mujer como ella como mi Mate. Valiente, decidida, testaruda, amable, linda, directa y a la vez tajante.

Había veces en las que deseaba simplemente tomarla de los hombros y decirles unas cuantas verdades acerca de sus ideales y su forma de pensar sobre los licántropos, pero por desgracia todos esos ideales tenían un fundamento muy claro y ese era: "las brujas solo sirven como herramientas para nosotros los licántropos" siempre había oído eso y luego de haber estado un corto tiempo con Scarlett me hizo darme cuenta de que esas ideas eran tontas y sin sentido.

Las brujas son útiles en muchas cosas, pero ellas son seres vivos con emociones, sentimientos, su propia mentalidad y opinión, por lo que ellas deberían de ser más respetadas y apreciadas dado que sin ellas este mundo no sería nada.

Mientras pensaba en eso un viento frío se hizo presente y al mirar hacia la ventana percibí una energía extraña que provenía del bosque...

—¡Scarlett!—Grité. Salí corriendo de mi habitación sin importarme que estuviera sin camisa y nada más trajera el pantalón de pijama. Tenía que ir con ella inmediatamente, porque de lo contrario ella correría más peligro del que seguramente estaba corriendo. Al salir del Palacio pude oír claramente una pelea y una risa diabólica aguda, proveniente del bosque.

No lo dudé y fui directamente allí.

Mi Mate estaba en peligro y debía estar allí para ella. No lo dudé ni siquiera un poco me transformé enseguida en un lobo de pelo negro y mis ojos cambiaron casi de inmediato, mientras corría pude sentir como todos y cada uno de mis huesos se salían de su lugar, crujían tanto que pensé que me iba a romper algo, pero no fue así sobre todo porque mi necesidad de salvarla era mayor.

Finalmente, mis huesos se acomodaron en los lugares adecuados y mi transformación había terminado, aullé a luz de la luna llena y entonces un grito femenino se hizo presente, conocía esa voz y era Scarlett. Corrí tan rápido que ni siquiera me di cuenta de cuántas cosas había tirado en el camino.

Me importaba un carajo lo que estuviera a mi alrededor, mi prioridad era ella.

Llegué a la casa de Scarlett y esta estaba prácticamente a punto de derrumbarse, había escombros por todos lados, árboles y arbustos caídos alrededor y lo peor fue ver que había rastros de sangre en las paredes de la casa, en los troncos de los árboles y sobre todo en el suelo, olía a tierra y sangre entremezcladas, era un olor penetrante y tan sofocante.

Seguí buscando su rastro y pronto la encontré al oír más de cerca la pelea, gritos y cosas cayendo al suelo haciendo que este se sacudiera bajo mis patas.

Seguí el sonido y el olor de la sangre, al llegar vi a Scarlett peleando contra un hombre que al parecer era un brujo también, quería matarla y ella no le daba el gusto, me enfurecí y simplemente me abalancé sobre él en la oscuridad y entonces Scarlett gritó:

—¡Golpéalo!—Me gritó con sus últimas fuerzas, entonces vi cómo de las palmas de sus manos surgió una energía roja intensa, sus ojos cambiaron y se tornaron rojos, su mirada cambió, hice lo que me dijo y lo golpeé tan fuerte como pude con mi hocico arrojándolo contra una enorme piedra, oí un grito desgarrador.

Scarlett se levantó del suelo herido del abdomen que sangraba de un costado de este, su mirada era oscura y perversa, sentía esa sensación de escalofrío al verla en aquel estado. Ella caminaba con paso firme y decidido hacia ese hombre que al verla. El miedo que este sentía hacia ella fue muy evidente, sus ojos grises reflejaban terror e incertidumbre.

Ella no lo dudó y elevó las manos, mirando a ese hombre con odio y desprecio.

—¡Vete al infierno!—Gritó ella arrojando esa energía roja e intensa a ese hombre.

La energía roja era tan intensa que me hizo cerrar los ojos momentáneamente, la luz era muy intensa y eso me hizo darme cuenta de cuán poderosa es ella.

Abrí los ojos y no había nada más que una marca negra en la piedra en la cual parecía que habían incinerado algo con bastante intensidad sin llegar a quemar la piedra o los alrededores del bosque o este en su totalidad.

Scarlett me miraba la enorme piedra con alivio, finalmente ella respiró profundo y simplemente se dio la vuelta. Fui tras ella y en ese momento me transformé y no se atrevió a mirar.

Y en mis manos hizo aparecer ropa.

—Vístete, te explicaré—. Me vestí rápidamente con lo que me dio que fue un pantalón de mezclilla y una camiseta blanca sencilla.

Fui a la casa de Scarlett y para mi sorpresa esta había vuelto a su estado original. Como si nada hubiera sucedido, era impresionante lo que la magia era capaz de hacer. Todo estaba en su sitio, nada estaba fuera de lugar, ni siquiera una hoja de un árbol o arbusto.

