Un Secreto Para Ambos

^^^Antonella De angelis.^^^

No es posible que Matteo recuerde aquel beso, se supone que se encontraba durmiendo y estaba lo suficientemente ebrio como para olvidarlo al día siguiente aunque estuviera despierto, y si estaba despierto, entonces ¿por qué me permitió besarle una segunda vez?

Aquel día recuerdo haberle besado después de sentir sus labios con la yema de los dedos y después le di un segundo beso antes de finalmente despertarle.

Mi celular comenzó a sonar en el momento menos indicado o tal vez era todo lo contrario, no puedo encontrar las respuestas correctas con Matteo bajo las influencias del alcohol y decidí escapar hacia mi habitación para responder la llamada.

—Adivina quien tiene el número del chico más guapo de este jodido mundo.—Habló Bianca del otro lado de la llamada.

—Matteo recuerda el beso que le di hace 3 años y ahora nuestros labios se rozaron.—Dije casi sin aliento y cambiando totalmente el tema de conversación que mi amiga deseaba transmitirme.

—Olvida lo que dije y cuéntame que ocurrió.—Exigió con demasiada curiosidad en su voz.—¿Cómo fue?, ¿te gustó?, ¿Tú lo hiciste o fue él?, ¿te sigue gustando?

—Amiga, me estás mareando con tantas preguntas.—Cerré mi puerta con seguro y me recosté en mi cama con mi celular pegado al oído.

—Bueno, deberías ponerte en mi lugar.—Respondió ella con un leve suspiro de gracia.—No todos los días tu mejor amiga se besa con su padre.

Me hace feliz saber ver que no me está juzgando o criticando por la extraña confesión que acabo de dar.

—Jaja lo sé.—Intenté despejar mi cabeza, pero los latidos de mi corazón no eran de ayuda.—¿Qué debería hacer?

—No puedo responder si todavía no me das detalles querida.—Informó.—Venga, dime los detalles.

Mi respiración comenzó a estabilizarse al igual como mis latidos mientras le contaba lo ocurrido. No mencioné la trágica historia de Matteo porque era algo demasiado personal que él había guardado para sí mismo. Dicha historia solamente la compartió con la policía el día del accidente, con Carina y ahora conmigo.

—Vaya Antonella.—Dijo resoplando.—Creo que has hecho lo correcto al irte, no queremos verlo arrepentirse al día siguiente por comportarse de esa manera con su hijastra y que al final diga que fue el alcohol lo que le hizo besarte.

—Más que un beso, solo fue un roce de labios.—Aclaré con timidez.

—Como había dicho, un beso.—Recalcó ella.—No puedes darle la oportunidad de actuar ahora en su momento de ebriedad, porque luego dirá que fue culpa del alcohol y solo tú terminarás con el corazón roto.—Afirmó Bianca con demasiada seguridad.—Pero tampoco puedes dejar ir esta oportunidad, ¿me estás escuchando?

—Te escucho.

—Antonella, quiero que mañana por la mañana lo enfrentes y preguntes por el beso.—Exigió ella.—No aceptes que fija haberlo olvidado y aunque ese sea el caso, aun así recuerda el beso que le has dado hace 3 años y permitió un segundo beso, así que podrías preguntarle el porqué lo permitió sabiendo que eres su hija.

—¿Tú crees que siente algo por mí?.—Pregunté con cierta inseguridad.

—¡¡Tiene que sentir algo!!.—Su gritó me hizo dar un chillido de dolor por mis pobres oídos.—Sabe que eres su hija y no haría nada contigo si no fuera por algo serio o bien podría ser un maldito enfermo, así que esperemos que no sea la segunda opción.

...Ambas nos reímos por la segunda suposición....