Si Me Pudieras Querer

Otras tres semanas habían pasado en la vida de la familia Parisi,  pronto sería el cumpleaños de Nico y Anna quería hacer una fiesta, ella pensaba que ver a las personas que lo habían rodeado toda su vida ayudaría a la mente de su hijo a volver a la normalidad. Por su lado Enzo se estaba ocupando de casi todo pues el joven había perdido gran parte de la concentración, viajaba constantemente por asuntos de la mafia o de la empresa y visitaba a Ciara,  todavía no le había contado a Anna sobre el embarazo de su hija,  lo estaba dejando para después de la fiesta, pero si tenía algo que resolver con respecto a ese asunto.

- Parisi ¿ Cómo estás?- se escuchó al otro lado del teléfono.

- Bien Enmanuel ¿ Podemos hablar un momento?- le pidió a su amigo de años atrás.

- Claro,  que sucede.

- En unos días será la fiesta de cumpleaños de Nico- habló Enzo.

- Sí,  ya Anna llamó a Sofía para invitarnos.

- Te voy a pedir un favor, necesito que tu hijo no venga- soltó de pronto el italiano y al otro lado de la línea Enmanuel estaba sin palabras - Te lo pido como un favor personal, por la gran amistad que nos une, ustedes no falten, sabes el gran cariño que les tiene Anna y se sentiría muy mal si faltan, si después de esto no quieres dirigirme la palabra nunca más yo lo entenderé,  pero te lo suplico, tu hijo que no venga.

- Enzo¿Hay algo que deba saber?- le reclamó su amigo, Enzo siempre había sido muy directo y que le pidiera eso le hacía ver que había algo más debajo de aquella petición, además los mellizos y su hijo habían sido siempre bastante unidos. - Tú sabes que en mi vida lo más importante son mi hijo y mi esposa, como lo son en la tuya Anna y tus hijos, por eso te repito, hay algo que deba saber.

- Solo debes saber que lo mejor para todos es que él no venga, eso será lo último que te pediré en la vida, yo entiendo que después de esto no quieras saber más de mí,  pero créeme,  que él no venga es lo mejor. Y también te pido que Anna nunca sepa que tuve esta conversación contigo, estoy seguro que no me va a perdonar, pero como tú dijiste, en mi vida lo más importante son mis hijos y por ellos soy capaz de cualquier cosa, hasta de desafiar a Anna.

- Está bien Enzo,  si así lo quieres mi hijo no irá a la fiesta,  pero después de esto tú y yo ya no tenemos nada más que ver, yo creo que la amistad que tenemos se merece una explicación para tu comportamiento, pero ya que no es así, adiós Enzo.

- Adiós Enmanuel, espero que algún día sepas comprenderme .- con estas palabras se terminó la llamada y se terminó una amistad que había perdurado por los años, al italiano le dolía, pero le había prometido a su hija que no iba a terminar con la existencia del imbécil que la estaba haciendo sufrir,  por el bien del bebé que venía en camino, y para poder cumplir su promesa no podía tenerlo delante, disfrutando de la vida como si nada hubiera pasado.

...............

El día de la fiesta llegó, y como era de esperar Ciara no apareció en la celebración aunque su madre se lo suplicara, no eran muchos los invitados,  todos los que estaban eran familia o considerados como tal, menos Samantha,  y ella equivocadamente se creía la invitada especial del lugar, estuvo todo el rato acosando a Nico frente a todos para obligarlo a poner una fecha para el matrimonio y cada uno de los invitados terminó huyendo de su presencia,  hasta Eric, el  que claramente le dijo que no se le acercara más, que su tontería lo hacía perder la calma.

Samantha vagaba de un lado al otro de la fiesta sin tener con quién hablar cuando vio en una esquina a Amelia, sola, pues Sergio había ido al baño.

- Vaya, si trajeron a la cornuda,  yo que tenía la esperanza de conocer a la amante. - le dijo la rubia a Amelia cuando ya estaba parada a su lado, pero la chica, que sabía lo que había sucedido en el aeropuerto, no le prestó mucha atención a sus palabras.

- Pues lo siento por ti Samantha, tendrás que ir a otra fiesta, a la que llevan a las amantes, ahí es donde se reúnen las que son como tú,  yo soy la esposa, y no tuve que mendingarle que se casara conmigo para manipularlo, ni engañarle usando el anillo de otra.- Amelia sabía muy bien como responderle y sinceramente había esperando este momento por varios meses.