La miré sentarse en el sillón e hizo una seña para que hiciera lo mismo, me senté en el otro sillón, su mirada era inexpresiva y oscura, me miraba con cierta desconfianza pero no lo suficiente como para echarme del lugar.

—Seguro te preguntas, por qué estaba peleando con aquel hechicero de ojos plateados y cabello gris, ¿o me equivoco?—Preguntó intrigada analizando cada una de mis expresiones.

—¿Por qué te atacó?

—Es simple... se enteró de que tú y yo cogimos. Por eso, aunque... sinceramente estaba buscando la forma de deshacerme de él y gracias a la Diosa Luna que te encontré—. Su respuesta había sido fría y a la vez cruel. Entonces miré sus ojos y estos seguían rojos y fue ahí que entendí el por qué de esa actitud. Era su bruja interior.

—¿Scarlett está bien?—Levantó ambas cejas oscuras con sorpresa y asintió.

—No te preocupes, ella está descansando en su mente. Por el momento seré yo quien atienda a los invitados—. Dijo con una sonrisa pícara.

—¿Invitados?—Pregunté algo irritado.

—Así es, a esa gente de Arendelle que viene a que les diga quién su Mate. Que por cierto... No voy a dar más consultas por varios días. Así que te pido que corras la voz.

Estuve de acuerdo con ello, Scarlett había gastado mucha energía y eso la agotó tanto física como mentalmente.

—Dime por qué realmente las atacó ese hechicero.

Ella rodó los ojos en respuesta lanzando un largo suspiro dejándose caer en el respaldo del sillón.

—Siendo una bruja es obvio que una debe tener descendencia para así asegurar que haya una bruja en cada pueblo y Manada de lobos, lo cual ha sido un requisito desde la época de su abuelo. Y siempre se cumplió con ese requerimiento, sin embargo; el haber reclamado a Scarlett como tuya eso arruinó los planes de la tribu en la cual crecimos Scarlett y yo, nuestras antepasadas siempre cumplieron con el objetivo de tener una hija, de no ser así el hijo debe seguir con la tradición de casarse con una bruja pura en engendrar una hija.

Eso ha sido un deber del cual ninguna se ha podido librar; sin embargo, Scarlett siempre se salió con la suya en no casarse porque sus visiones le advirtieron muchas veces sobre ello y claro que no pudo ignorarlas y yo tampoco, por lo que su Madre y ella decidieron ser voluntariamente las brujas de Arendelle, lo cual nuestra tribu aceptó a regañadientes pese a que no estaban del todo de acuerdo con el asunto de quién tenía que ser la bruja de Arendelle. Pero al final accedieron porque Scarlett sería la siguiente en línea y cuando llegara el momento ella se casaría y tendría una hija que por supuesto sería la siguiente bruja de Arendelle—. Su respuesta me dejó sin palabras, pero lo siguiente que dijo me dejó helado.

—Ese hechicero al saber que tú y Scarlett cogieron, bueno... eso no le agradó y además eso lo consideró una traición a la Tribu Luna Sangrienta, por lo que las leyes dicen que cuando eso sucede pues... no queda otra más ejecutar a la traidora; y no le salió como esperaba, por lo tanto, es más que seguro que destierren a Scarlett de la Tribu, porque matarla no es una opción porque saben que ella es su Mate y matar a la Reina Luna es un delito imperdonable—. Sus palabras me dejaron perplejo; sin embargo, temía que Scarlett se debilitara porque dicen que las brujas al no tener una Tribu estas pierden fuerza y se vuelven más débiles y susceptibles a ser atacadas por otras brujas.

—¿Qué pasará cuando Scarlett sea desterrada?

Ella suspiró pesadamente y se tomó un momento.

—Ella... estará bien, desde que te encontró la fuente de su poder se volvió distinta por lo que no le pasará gran cosa. Debido a que ya no habrá nada que la ate, siempre fue nuestro sueño y ahora se cumplirá. ¿No es raro?—Habló con nostalgia al final.

—¿Cómo es eso posible? ¿Ahora soy la fuente de su poder?—Asintió.

—Es porque tú y Arendelle le dieron un nuevo propósito, porque cuando una bruja pierde lo más valioso que tiene... que es su tribu, entonces... ya no desea vivir y al final deja de existir y se vuelve una misma con la naturaleza. No queda nada ni siquiera sus cimientos. Scarlett quiso ser libre desde el inicio y lo consiguió, y ahora yo te pregunto...

¿Qué es lo que harás?—Preguntó muy seria.

—Darle el hogar que Scarlett merece, no solo porque es mi Mate y mi Reina Luna, sino porque ella me importa y deseo que sea feliz—. Ella sonrió satisfecha con mi respuesta.

En ese momento la bruja interior de Scarlett, cerró los ojos y se quedó profundamente dormida, se había agotado demasiado. Así que la tomé en brazos y la acosté en la cama, me quedé con ella toda la noche cuidándo su sueño esperando a que aceptara irse a vivir conmigo al Palacio.