Segunda parte de la Saga PROMESA Y DESTINO que narra la historia de Fafner y Lugus
La existencia de Taranis Lugus ha sido marcada por el dolor, creyéndose un ser maldito, que sólo puede llevar desgracia a los que lo rodean y que no merece la esperanza del amor. Decidido a ayudar a su pequeña Libelle a traer a sus crías al mundo, Lugus elige sacrificarse, creyendo que es lo mejor para sus seres queridos, a pesar de que esto pueda significar tener que dormir un par de siglos y no volverlos a ver...
Por su parte, Fafner intenta escapar nuevamente de lo que comienza a sentir por Lugus; embarcandose en una serie de misiones que en lugar de ayudarlo a olvidar lo harán conocer más sobre la raza demoníaca y quién es realmente Lugus.
¿Podrá Fafner regresar a tiempo para volver a ver a su demonio?
¿Lugus logrará superar su terrible pasado y aceptar que él también merece amor?
Acompaña en esta nueva historia al Clan Lanira y los Dragones del Clan Nithe Ragnar.
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Te vez muy joven...
Encontrar el momento adecuado para que Fafner se pudiera acercar a Lugus, resultó una tarea casi imposible, debido a que la mayor parte del tiempo el demonio se la pasaba oculto en una caverna que había tomado como su casa; con grandes salvaguardas, que él mismo había preparado antes del ritual, y a la cual no se podía entrar al menos que él te invitara, y el tiempo que pasaba fuera de ese lugar siempre era en compañía de Danu o de alguno de los trillizos, principalmente Woden, que había pasado de detestarlo y buscar alejarse de su tío a mostrar un amor filial tan profundo que parecía incluso poder adelantarse a los más mínimos deseos del demonio. Así que la única alternativa que encontró Andras fue generar una distracción, justo cuando Lugus se encontraba en el jardín tomando lo que él mismo llamaba como su necesario baño de luna.
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Al llegar al jardín lo primero que Fafner vio fue a Taranis Lugus tumbado sobre una frazada colocada en el pasto del jardín, estaba completamente inmóvil; más delgado de lo que lo recordaba, con un brazo apoyado sobre sus ojos, como si la luz de la Luna fuera muy intensa para verla directamente. De inmediato el joven dragón sintió un nudo en la garganta, al recordar aquella noche en la que los dos estuvieron en ese mismo jardín, observando la creciente magia de la Unión Salvaje, esa noche el demonio se veía como un hombre maduro, su cabello largo cayendo como cortina cada ver que éste se agachaba para comprobar como estaba el dragón que descansaba sobre sus piernas... En ese momento Fafner había estado tan consumido por el veneno, que a pesar de que la cercanía de Lugus podía ser reconfortante, en realidad él no había sabido apreciar lo verdaderamente agradable que era esa cercanía, no por su abstinencia, sino por la persona de la que se trataba.
—¿Te quedaras ahí, viéndome como un pervertido toda la noche?— la voz profunda de Lugus interrumpió los recuerdos de Fafner, el demonio lo había sentido llegar, y por un tiempo se preguntó si podría fingir no notarlo, pero al final, como siempre que se trataba de ese dragón, la curiosidad le ganó.
—Yo... yo...— Fafner trataba de hablar, tenía en su cabeza todo un discurso ya preparado, pero al parecer se le había quedado atorado en alguna parte de su pecho, aún así se acercó un par de pasos más al lugar donde se encontraba el demonio.
—Sé que soy irresistible, pero nunca esperé escucharte tartamudear por mi encanto— exclamó coqueto, pero sin moverse, Lugus tenía la esperanza de que con un par de comentarios mordaces, el dragón optara por alejarse, como lo había hecho en otras ocasiones, antes de notar su verdadera condición.
—No es eso— se apresuró a aclarar —Pero te vez diferente...— no sólo era la inusual apariencia de un Lugus más joven, de alguna forma al verlo podía percibir su fragilidad, lo que de alguna forma lo hacía sentir a él mismo mucho más vulnerable.
—Bueno esta es mi verdadera forma cuando estoy humanizado— admitió muy a su pesar, recordando todas las veces que se había burlado del dragón por ser muy joven —Normalmente uso un sortilegio, que se supone que muestra como me veré en otros quinientos u ochocientos años, pero ahora que ha regresado Dracul, ya no lo necesito— se trató de justificar, ya que por nada del mundo admitiría que su imagen era a causa de su actual debilidad.
