En está historia, inspirada en la película «La laguna azul» veremos como Perla y Dayhan, por incidente inesperado, ambos quedan varados en un sitio remoto, mientras que todos los buscan con desesperación, pero ese incidente parece que los ayudará a entenderse mejor de lo que ellos creen. ¿Que pasará con esos adolescentes?
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Capitulo 23
Dayhan se levantó y se acercó a él. — ¿Qué se le ofrece, señor?
— Te vas a arrepentir por haber tocado a mi hija. Me voy a encargar de que pases muchos años encerrado. ¿En qué diablos estaba pensando mi hija al dejarse tocar por ti? Un pobre diablo sin futuro, el hijo de un simple jardinero, alguien sin un centavo ni para comer, una rata asquerosa. — soltó con repulsión.
Dayhan no dijo nada, solo escuchó cada palabra, y él continuó hablando.
— Eres muy poca cosa, ¿y sabes qué? Prefiero a mi hija muerta a que esté contigo. Jamás la volverás a tocar, primero te mato. — lo amenazó.
En ese momento, Dayhan prefirió estar muerto, todas las esperanzas que tenía de estar con Perla habían caído al suelo.
— Haz lo que quieras, señor.
— Si me pides de rodillas que retire los cargos en tu contra, tal vez puedas ayudarte. — propuso el señor.
— Je, je, je, señor Alberto Thompson, le acabo de decir que haga lo que a usted le plazca, pero nunca espere verme de rodillas ante usted, de rodillas solo ante Dios. — afirmó el chico.
— Pues pide a Dios que te ayude, maldito mocoso altanero. Quiero que escuches estas palabras, nunca las olvides. Mi hija no nació para alguien como tú, no vales nada, no eres nadie, la muerte es tu único remedio. Espero que sueñes día tras día con tu trágico final. Mi hija no está a tu nivel.
Diciendo esas palabras, se retiró, no sin antes pedirle al encargado del penitenciario, que lo traten como a un perro. Le dio dinero para que se cumpliera su orden.
Dayhan se sentó pegado a la pared, su mundo se derrumbó. En ese instante, se odio por su estatus económico. Se odió a sí mismo. Con los ojos llenos de rabia, apretando sus mandíbulas, y dando un golpe en la pared, juró que si tenía la oportunidad de salir en libertad, el señor Alberto Thompson se iba a tragar cada una de sus palabras.
Perla no pudo dormir, la imagen de Dayhan encerrado en una celda, no salía de su mente. Eran las diez de la mañana y todavía estaba en su habitación con todas las ventanas cerradas. Su mamá le tocó la puerta varias veces, ella la escuchó, pero se quedó callada. La señora Rocío fue a donde Mercedes a buscar las llaves para abrir la puerta.
Abrió la puerta haciendo un fuerte ruido, abrió todas las ventanas, le jaló la sábana obligándola a hablar. — ¿Qué quieres, mamá? —dijo Perla.
— Tenemos que hablar. —dijo Rocío y le tiró unas cajitas. Perla las miró.
— ¿Para qué son estas pruebas de embarazo?
— ¡Levántate! Quiero saber si estás embarazada.
— No me voy a hacer ninguna prueba. —se negó Perla. La señora la jaló fuerte por el brazo logrando sacarla de la cama.
— Mamá, ¿qué te pasa?— chilló.
— Te vas a hacer esas tres pruebas, Perla Thompson.
— Y si no lo hago ¿Qué? —dijo desafiante.
La señora, al ver su actitud, le dio tremenda cachetada. Ella jamás le había pegado.
— Solo es un adelanto para que despiertes de tu sueño estúpido. —dijo Rocío. Perla se acarició el rostro.
— Y si estoy embarazada, ¿qué va a pasar?
— Tienes dos opciones: 1) Un aborto, 2) Te irás de viaje y al nacer el bebé será entregado a un orfanato. No voy a permitir que ensucies nuestra reputación con un hijo de un pobre diablo, un naco corriente.
Perla se dejó caer en la cama de golpe. Jamás cruzó por su cabeza un embarazo, pero si las pruebas daban positivas, iba a luchar por su hijo y por estar con Dayhan al precio que sea.
— No quiero, en otro momento, ¿sí?
— No trates de verme la cara de estúpida. Además, si no estás embarazada, vamos a retirar la denuncia contra ese inútil. Vamos al baño. —la llevó arrastrando.
Perla, hundida en el dolor y la desesperación, pedía no estar embarazada. Sus padres pueden ser muy crueles si se lo proponen. Muy nerviosa, empezó a realizar las pruebas una a una. Su mamá estaba ahí con ella, monitoreando cada movimiento.
Cinco minutos después, la tensión en ambos era aterradora. Sus cuerpos rígidos y sus corazones acelerados. La señora fue la primera en tomar la primera prueba. Al verla, sonrió.
— Bien, negativa. —la segunda negativa y la tercera negativa.
— No estás embarazada, ¡qué bueno¡ —se dio la vuelta para salir.
— Mamá, ¿qué va a pasar con él?
—Tú, tranquila, voy a llamar a tu papá para que pase por la delegación a retirar los cargos.
Todo era una vil mentira. Sus planes para Dayhan es que pase muchos años tras las rejas, ¡o peor aún! Que desaparezca para siempre.
Horas después, el señor Alberto llegó a la mansión. Perla lo estaba esperando en la terraza.
— Papá, ¿qué pasó con Dayhan?— preguntó ansiosa.
— Mi niña, no te preocupes por él.
— ¿Ya está en libertad?— insistió.
— Ya retiré la denuncia, pero hay un problema.
— ¿Cuál?— preguntó curiosa.
— Hasta el lunes no será dejado en libertad. Es fin de semana y quienes se encargan de esos trámites no están en la delegación.
— Papá, eso es injusto.— gritó la señorita.
— Perla, él no tiene abogado. Además, que pase un día más ahí no pasa nada. — dijo Alberto y se fue, dejando a Perla un poco más tranquila pero con muchas dudas.
Perla fue a ver a Dayhan, pero no la dejaron verlo. Los encargados del penitenciario tenían la orden del señor Alberto, de no dejar pasar a nadie, y menos a su hija.
— ¡Maldición! Quiero verlo, solo serán unos minutos, por favor.— suplicó.
— Lo siento, señorita Thompson, el joven Dayhan Maldonado saldrá en libertad el lunes. Hasta entonces no podrá verlo. Todas las visitas están restringidas.
Después de esa desilusión, se fue a reunir con sus amigas. Luego fueron a visitar a Emma, quien se negó a recibirlas.
— ¿Qué vamos a hacer?— preguntó Diana.
— ¡Volveremos después!— respondió Perla.
— Todo es muy raro. No coge las llamadas, no quiere vernos. Hay algo más, chicas.— expuso Génesis.
— ¿Qué crees que sea?— preguntó Perla.
— ¡No lo sé! Pero el lunes después de clases vamos a entrar a verla aunque sea a la fuerza.— dijo Génesis.
ella es más terca que una mula,a el le faltan pilas para poner esa mujer en su sitio, y la maddy está queda.
voy a seguir leyendo a ver si estoy se compone jejejeje