¿Que pasaría si un día despiertas en tu novela favorita?¿Y no solo eso sino que despiertas siendo la villana?
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Capítulo 23
Elizabeth se encontraba en su habitación terminando de preparase con la ayuda de Beth para ir a desayunar al comedor. Aun dudosa de preguntar si la joven conocia algun metodo anticonceptivo medieval decidió confiar en ella y habló.
—¿Beth sabes de algún métodos anticonceptivo?
— Si señorita— contestó la joven con su rostro algo ruborizado. —No sabía cómo iniciar la conversación, pero antes de venir aquí fui a la enfermería y pedí algunas hiervas medicinales que sirven para evitar embarazos.
Elizabeth al ver lo incomoda que se había puesto la joven, limito por el reflejo del espejo y preguntó sorprendida.
—¿Pero como es que...? ¿Nos viste entrar a la habitación?
— Tranquila señorita, yo no diré nada y si se pregunta cómo es que lo sé... bueno, mi habitación queda al lado de la suya y las paredes son muy delgadas.
Agrego Beth con su cara completamente roja. Elizabeth por su parte también se sonrojó al escúchala, ya que eso quería decir que la había escuchado toda la noche .
Avergonzada por toda esa situación, Elizabeth carraspeo y luego culpable contestó.
— Beth lo siento mucho, no quería incomodarte así.
— No se preocupe señorita, ahora mismo le prepararé el té.
Elizabeth en estos momentos agradecía que Beth fuera tan discreta y servicial. Al cabo de unos minutos la joven le entregó la taza de té en las manos de Elizabeth y esta sin dudarlo lo tomó. Al hacerlo noto que este tenia un sabor asqueroso, pero aun así no dijo nada y con una sonrisa amable le agradeció a su doncella por preocuparse por ella hasta en los más íntimos detalles.
— Gracias Beth.
— No se preocupe señorita, pero ¿puedo hacerle una pregunta?
— Claro Beth, dime.
— ¿Usted y el principe Erick van a volver a comprometerse?
— No hemos hablado de eso aún.
— Señorita...
— Elizabeth, Beth, cuando estos a solas puedes llamarme por mi nombre, yo te considero una amiga, asi que puedes hablar con libertad.
— Gracias señ... digo Elizabeth, si me permiten dar mi opinión, yo creo que el principe Erick se tiene que hacer responsable por lo que sucedió entre ustedes.
— No Beth, si nosotros decidimos volver a comprometernos quiero que sea por qué así lo decidimos ambos.
— Entiendo se... Elizabeth. Pero igualmente creó que él tiene que responder por sus acciones, usted sabe que en estos tiempos la pureza de una señorita lo es todo. Solo digo que si esto se llegará a saber no quiero imaginar que pasaría con usted, su reputación quedaría manchada .
— Si tienes razón, en esta época tienen pensamientos retrogrados y machista, pero déjame decirte una cosa Beth, la valía de una mujer con consiste en si es o no pura.
— Puede que tenga razón, pero son muy pocas personas las que piensan así señorita.
— Bueno no importa, vayamos a desayunar ¿Quiere?
Elizabeth ya no quiso seguir hablando de ese tema con su doncella, ya que ella consideraba que lo que habia pasado entre el príncipe y ella no era algo tan grave. Sin pensar mas en ello, ambas salieron de la habitación y se dirigieron hasta el comedor, donde se encontró con su grupo de amigas y a Ross que estaban todas conversando de diferentes temas. La charla era fluida y amena hasta que Amanda preguntó.
—¿Chicas quién se queda este fin de semana?
Ross —Yo no volver hasta terminar mis estudios, el viaje es muy cansado para ir y venir todo el tiempo .
Elizabeth— Yo tengo que volver, prometí a mis hermanos que viajaría a verlos sin faltar un solo fin de semana
Y así cada una fue diciendo que viajarían a visitar a sus familias la única que se quedaba era Ross .
Ross— Bueno al parecer que me dejan sola .
Emily — No te preocupes Ross es solo este fin de semana, la próxima yo te hago compañía.
Luego de eso cada una volvió a sus actividades.
Ross por su parte fue a su salón se sentó en el mismo lugar del día anterior y no pasó mucho para que llegara Abel. Este la vio con cara triste y pregunto.
— ¿Que pasa señorita Ross?¿ Le sucede algo ?
— No es nada, es solo que este fin de semana todos vuelven a sus casa y yo me voy a quedar sola.
— No tiene de que preocuparte yo me quedaré a hacerle compañía.
— ¿De verdad? — Contestó Ross regalandole una gran sonrisa.
— Si de verdad — (Que hermosa que es cuando sonríe) Así que no se pongas triste, podemos hacer muchas cosas juntos en el fin de semana.
— Gracias .— Chilló Ross para luego abrazarlo, algo que sorprendió a todos por qué todo el salón prestaba atención a la pareja, Abel también se sorprendió, pero correspondió a su abrazo, hasta que Ross se dió cuenta de lo que estaba haciendo y se separó.
La chica se separó del príncipe mas que avergonzada y sin querer mirarlo a la cara hablo.
— Yo... lo siento no quise incomodarlo.
Abel dstaba completamente sonrojado, pero al ver la timidez de su amiga, sonrio y con voz calma y dulce, contestó.
—No hay de que disculparse.
Después de eso se concentraron en la clase que ya estaba por dar inicio.
Abel cada tanto miraba a Ross, ya que ella le parecía hermosa, era ingenua, graciosa espontánea y lo que más le gustaba de ella era que no trataba de ser alguien que no era para caerle bien, ella era auténtica.
El príncipe se estaba dando cuenta de que estaba empezando a ver Ross de otra manera no solo como amiga y eso no le desagradaba tanto . El siempre se había mantenido alejado de las mujeres por qué todas buscaban lo mismo, el puesto de Emperatriz pero Ross parecía ser distinta. Abel en ese momento decidió conocer un poco más a Ross, ya que no le parecía una pérdida de tiempo intentar ser más cercanos...