—Te vez muy joven— de alguna manera, su actual imagen le conmovía, por lo que, a pesar de que era la oportunidad perfecta para regresarle un poco de las múltiples burlas que el demonio le había hecho con respecto a su edad, simplemente no pudo hacerlo.
—Sí, bueno para mi raza yo soy muy joven— tubo que admitir, cambiando por fin de posición, y enderezándose sobre su manta, y ocultando su cabeza entre sus piernas para evitar la mirada de Fafner.
—Te cortaste el pelo— señalo nostálgico Fafner.
—Los cambios son buenos— admitió, y aunque se había prometido no decir nada al respecto, al sentirlo tan cerca ya no pudo evitarlo —En especial después de que uno es abandonado— no sabía porqué lo había mencionado, pero justo en el momento que lo dijo, se arrepintió de hacerlo.
—Yo, de verdad lo lamento...— se apresuró a decir —Yo...— pero una vez más la verdad detrás de sus actos se quedó atorada en su garganta, teniendo que conformarse con lo que pudo decir —Por favor perdóname por dejarte así...
—No estaba hablando de ti— corrigió de inmediato Lugus, su orgullo no se podía permitir más descalabros, en especial después de todo lo que ya había tenido que pasar —¡No te sientas tan importante!
—De cualquier forma, en verdad estoy arrepentido...— replicó casi en un murmullo Fafner.
—¿De qué exactamente es de lo que te arrepientes?— interrogó con un tono ácido que el mismo Lugus no se esperaba, por lo que comenzó a plantearse el escapar de ese lugar.
—No debí irme así...— Admitió Fafner con un tono cargado de dolor —De alguna forma...
—No era necesario que te despidieras— lo interrumpió molesto —En realidad eso es irrelevante ahora.
—No, no me refiero al haberme ido, me refiero a la razón par la que me fui— admitió con un tono tímido, que Lugus no se esperaba.
—¿Y cuál era esa razón?— preguntó, sin embargo ya empezaba a cansarse de darle vueltas al tema —Y será mejor que seas un poco más especifico, porque te la has pasado dando evasivas.
—¡Tenía miedo!— exclamó desesperado y bajando la voz admitió —Yo en realidad escape...
—Bueno...— la confesión descolocó a Lugus que por un momento deseo poder ver el rostro de Fafner, por lo que tuvo que obligarse a continuar agachado —Nunca te tuve prisionero, y no entiendo porque tenías miedo, juro que por más apetitoso que me parecieras, yo no estaba planeando comerte... no literalmente.
—Por eso regrese— respondió de inmediato Fafner, tratando de reprimir su sonrisa.
—¡Porque no te voy a comer literalmente!— exclamó algo confundido ante la posibilidad de que el dragón hubiera estado esperando algo más de él.
—No— se apresuró a contestar y con una voz dudosa agregó —No lo sé, en eso no pensé... sólo era que ya extrañaba esos comentarios tuyos...
—¿Así que te gusta escuchar lo delicioso que hueles y lo mucho que se me apetece comerte?— interrogó sarcástico.
—Ja, ja, ja...— Fafner rio sin poder evitarlo, era divertido ver por primera vez a ese demonio contrariado, por lo que decidió seguir siendo sincero —Podría decirse que sí...
—Entonces pierdes tu tiempo— respondió cortante, y con un tono sombrío concluyó —Ya no estoy tan interesado, mis gustos han cambiado... yo he cambiado...
—Entonces, podrías dejarme estar cerca de ti— pidió Fafner con toda la humildad de la que fue capaz —¿Me dejarías volver a conocerte?
—Ya no hay tiempo para eso— declaró Lugus molesto, y antes de que Fafner se acercara más, el demonio trató de levantarse, necesitaba salir de ahí antes de que ese dragón lo viera bien, y se diera cuenta de todo, pero entonces sus fuerzas le fallaron, provocando que se tambaleara y estuviera a punto de caer, fue entonces que unos fuertes brazos lo atraparon.
gracias autora, un buen capitulo vamos x /Plusone/