- A mi no me hablas así,  tú solo eres la mujer del chófer y además una cornuda.- le dijo amenazante la rubia que no esperó que Amelia conociera toda la historia.

- ¿Puedo saber por qué le dices eso a mi esposa Samantha ?- escuchó a sus espaldas hablar a Sergio y al girarse además de a él se encontró un súper enfadado Nico.

- Nicolas,  no es lo que piensas, ella me ofendió primero.- dijo obviando la pregunta del  otro hombre.

- Yo no he abierto mi boca Samantha, pero ya que me mencionaste, me parece bien desagradable que ventiles las conversaciones que he tenido contigo.- contestó Nico.

- Y a mí me parece desagradable que ventiles lo que ves- dijo Sergio mirando a Nico- Pero en fin, tu llevas un tiempo en el que no haces otra cosa que no sea equivocarte- Sergio le reprochó a su amigo- Ahora si me permites, nos vamos y en nombre de la amistad que tenemos, te voy a pedir que mantengas a esta "señorita "- dijo mientras hacía comillas con sus dedos- lejos de mi esposa, no quiero tener que pelear contigo por su culpa. Que tengas feliz cumpleaños Nicolas.

La manera de decirle su nombre dejó bien claro a su amigo lo molesto que se encontraba Sergio cuando salió de aquella fiesta.

- Creo que es hora de que te vayas a tu casa Samantha,  se te ve muy cansada. - le dijo Nico con ironía.

- Nicolas ¿Tú me estás echando de tu fiesta de cumpleaños ?- preguntó la mujer tratando de pegarse a él.

- No Samantha,  te estoy diciendo que ya has hecho bastante el ridículo frente a mi familia, y si sigues estropeando la fiesta que mi madre preparó con tanto desvelo, te va a prohibir la entrada a esta casa- la tomó del brazo y lo más delicadamente posible la incitó a que caminara hacia la puerta- Te acompaño hasta alguno de los autos para que te lleven a tu casa.

- Pero Nicolas,  yo pensé que tú vendrías conmigo.- se quejó la mujer mientras caminaba.

- Lo siento,  tengo muchos invitados que atender, ya te llamo mañana- le dijo en el momento que la ayudó a entrar en un auto y cerró la puerta, haciendo una seña al conductor para que saliera de allí.

Estuvo parado al borde de la entrada hasta que vio el auto perderse en la calle.

- Dios, ya no la soporto- dijo para sí mientras se tocaba las sienes.

- ¿Y porqué no la terminas?- escuchó una voz a su espalda.

- Tío Eric,  me asustaste.

- Te hice una pregunta- siguió insistiendo el hombre sin preocuparse de lo que dijo su sobrino.

- No lo sé,  será porque me siento culpable, ella dice que me ama y que yo la amo a ella, pero no logro recordar ese amor. - Nico seguía sin recordar las cosas que Samantha le había hecho creer, aunque trataba de hacerlo día y noche.

- Entonces te dejas manipular, sin recordar que tú eres un Parisi y lo que representas. - le dijo su tío.

- No, no es eso, es que pienso que si compré un anillo para darle es porque quizás si la amaba, solo que no lo recuerdo.

- Sabes, la vez que tu madre huyó con el corazón roto, cuando supo que estaba embarazada, le pregunté por qué no había regresado a mi lado antes, y me respondió que porque ella pensaba que le alcanzaba con lo poco que tu padre le daba, pero que al final se dio cuenta que no era así - Eric miró a su sobrino a los ojos- Ahora te pregunto a ti¿ Te alcanza con la historia que ella te cuenta para vivir o necesitas más?

- No lo sé tío,  estoy tan confundido que no puedo pensar con claridad,  además siento en mi corazón que estoy lastimando a alguien, pero no sé a quién. - él sentía que si no recordaba pronto podría volverse loco.

- ¿ Y el psicólogo que dice?

- Que no fuerce el cerebro,  que él se restablecerá, pero tengo miedo que cuando eso suceda sea tarde.- Nico ya se escuchaba desesperado.

- Pues no te queda otra que esperar, ahora vamos a la fiesta otra vez o tu madre saldrá a buscarnos y me acusará de meter ideas en tu cabeza.

- Vamos y gracias tío.

Regresaron adentro y todo siguió con normalidad ahora que ya no estaba Samantha,  solo sentía que Sergio y Amelia se hubieran marchado también.