Rendra logró ingresar a la facultad de medicina gracias a una beca. En la universidad, era menospreciado por ser pobre y tener un aspecto simple. A menudo, incluso era víctima de acoso.
Pero detrás de todo eso, Rendra era un verdadero genio. Con apenas 22 años, ya había memorizado la anatomía humana y complejos manuales de cirugía. Lo más sorprendente: sabía aplicar con precisión todo lo que había aprendido.
Por su brillantez, alguien le ofreció un trabajo poco común: ser médico en un burdel. Allí, atendía a trabajadoras sexuales, adictos, personas apuñaladas o baleadas, y mucho más.
Pero todo se complica cuando, por accidente, Rendra cruza su camino con un temido jefe mafioso…
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Capítulo 22
Rendra se acercó a Jeni. "¿Hay alguna parte que le duela, señorita? Si es así, dígamelo. Para que pueda tratarla," dijo él.
Jeni permaneció en silencio, como de costumbre. Seguía mirando fijamente por la ventana con la vista perdida.
Rendra bajó la mirada. Pensó que Jeni todavía no quería hablar. Con pasos lentos, Rendra comenzó a alejarse de Jeni.
"Deberías haberme dejado agonizar. ¿Por qué me salvaste?", dijo Jeni, haciendo que los pasos de Rendra se detuvieran de golpe.
Rendra se giró y volvió a mirar a Jeni. La mujer pareció volverse hacia él. Las lágrimas de Jeni corrían por su rostro.
"¡¿Por qué no me dejaste morir?! ¡Creo que eso sería mejor!", sollozó Jeni mientras se abrazaba a sí misma.
"¿Y crees que estarías bien después de morir?", replicó Rendra.
La mirada de Jeni se agudizó. "¡Creo que sería mejor que mi vida actual!", respondió ella.
"¿Estás segura?", preguntó Rendra.
Jeni enmudeció de repente. Desvió la mirada mientras resoplaba con brusquedad. Parecía que no estaba tan segura.
"¿Qué sucedió realmente para que te sientas tan desesperada?", preguntó Rendra con curiosidad.
Las lágrimas de Jeni, que se habían detenido por un momento, volvieron a caer. Le contó su problema a Rendra. Dijo que había un hombre depravado que la tenía subyugada. Ese hombre era influyente; no la dejaría escapar tan fácilmente.
"Ya he intentado escapar de él, pero no puedo. Tiene tanta influencia que siempre me encuentran dondequiera que vaya," confesó Jeni.
"¿Alguna vez has intentado ir al extranjero?", preguntó Rendra.
Jeni negó con la cabeza. "Él seguramente lo sabría porque necesito pasar por muchos trámites para poder ir al extranjero," respondió.
"¡Pero no si cambias tu nombre! Jeni no es tu nombre real, ¿verdad?", inquirió Rendra. Se acercó lentamente a Jeni. La mujer asintió para responder a la pregunta de Rendra.
"Entonces, podrías irte. ¡Al menos inténtalo! En lugar de vivir en un sufrimiento inútil," dijo Rendra. Esbozó una leve sonrisa. "Siempre espero que las trabajadoras sexuales de aquí dejen su trabajo y vivan bien. Incluida usted, Jeni," añadió. Luego se marchó sin más.
Mientras tanto, Jeni se quedó sin palabras. Pensó en la sugerencia de Rendra, que según ella, valía la pena intentar.
...***...
Rendra regresó a su habitación. Quería ducharse porque su cuerpo olía a sangre debido a la operación de antes.
Lentamente, una sonrisa se dibujó en el rostro de Rendra. Sinceramente, estaba contento con el éxito de su operación de hoy. Rendra se sentía orgulloso de sí mismo.
En ese momento, Rendra también recordó la oferta que Susan le había hecho la última vez. Estaba bastante interesado en ella. Sin embargo, por otro lado, Rendra se sentía preocupado porque se trataba de una acción ilegal.
"¿Rendra?", Arini apareció detrás de la puerta. Casualmente, acababa de regresar del minimercado porque tenía que comprar algunas cosas necesarias.
"¿Dónde has estado, mamá?", preguntó Rendra.
"Comprando fideos instantáneos y otras cosas. Resulta que las existencias en la cocina se habían agotado," respondió Arini mientras dejaba su bolso sobre la mesa. "Ah, sí. Escuché que salvaste a Rory. ¡Eres genial, hijo! Pero ten cuidado, debes pensar antes de hacer algo. Menos mal que tu operación fue un éxito; si no, ¿qué hubiera pasado? Podrías haber ido a la cárcel," continuó, llena de preocupación.
"¡Lo más importante es que Rory esté a salvo, mamá!", respondió Rendra.
"¿Hola? ¿Rendra? ¿Señora Arini? ¿Interrumpo? Quiero hablar con ustedes." Susan apareció de repente en la puerta.
"¿De qué quieres hablar, Señorita Susan?", preguntó Arini.
"Se trata de una oferta de negocios para ustedes. ¡Si están de acuerdo, ganarán mucho dinero!", respondió Susan con confianza.
En ese momento, Rendra pudo adivinar de qué hablaría Susan. ¿Qué otra cosa podría ser sino la oferta de Susan a Rendra para realizar prácticas médicas ilegales?
