Enamorarse No Está En El Contrato

Después del beso Aidan aún se sentía observado por todos, y no era para menos. Los alumnos que hicieron la obra, además de sus propios compañeros los miraban pidiéndoles una explicación. Nadie sabía que la obra iba a terminar así.

—¿Qué se supone fue eso?— preguntó Kilian molesto—. ¿Por qué cambiaste el final de la obra?— se dirigió a Indigo.

—Lo que haya pasado al final no es tu problema, de todas maneras no estabas en el guión principal— le dijo el castaño.

—Dejen de discutir, la persona involucrada ya habló conmigo— les dijo el profesor—. De todas maneras la obra no se vio afectada. Por ahora ordenen aquí, pronto tocará el concurso de baile.

Los alumnos hicieron caso y comenzaron a guardar las cosas que usaron. Kilian no dejaba de mirar molesto a Indigo, el chico aún no soltaba a Aidan.

—¿Crees qué me voy a creer que no tuviste nada que ver con esto?. El que Gladys te haya ayudado no quiere decir que no eres respnsable— dijo molesto Kilian.

Mael se dio cuenta que el rubio estaba por darle de puñetazos a su compañero.

—Yo no lo ayudé, él me ayudó porque la idea fue mía— le dijo Gladys a Kilian.

—¿Se puede saber qué pasa contigo?— la increpó Brenda.

—A diferencia de todos ustedes yo no me hago la ciega con lo que es evidente. No quise besar a Aidan, no porque me molestara, pero sé que había alguien que si se molestaría. ¿Tienen algo que decirme?— dijo con firmeza Gladys.

—A mí me encantó el final alternativo— dijo Sayer apoyando la idea de la chica, y más porque Indigo ayudó.

—Opino lo mismo, además la obra no se vio afectada— les dijo Odris bajando un poco el acalorado ambiente.

—Deberían dejar de discutir— dijo Mael con voz seria—. Nos pidieron desocupar el lugar para el próximo evento.

Kilian miró a Aidan que seguía sin decir una palabra, seguramente su mente aún no procesaba lo que acababa de pasar.

—Vamos, regresemos a su salón para que se cambien— le dijo Odris tomando de una mano a Sayer.

Indigo hizo lo mismo con Aidan, el pelinegro simplemente lo siguió sin decir nada. Caminaron por unos pasillos, ahora la mente de Aidan trataba de entender el porque Gladys había hecho una cosa así, y que además Indigo la apoyara. Comenzó a entender que debió ser un plan entre ellos dos para hacerlo ver como un idiota, el chico vestido de mujer que besa a otro chico. Seguramente lo que querían era que él fuera el chisme barato y la burla de la universidad. Aquellos pensamientos lograron molestarlo de sobremanera. Se soltó de forma abrupta de la mano de Indigo, el castaño lo quedó mirando confundido, los otros también los quedaron viendo.

—Aléjate de mí, no creas que porque te reíste en el escenario seré tu maldito payaso— le dijo Aidan con ojos de odio—. Vete a la mierda Indigo.

Se tomó el vestido y continuó su camino tomando otra ruta para llegar al salón de clases.

—¿Qué le pasa?— preguntó confundido Odris. El chico podía entender que ellos tenían una enemistad marcada, pero se supone que las cosas debían calmarse un poco ahora que se casarían.

—Iré a hablar con él— dijo Sayer.

—No— le dijo Indigo—. Hablaré yo con él.

Los chicos asintieron, el castaño lo siguió, los otros continuaron su camino al salón. Aidan por su lado caminaba lo más rápido que podía, el trecho que había escogido para llegar a los salones era más largo y más concurrido. Pero prefirió ignorar a los chicos que lo molestaban en el camino.

—Aidan— una voz conocida lo hizo darse vuelta. Vio entonces a Kilian acercarse—. Creí que te irías al salón.

—Sí, bueno yo tuve una pelea con Indigo. Así que me vine por mi propio camino— le dijo el pelinegro.

—Vamos, déjame acompañarte al salón— se ofreció el rubio.

