Raquel Castellano es una adolescente de 15 años, muy dulce y noble.
Le encanta montar a caballo y practica equitación en su hacienda.
Vive con su papá, su mamá y su hermana Laila que es 3 años mayor que ella.
Tobias Lombardi es un magnate de la industria alimentaria, le gusta tener el control de todo lo que le rodea.
Es amargado, tiene un corazón frío, manipulador y despiadado.
Es caprichoso y tiene el Ego por las nubes.
Tobias conocerá a Raquel y quedará enamorado a primera vista, al ser Raquel tan joven tendrá que esperar 3 años para poder hacerla su esposa.
Su matrimonio no empezará de la mejor manera y eso dejara cicatrices emocionales en Raquel.
(El contenido de está novela fue editado, las personas que la lean por primera vez pensaran que algunos comentarios no coninciden con lo que dice en el capítulo, eso es porque tuve que editarla para que no la quitaran de la plataforma)
NovelToon tiene autorización de Regina Cruz C. para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Está es mi amiga Claudia.
Salimos de la joyería.
Un niño se lanzó a abrazar a Raquel. Era Vladimir, el hijo de Hernán. ¿Qué hacen ellos aquí?
— Te extrañe mucho. — Le hizo ojos tiernos.
— Yo también. — Se agachó y le dió un gran abrazo. — ¿Que haces aquí?.
— Vine con mi papá.
— Hola Raquel.
— Hola, que gusto verte. — Se puso de pie.
Claudia tosió para llamar la atención.
— Está es mi amiga Claudia.
— Mucho gusto, Hernán Zaragoza. — Le dió la mano a Claudia.
— ¿Y este niño tan lindo?, ¿quien es?. —Se agachó a su altura y le apretó el cachete con suavidad.
— Soy Vladimir el mejor amigo de Raquel.
— ¿Así que me cambiaste por este niño?.
— Claro que no, tu no tienes reemplazo.
— ¿Entonces la quieres más a ella que a mí?. — Preguntó triste.
— Los quiero igual a los dos.
— ¿Porqué no vamos a comer?. — Sugirió Hernán. No deja de observar a mi esposa así que marqué territorio.
— Amor ¿tienes hambre?. — La Abracé de la cintura. Hernán me miró enojado.
— Si, vayamos a comer.
— Conozco un lugar muy bueno y esta cerca.
— Después de usted señorita. — Hernán se portó cómo todo un caballero.
Minutos después llegamos a un restaurante.
Ordenamos la comida, el mesero la trajo.
— ¿Porqué no has ido al club?. — Le preguntó Vladimir.
— No he tenido tiempo.
— ¿Qué te tiene tan ocupada?, ya tiene más de 6 meses que no vas, los caballos también te extrañan.
— ¿Raquel pasando 6 meses sin montar a caballo?. Eso no te lo creo. — Dijo. Claudia.
— Es la verdad.
— Raquel antes no podías pasar un solo día sin montar. — Le lanzó una mirada de preocupación.
Todo es mi culpa. Ella cada día es más infeliz por mis estupideces.
— Si he ido a montar solo que encontré un lugar más cercano a donde vivo.
— ¿Y cuál es ese lugar?, yo también iré. — Vladimir no se cansa de hacer preguntas.
— Es un lugar solo para adultos, no dejan entrar a niños. — Mintió Raquel.
— Si no dejan entrar a niños no vayas ahí, vuelve al club conmigo.
— Está bien.
Terminamos de comer y nos despedimos de todos. Abrí la puerta del auto, Raquel entro.
De camino a la hacienda.
-- Gracias por mi regalo me gusto mucho. _ Le tome la mano y le sonreí.
— De nada. — Me dió una sonrisa forzada.
33 minutos después llegamos a la hacienda.
Raquel bajó.
— ¿Quieres ir a cenar hoy.?
— ¿A dónde?
— A tú lugar favorito.
— Está bien.
Me fuí a realizar unos pendientes y en la noche fuí por ella.
— Te ves hermosa amor. — Le di mi brazo para que lo tomara.
— Gracias. — Tomó mi brazo y salimos de la casa.
En el camino todo fue silencio. Al llegar nos dieron nuestra mesa y le saqué conversación. Justo cuándo todo parecía ir bien llegó el imbécil que más odió, acompañado su nueva novia. Una chica que se hacía llamar amiga de mi esposa.
...N. Raquel....
Me partió el corazón ver a Justin con Sandra y lo peor de todo es que me veía con odió.
— Necesito ir al tocador.
— Claro amor. Ve.
Me levanté y fuí a lavarme el rostro. Parece que al destino le gusta haceme malas pasadas. La puerta del baño se abrió y me sorprendió quien fue la persona que entró.
-- ¿Que haces aquí?
— ¿Tienes miedo de que tu esposo nos vea juntos?.
Es a lo que más miedo le tengo. Siempre reacciona mal cuando sabe que estoy cerca de un hombre.
— ¿A qué viniste?.
— Vine para decirte que lo mejor que me pudo pasar fue haber terminado con una zorra como tú.
— Justin no me digas eso por favor. — Mis ojos se cristalizaron.
— ¿Porqué?, ¿te duele escuchar la verdad?.
La puerta se abrió de nuevo.
— ¿Qué hace esté imbécil aquí?
Justin salió.
— ¿todavía lo amas verdad?. — Me vió enojado.
No le contesté.
— Tus ojos lo dicen todo, lo amas a el.
Sentí que me faltaba el aire.
— Aunque lo ames a el pasarás el resto de tu vida a mi lado. ¿Te quedó claro? _ Tomó mis hombros con fuerza.
Sentí mi corazón palpitando muy fuerte. No sé que me pasó. Solo cerré los ojos.
— ¿Hija estás bien?. — Ya estaba en mi habitación.
— Si, ¿que me pasó?.
— Te desmayaste.
No había notado que Tobias estaba aquí.
— Será mejor que descanses. — Me dió un beso en la frente y salió.
— ¿T sientes mejor?
— Estoy un poco mareada.
— ¿Te ayudó a cambiarte?
— NO. — Levanté un poco la voz. — Yo puedo.
Entré al baño y me cambié. Sentía mi cabeza dando vueltas. Cuando salí me acosté.
— No vuelvas a hablar con ese idiota.
— Créeme, yo tampoco quiero hacerlo.
Desde hoy ya no trataré de explicarle nada.
Ya estoy harta de sus humillaciones. Que sea muy feliz con Sandra, yo seguiré mi vida como si el jamás hubiera existido en ella.