Frontera Roja

Alejandro estuvo cuarenta y ocho horas en coma, puede abrir los ojos, pero los dolores de cabeza son fuertes. Los médicos le suministran analgésicos para que pueda soportar hasta que el coagulo se disuelva por completo.

La enfermera le notifica que tiene visita y él acepta. La visita es el papá de Klea, vino solo, Kader se quedó con la abuela.

-Buenos días, magistrado.

-Buenos días, señor ¿Quién es usted? No recuerdo haberlo visto antes.

- Mi hija tiene mucho trabajo, y no ha venido a verlo.

- ¿Su hija? – le preguntó – No creo que la conozca.

- Sí, ella es Klea. Soy su padre, vengo en su representación.

- Gracias por venir

- ¿Cómo se siente?

-Tengo dolor de cabeza, pero con los medicamentos estoy mejor ¿Klea está bien? - muestra su preocupación.

- Ella está con bastante trabajo, pero, aun así, saca tiempo para estar con Kader.

- Se toma a pecho su responsabilidad de madre sustituta.

- Ella es así. Mi hija se aferró mucho a Kader desde el principio.

- Las mujeres de verdad tienen el instinto materno muy desarrollado. – sonríe un poco.

-Todo tiene un porque, todo tiene su historia. – lo dice con pesar.

- Lo escucho. – Alejandro se dispone a prestar atención.

- Primero cúrese bien, la historia no es bonita.

- Klea me ha rechazado dos veces, y quiero saber porque no puedo tener derecho a una oportunidad. – habla despacio no está del todo bien.

- No está del todo bien. Klea ha pasado por mucho.

- Por favor, cuénteme. Quiero conocerla de todos modos.

- ¿Está usted enamorado de mi hija? - el señor Vergara quiere asegurarse.

- Me gusta mucho. - lo confiesa.

- No creo que vuelva a mirar a mi hija con los mismos ojos.

- ¿Por qué lo dice? – le intriga que todo se desarrolla con lentitud.

- Klea ha tenido un compañero, le juró amor eterno, se les veía muy felices, ella quedó embarazada, y el novio se le veía cara vez menos, mi hijo lo investigó, le advirtió a Klea que era mejor así, dejarlo en el olvido. Klea fue a buscarlo y lo encontró en brazos de otra. Mi hija ya tenía seis meses, pero ese hombre en vez de terminar la relación como debería, a mi hija la hirió con arma blanca y mató a mi nieto. Klea fue internada y la tuvieron que operar, ella ya no puede formar familia. Cuando conoció Kader, para ella fue como ese hijo que perdió, deberían tener exactamente la misma edad.

- ¿El tipo quedó suelto? ¿No lo denunciaron?

- Está prófugo, pero Freddy, el mellizo de Klea, está detrás, parece que pronto va a caer.

- Ahora entiendo porque ella no me quiere. – lo dice con pesar.

- Todo hombre al casarse quiere hacer sus hijos, pero ya no puede. – le recalca.

- Yo comprendo. Si no se puede, no se puede. Está Kader, el pequeño necesita un padre que lo guíe.

- Mi hija me ha contado su versión, sobre el trato. – se limita con el mínimo posible de palabras.

- No tenía de otra, pero cuando estaba solo, pensaba en ella. Ahora ella me ha rechazado dos veces. Cómo le dije hace un momento, me gusta mucho su hija.

- Ese es su pasado. Ella ha endurecido su corazón, pero entiende las cosas, sabe bien lo que hay que hacer, ella comprende de una manera muy compleja, pero está herida, y su orgullo ha crecido.

- Sé cómo es Klea, la veo como trata a los migrantes, es ella al natural, con ellos se muestra en su máxima expresión. Me enamoré por eso, no solo es empática, comprensiva, sino que tiene el poder de escanear a la persona y detecta todo. Su dulzura es su juego para delatar a ciertas personas. Ella es increíble.

- Lo es. Por eso escogió ser policía y se inclinó para ser defensa de los migrantes inocentes, por eso está en Interpol.

- Espero mejorar pronto y poder hablar con ella. – Alejandro quiere quedar en buenos términos

- Hijo, por más le guste a hija, ella ha cerrado su corazón. – intenta abrir una brecha.

- No quiero lastimarla. Solo es una oportunidad.

- Ya no es mujer, por así decirlo, ya no puede. No se haga ilusiones, deje a mi hija en paz. – le clava el puñal a los sentimientos sensibles de Alejandro.

-Yo no le voy a fallar. – a Alejandro se le quiebra la voz

- Hijo, ella ya tiene a Kader, es todo lo que quiere. El niño es el reemplazo del que perdió por su culpa de su ex.

- ¿Criar un niño sin padre? – su tristeza persiste en la voz.

- No vaya a forzar una relación, lo único que le puedo aconsejarle es que mejor esperar un tiempo, si sus sentimientos permanecen para mí hija, quizás ella se sienta convencida que usted tiene sentimientos sinceros. – es la conclusión del señor Vergara.

- No lo había pensado de esa manera. – Alejandro lo piensa.

- Las cosas son frescas, que se enfríe y que el destino lo decida. – le sonríe – me tengo que ir, Kader  me estará buscando. Que se mejore y tómese un tiempo para curarse bien.

- Gracias. Ahora conozco un poco más a Klea.

- Que descanse.

El señor Vergara se fue, se dio el gusto de hablar con el juez y contarle el secreto de su hija, esperando que se desilusione con la condición de Klea, pero por el momento no le queda de otra que separarlos por un tiempo, quizás, así, él se olvida de ella.

Alejandro se quedó pensando en Klea y llorando, él tiene deseos de formar una familia, Kader lo necesita, puesto que el juez también tiene un secreto.

Estuvo mal por un par de horas, tuvo fuertes dolores de cabeza, el doctor le suministra medicamentos y lo deja dormido. Al día siguiente, Alejandro se despierta bien, recibió la visita de Javier quien le trae su celular por si quiere revisar sus mensajes, la reunión es breve, pero ahora con el celular en mano se pone a investigar sobre el ex de Klea, se propone a buscarlo, tiene pensado encararlo y cobrarle todo el daño que le hizo a Klea.