Azura, la Reina de la Mafia

"También me prometí a mí misma que recuperaría todo lo que me habían arrebatado, y también guardo un profundo rencor en mi corazón, ese incidente fue lo que oscureció mi mundo, y ya no hubo color en mi vida después de ese incidente", dijo Queena de nuevo.

"Lo siento, me desahogué", dijo Queena con voz plana.

"Hm, no, no importa si te hace sentir más tranquila", dijo Ray.

"¿Tienes familia allí?", preguntó Rey, quien había estado en silencio desde hacía un rato, ahora emitiendo su voz.

"No, estoy sola allí", respondió Queena.

"¿Entonces dónde vives?", preguntó Ray de nuevo.

"Vivo en una choza que hice yo misma con cartones usados", respondió Queena de nuevo, mintiendo intencionadamente a sus dos hermanos mayores, porque era imposible que dijera que allí había una empresa y una boutique de su Mamá.

"¿De verdad?", preguntó Ray y Rey, con los ojos ya llenos de lágrimas.

"Hm, sí, porque no puedo confiar en mis pocos ahorros, uso mis ahorros como capital para vender y así tener para comer a diario", respondió Queena de nuevo.

"Sí, lo importante es que la gente no creería mi historia tal como me ven ahora, porque parece que soy una persona capaz, cuando en realidad, detrás de todo eso, a menudo me caigo y me caigo", respondió Queena de nuevo.

"Si puedo preguntar, ¿con quién tenemos rencor, y por qué tu Papá te echó de casa?", preguntó Rey, queriendo asegurarse de que la persona delante de él era realmente su Princesa al 💯%, aunque lo habían escuchado directamente de su boca cuando hablaba con su amiga, pero querían escuchar directamente a Queena hablando delante de ellos.

"Mi Mamá fue asesinada por una persona a la que mi Papá ayudó una vez a escapar de unos matones, después de que mató a mi Mamá, me acusó hasta que mi Papá me abofeteó y me echó de casa", dijo Queena con voz plana y fría, contando un pasado que odiaba mucho, pero para dar luz a sus hermanos mayores, estaba dispuesta a abrir viejas heridas.

"Me voy a volver, porque tengo asuntos que atender", dijo Queena poniéndose de pie.

"Y gracias por su tiempo, me siento aliviada de haber hablado con ustedes, pero me prometen que nadie sabrá nada de mí", dijo Queena.

"No importa, ten cuidado en el camino", respondió Ray.

"Nos aseguraremos de que todo lo relacionado contigo esté a salvo", respondió Rey, a lo que Queena solo asintió.

Queena se fue dejándolos a los dos, después de verla lejos de sus hermanos mayores, Queena murmuró para sí misma.

(Perdónenme, hermanos, les he mentido mucho) pensó Queena.

Mientras tanto, en el lugar de Ray y Rey, volvieron a sentarse.

"No puedo creer que Princesa haya sufrido tanto allá afuera", dijo Ray, ya llorando.

"Es verdad, hermano, no puedo imaginarme cómo estaba en ese momento", dijo Rey, también con lágrimas en los ojos.

"Pero, ¿por qué es tan difícil para nosotros rastrear su paradero, hermano?", dijo Rey preguntándole a su hermano mayor.

"Probablemente cambió su identidad porque no quería que supiéramos dónde estaba", dijo Ray.

"Ha cambiado mucho, hermano", dijo Rey con tristeza.

"Eso es porque su corazón ya está lleno de un rencor muy profundo, por lo que es así, yo también me volveré más frío cuando esté en la mansión, y nunca perdonaré a Papá, porque por su culpa mi princesa está sufriendo", dijo Ray con vehemencia.

"Yo también me volveré frío, incluso ahora no estoy dispuesto a ver sus caras", dijo Rey.

"¿Nos vamos de esa mansión, hermano?", preguntó Rey.

"No, no podemos irnos de esa mansión, tenemos que ver cada uno de sus movimientos en la mansión, qué es lo que realmente quieren, no permitamos que toda la riqueza de Papá caiga en sus manos", dijo Ray explicando.

"Está bien, si es así, hermano, seré más paciente", dijo Rey.

Los dos se fueron del jardín para volver a la mansión.