OBSESIÓN

- La felicidad toca a tu puerta una vez la tomas o la dejas yo tomé la mía, pese a que me enamore del hombre equivocado cada día que pasa me hace sentir que valió la pena y olvide por completo que el tiempo pasa con el lastimosamente la salud de mi abuela se deterioro fue tan doloroso escuchar al doctor decirme.

- No hay nada más que podamos hacer por ella.

- Doctor no me diga eso aún debe haber algo mas que le pueda dar para mejorar su estado.

- Entre más te aferres a mantenerla con vida más alargarás su agonía tienes que ser fuerte, mantenla comoda y dale los sedantes hasta que llegue el momento.

- Repetidamente atravieso por momentos difíciles, el dolor de saber que voy a perder a mi abuela y la impotencia de verla sufrir sin poder hacer nada me desgarra el alma, ahora más que nunca necesito a Sebastián.

- La empresa ofreció una fiesta a los empleados para celebrar el día de la independencia pese a que mi abuela estaba enferma y no tenía ganas de asistir Estefi se ofreció a acompañarme y ambas fuimos al llegar vi a Sebastián con Patricia a diferencia de todos ella traía un vestido largo negro lleno de lentejuelas, todos los demás asistentes llevaban puesto sus vestidos típicos del país, los susodichos se encontraban platicando con el señor Salvatori y un joven alto de pelo negro el estaba de espaldas a nosotros mi jefe volteó y se dirigió a nosotros, en ese momento le presenté a Estefi

- Valeria ven te voy a presentar a un ingeniero que viene de España estará trabajando con nosotros unos meses.

- Nos acercamos, Estefi y yo no pudimos evitar poner cara de sorpresa al verlo fácilmente se podría decir que nos gustó el muchacho.

- Ingeniero le presento a Valeria mi ayudante y a su amiga Estefanía.

- Mucho gusto Jacobo Alcázar.

- Se presentó muy sonriente y hablando como si fuera español su mirada hacia mí indicaba que había quedado cautivado conmigo peor aún actuaba como si no me conociera, mientras que a mí me consumía la rabia, las ganas de abofetearlo, gritarle que era un maldito desgraciado, preguntarle porqué me había dejado embarazada y se había desaparecido pero estamos rodeados de compañeros de trabajo y nadie tenía porque enterarse de mi vida privada, por lo menos eso crei hasta que la víbora abrió la boca.

- Creí que no vendrías, comentó Patricia.

- ¿Por qué no?

- Una madre responsable se queda en casa cuidándo a su hija.

- ¿Tienes una hija? Sorprendido preguntó el señor Salvatori.

- ¡No lo sabía! Valeria es madre soltera.

- Co ese comentario todos abrimos los ojos y volteamos a verla por su parte Sebastián se puso rojo no sé si de furia, de vergüenza , o de saberse descubierto.

- No tenía porque decírmelo nuestras conversaciones se limitan al trabajo nunca hablamos de nuestra vida privada comentó el señor Salvatori.

- Estoy seguro que hay muchos hombres queriendo ser el padre de su hija, agregó Jacobo con sus ojos puestos en mí y con su sonrisa de tonto.

- Si muchos menos tú idiota le dije mentalmente, para ese momento mi celular ya había vibrado tres veces, discúlpame tengo que atender una llamada.

- Valeria tu abuela está respirando muy pausado.

- Lo siento yo me tengo que ir les dije.

- Algún problema con su hija señorita Valeria? Preguntó el señor Salvatori.

- Respondí co las lágrimas que se empezaban a formarse en mis ojos, no señor es mí abuela no se siente bien.

- Te acompaño dijo Salvatori.

- Al final Jacobo y el señorón Salvatori me acompañaron excepto Sebastián.