Aidan aceptó de buena manera, prefería caminar con él chico a su lado a que un grupo de idiotas lo siguiera molestando. Se dirigieron al salón, debían pasar por unos pasillos hasta llegar, Kilian no dejaba de mirar a Aidan, el chico se veía demasiado atrayente vestido de esa manera además que lo sentía algo vulnerable, como si necesitara de ser protegido por alguien.

Aún estaban caminando por ese desolado pasillo, cuando de pronto Kilian se detuvo frente a Aidan. El chico lo miró confundido.

—¿Qué ocurre?— le preguntó el pelinegro mirándolo algo sorprendido.

Kilian se sintió de pronto atrapado en un torbellino de sentimientos, su mente sólo podía ver esos hermosos labios cerrarse sobre los suyos. A pesar de haber tenido esa clara conversación, al parecer Kilian comenzó a olvidarla. Tomó de pronto a Aidan de un brazo y lo dejó estampado en la pared, puso una de sus piernas en medio para que el pelinegro no pudiera moverse. Sus ojos irradiaban fuego, era como si un deseo profundo y carnal se apoderara de su cuerpo.

—Kilian— dijo algo asustado Aidan—. ¿Qué-se supone estás haciendo?.

—Lo siento, de verdad lo lamento— le dijo el rubio mirando sus ojos—. Pero no puedo resistirlo más, verte hoy besando a Indigo fue lo último que quería sentir. Es una maldita sensación desagradable. Tú me gustas demasiado, no tolero verte en brazos de alguien más.

Aidan trataba inútilmente de forcejear.

—Nosotros hablamos de esto, sabes que no te puedo dar esperanzas de nada porque no tengo los mismos sentimientos por ti. Te dije que no quería hacerte daño— le dijo el castaño—. Por favor Kilian suéltame.

Pero el rubio no escuchaba, estaba cegado por la belleza de ese pelinegro, sus ojos tan oscuros como la noche misma y tan brillantes como una galaxia. Sus labios aún conservaban el color del labial, un suave rojo que combinaba con sus mejillas.

—¿Kilian?— le llamó Aidan algo preocupado, la mirada del mayor era oscura y penetrante—. ¿Se supone qué íbamos al salón?.

Pero el rubio no respondió a las preguntas del chico, simplemente se acercó a su rostro y le dio un suave y profundo beso. Aidan abrió los ojos como plato, trató de sacarse a Kilian de encima, pero el mayor tenía más fuerza que él. Sintió entonces una lengua que entraba por su boca y probaba cada centímetro de ella. El pelinegro se estaba sintiendo demasiado incómodo y molesto con Kilian, se supone que las cosas entre ellos habían quedado claras, pero al parecer al rubio se le habían olvidado. Más parecía que el mayor había tenido un repentino ataque de celos y posesividad.

—¡Suéltalo!— aquel grito junto a un fuerte puñetazo hicieron a Kilian cayera al piso.

Aidan abrió los ojos con sorpresa viendo a Indigo frente a él, el chico se veía notoriamente furioso. El castaño lo tomó de una mano.

—¡Espera!— le gritó Kilian levantándose del piso—. ¡No tienes ningún derecho sobre Aidan!.

El pelinegro iba a abrir la boca, pero Indigo se adelantó.

—¡Tengo todos los malditos derechos sobre Aidan por qué nos vamos a casar!.

El rubio se quedó con la boca abierta, miró con ojos sorprendidos a Aidan que no decía una palabra por toda la conmoción. ¿Qué había echo él para tener ese tipo de día sábado?. Se supone que después de la obra quedaba libre para disfrutar del resto del festival, en cambio ahí estaba teniendo una disputa con dos hombres. ¿Acaso la obra se había hecho real?. Pero luego cayó en cuenta de las palabras que usó Indigo, miró a Kilian que tenía el rostro desfigurado por la sorpresa.

—Espero te quede claro, no quiero verte de nuevo cerca de Aidan, estamos comprometidos— dicho esto Indigo tomó al pelinegro de una mano y se lo llevó de ahí.