«Y que si el mundo está por derrumbarse y que si los seres humanos morirán, yo solo quiero proteger a mi familia y todo lo demás no importa. No importa si soy egoísta por eso».
«Si quieren ser salvados, busquen quien los salve porque yo no lo haré »...
Cuando menos lo esperas algo llega y pone de patas para arriba toda tu vida y en ese momento empiezas a pensar que debiste haber disfrutado cada momento de lo vivido en el pasado.
Nada es eterno, nada es para siempre.
Todo dura solo un instante.
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CAPÍTULO 22: Problemas
—. ¡Devuélmelo!
Grité acercándome a él intentando recuperar mi bloc pero retrocedió mientras seguía revisando mis dibujos.
—. ¿De dónde sacaste estos dibujos? ¿Dónde viste esto?
—. ¡Devuélmelo!
—. No, hasta que me digas de dónde sacaste estos dibujos.
Dijo levantando el bloc sobre su cabeza para que yo no lo alcanzara.
—. Yo hice esos dibujos, son míos ahora devuélmelo.
Intenté agarrar el bloc pero él siguió retrocediendo aún manteniendolo arriba de su cabeza lejos de mí.
—. ¿Y debería creerte y elogiar tu trabajo?
—. ¡Anthony James!
Y él se detuvo al escuchar su nombre completo, me miró con una expresión llena de frialdad.
—. El hecho de que seas un invitado especial en este lugar no quiere decir que tengas el derecho de aprovecharte de los débiles.
Exclamé mientras seguía acercándome a él con la intención de recuperar lo que era mío, en un intento de seguir retrocediendo el bloc resbaló de sus manos y cayó al suelo, rápidamente corrí para levantarlo pero apenas me agachaba cuando él fue más rápido y lo volvió a tomar para mirar la hoja que había quedado al descubierto. Sus ojos temblaron ligeramente al ver el dibujo pero yo no entendí hasta que me miró con una mirada llena de odio y resentimiento.
—. ¿Quién te crees para dibujar esto?
Preguntó y el chico tranquilo, sereno y distante que siempre mostraba desapareció para hacer aparecer a un chico con odio y desesperación reflejado en su rostro. Se acercó a mí a pasos rápidos y el bloc salió volando lejos de mi vista, apreté los puños observando como mi trabajo había sido lanzado como sí fuera basura. Volví mi vista a él con resentimiento.
—. ¿Qué te...
No terminé la frase cuando él ya había lanzado un golpe que iba directo a mi rostro, lo esquivé como pude y le lancé una patada que compactó directo a su mejilla derecha haciendo que retrocediera.
—. ¿Cómo te atreves?
Gritó furioso mientras se tocaba la mejilla la que a la vez se volvía en un tono carmesí.
—. ¿Quién te crees que eres para tomar mis cosas y luego lanzarlas como si fuera basura?
Pregunté en un tono serio lo que hizo que una vez más él se acercara e intentara propinarme golpes que yo a la vez esquivaba con agilidad, después de intentar golpearme por varios minutos y sin lograr nada se detuvo mirándome con odio.
—. ¿Cómo puedes esquivar mis ataques con tanta facilidad? ¿Quién eres?
—. ¿Crees que solo por ser una humana sin ningún don, no puedo defenderme? ¡Sigue soñando!
Y una patada fue lanzada directo a su estómago que hizo que se encorvase de dolor, levantó la mirada y esta vez era yo la que atacaba sin piedad, y golpe tras golpe luego quejidos tras quejidos se escucharon en aquél patio mientras los estudiantes empezaban a llegar observando aquella escena.
—. ¡Cristani Cartis!
Y la voz de alguien mayor me detuvo después de minutos, observé a mi alrededor, demasiados estudiantes me miraban y otros empezaban a grabar. Apreté mis puños y de repente sentí un pequeño dolor, bajé mi mirada y mis nudillos estaban ligeramente ensangrentados.
Ni siquiera miré al chico que estaba al frente de mí, simplemente corrí en dirección a mi bloc y lo recogí del suelo.
—. ¿Se puede saber en qué estaban pensando cuando estaban peleando afuera? ¿Saben que hay reglas en esta institución y que ustedes acaban de romper la mayor de ellas?
Se oyó la voz molesta del director observándonos a ambos, levanté la cabeza y lo miré a los ojos con aquella mirada de frialdad.
—. ¿Por qué no le pregunta a él, el por qué llegó y empezó molestarme cuando yo estaba tranquilamente dibujando?
—. ¿Anthony James, hay algo que quieras decir?
Y no se escuchó ninguna palabra salir de los labios de ese idiota.
—. Director, yo pienso que el hecho de que sean cazadores no quiere decir que deben aprovecharse de los débiles o ¿Estoy equivocada?
Resalté la última frase y el director asintió con la cabeza rápidamente, mirando con desaprobación a Anthony y a sus hermanos quienes se encontraban ahí también.
—. La señorita Cartis tiene un buen punto. El hecho de que hayan salvado a nuestro pueblo y por lo que estamos sumamente agradecidos y en deuda con ustedes, no les da el mínimo derecho de aprovecharse de los humanos que no tienen el mismo don que ustedes. Así que espero que ésto no vuelva a suceder o me veré en la necesidad de pedir que la autoridad del pueblo se encargue del asunto.
—. Yo, Cristani Cartis acepto el castigo que usted me pone por romper las reglas de esta institución.
Agregué aún manteniendo mi mirada en el director que a su vez me miró.
—. Pienso que no tienes por qué recibir un castigo, no has hecho nada malo. Solo te defendiste. El que será castigado es él.
Y el director nuevamente fijó su mirada severa en Anthony.
—. Joven Anthony James usted barrerá el patio durante dos semanas y empieza desde hoy, espero que reflexione sobre sus acciones de este día y ustedes tres, espero no recibir una queja suya.
Y los otros tres asintieron con la cabeza.
—. No se preocupe, esto no volverá a ocurrir y no se preocupe que nosotros haremos que Anthony reflexione.
Habló Sophía con determinación hacia el director.
—. Yo creo que deberían encadenar y encerrar a esa bestia en algún lugar lejos de los humanos.
Dije casi en un susurro pero los cuatro chicos lo escucharon a la perfección, Anthony me fulminó con la mirada y los otros tres simplemente dieron un pequeño suspiro.
Después de aquél incidente todos volvimos a nuestros salones correspondientes y las clases siguieron con normalidad el resto de la tarde pero yo seguía con la sangre hirviendo de enojo, nunca había tenido ese sentimiento tan fuerte; puede que si me haya enojado antes pero hasta el punto de querer golpear a todos, no. Era un sentimiento que de cierto modo me incomodaba.
Luego de las clases, guardé mis cosas para después salir del salón sin siquiera mirar a nadie. Apenas había cruzado el patio cuando la voz de Sophía me detuvo.
—. Cristani, ¿Puedo hablar contigo?
—. No tengo tiempo y tampoco nada de que hablar contigo.