Seré Tu Esposa... El 30 De Febrero

Rose

Hoy es viernes, día que muchos celebran porque planean salir a divertirse, ir a bailar, tomar algo con amigos, ya que los próximos días no son laborales en la mayoría de los oficios. En mí vida es igual viernes que lunes así que me encuentro igual que siempre.

Sonó la alarma del diablo y la apagó para seguir durmiendo, quizás iría a trabajar más tarde. Ignoré aquello y seguí durmiendo ya que no tengo nada que hacer.

Me levanté a desayunar y él estaba aún en el penthouse, extraño.

Almorzamos juntos, algo que no ocurre muy frecuentemente ya que los almuerzos de negocios son algo muy normal o bien las reuniones que se extienden en el tiempo.

Cuando fui a recostarme el nuevamente fue conmigo e hizo lo mismo. Vivo lista para defenderme de él y sus avances pero hoy está muy tranquilo; ni ha intentado besarme y me siento en paz. Dormimos, nos levantamos a merendar y mí curiosidad pudo conmigo así que directamente le pregunté si no iría a trabajar pero me dijo que no; que estaba muy cansado y su padre se encargaria este día. Lo entiendo, trabaja demasiadas horas, aveces sale muy temprano y llega súper tarde así que está bien que se tome un día de descanso; algo que no hizo desde que regresamos de nuestra luna de miel.

La cocinera se retiró antes de servir la cena y las empleadas de limpieza tenían el día libre según me dijo Damon, para que descansen finalmente. Al menos tenía compasión de sus empleados de vez en cuando.

Cenamos, comimos un postre y fuimos a la habitación a mirar una película. Mí rutina siempre consistía en lo mismo, tomaba un yogurt antes de dormir y luego me ponía el pijama y me acostaba finalmente. Éste día no era la excepción. Él puso pausa cuando me levanté de la cama y fui por mí yogurt, cuando regresé reanudó la película que ya estaba por terminar mientras yo lo bebia tranquilamente. Cuando la película terminó unos pocos minutos después de haber terminado mí yogurt comencé a sentir calor.

Fui al baño a cambiarme pero en vez de colocarme un pijama enterizo opté por uno de dos piezas que era más fino. Me metí en la cama y seguía sintiendo demasiado calor, cada vez más.

-¿*Te sientes bien?

-Si, solo tengo mucho calor, quizás tenga fiebre. ¿Tienes un termómetro?

-Toma

-Tengo 36 es normal, que raro*

Él tomó el termómetro y lo guardó sin decir una palabra. Sentía mí cuerpo caliente y estaba un poco agitada. Minutos después me comencé a sentir extraña, sentía mí zona íntima caliente, palpitante y aunque jamás me había tocado sentía la necesidad de hacerlo. Pero con Damon a mí lado no podría hacer nada así que solo me concentré en aguantar todo lo que sentía.

-¿*Te sientes extraña verdad?

-Tengo mucho calor, no se que me pasa*- respondí agitada mientras aquellas nuevas sensaciones se hacían más intensas

-*No solo sientes calor, estás aguantando la necesidad de tocarte para aliviar lo que sientes y te preguntarás cómo lo sé ¿Verdad? Bueno verás, hace tiempo mandé a analizar unas copas y encontré dos sustancias en ellas, un potente somnífero y un poderoso laxante, claramente administrados por ti cada vez que intentaba acercarme más y avanzar en nuestra relación, así que ya que juegas así pensé en darte algo a ti también

-¿Que me hiciste?

-Aún nada nena, solo te di algo que no te hará daño y se irá en pocas horas. Estás muy tensa, relájate.

-Ire a dormir a la otra habitación*- me levanté un poco mareada pero me dirigí decidida a la puerta. Él me tomó del brazo y me hizo acostar de nuevo

-*No te irás de aquí, esto recién comienza. Bésame

-No, déjame ir

-No saldré de aquí hasta que me beses como corresponde, lo sabes bien*

Dejé que me besara pero sentía muchísimo calor, el abrió mis piernas y se acostó nuevamente besándome. Sentí más necesidad, más calor. Él tenía una erección y él solo sentirlo así en mí centro que estaba tan sensible me daba ganas de moverme para que esto acabara de una vez. Pero no podía necesitar a Damon, todo esto era producto de una maldita droga o sustancia, así que lo intenté empujar, algo que no lo movió ni un milímetro