El ranchero Carlos Paniagua se iba a quedar un poco tiempo en la ciudad.lo justo para conseguir algo de compañía femenina antes de regresar a casa
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capítulo 21
El fantasma de la sonrisa de él no abandonó sus labios.
qué pasa por esa mente jamás descansa?
Luis se le devolvió La sonrisa.
pensaba en lo extraño que sonaba que me llamaras luisas Paniagua respondió.
te acostumbrará río entre dientes. lo que oirás después de que te presente a mis hombres será señora Paniagua siempre que se dirijan a ti.
cuánto durará eso? preguntó, ceñuda. preferiría que me llamaran Luisa
Oh, con el tiempo lo harán sonrío. pero primero deberán acostumbrarse a ti. al llegar a conocerte
en otras palabras me van a juzgar, no estuvo segura de que la idea le gustara.
él sonrío otra vez
claro que querrán asegurarse de que eres bastante buena para mí.
lo bastante bueno! se enfadó hasta que captó la sonrisa silenciosa en sus ojos. eres un diablo, verdad? bueno les mostraré a tus hombres y a ti lo buena que soy.
yo ya lo sé. le recordó en cuanto a mis hombres, adelante... después de que nos tomemos unos días tal como dijo mi capataz para la luna de miel.
Luisa puso los ojos en blanco
Carlos rio.
juntos recorrieron recogieron los platos de la cena menos las copas de vino. una vez en la cocina quedó ordenada él preguntó;
como tú ya te has dado una ducha has comido y bebido, estás lista para dormir?
la ducha, la comida, él vino y la conversación me han dado una segunda vida. ya no tengo tanto sueño como antes, le extendió su copa me gustaría beber un poco más de vino. meterme en la cama acomodarme sobre unas almohadas y relajarme mientras termino la copa.
Carlos llenó a media la copas antes de decir,: hay otros dos dormitorios y un cuarto de baño central en el lado izquierdo del vestíbulo, frente a mi dormitorio. has decidido dónde vas a dormir?.
le dedico lo que espero que fuera una sonrisa sexy de invitación.
mi neceser está en tu cuarto de baño.
él le devolvió una sonrisa que le encendió la sangre al tiempo que la hacía hormiguear toda la espalda punto Luis a tomó su copa. Carlo alzó la de él. tú me guías Luisa voy justo detrás de ti.
ella emprendió la marcha hacia el pasillo.
él la siguió
y ya que estoy aquí es de afirmar que tienes un trasero muy tentador.
en represalia Luis armenio las caderas. con un silbido bajo, la siguió al dormitorio.
Luis sale a hueco las almohadas, aguardó hasta que subió a la cama y luego le entregó la copa de vino.
cómoda?-le preguntó.
se acurrucó sobre la almohada y se sintió casi perdida en la amplia extensión de lecho,oh Carlos esto es el cielo.
aún no, pero guardo su esperanza, dio la impresión de que con la mirada le acariciaba cada punto delicado del cuerpo.
Luisa respiró hondo.
cielos bebió un trago rápido de vino frío con la esperanza de apagar el fuego que la consumía.
es lo mismo que pienso yo giro y dejó la copa en la mesita. voy a darme una ducha no tardaré mucho.
encendida Luisa empujó el edredón y la sábana hacia el pie de la cama. alzó la mano izquierda para beber otro trago de vino su mirada se posó en la alianza que llevaba puesta. a diferencia de la de Carlo la que le había elegido a ella estaba cubierta de diamantes pave.
era hermosa y la sentía extrañamente idónea en su dedo, como si se fuera a su lugar natural. siguió bebiendo vino y contemplando la alianza analizando el significado intrístico y sagrado que había detrás del intercambio.
Santo cielo, qué había hecho?
se mordió el labio inferior y sintió el picor de las lágrimas impaciente junto en su determinación por alejarse de un hombre desagradable y posiblemente peligroso, había convencido a un buen hombre, a un hombre decente y maravilloso de meterse en un matrimonio sin amor. era muy injusto por su parte punto él merecía algo mejor.
las lágrimas le negaron los ojos justo en el momento en que Carlo con una toalla alrededor de las caderas que entró la habitación. se detuvo junto a la cama.
lloras,. su voz y su expresión reflejaban preocupación. te arrepientes de algo?.
no... sí, pero no es lo que piensa dijo mosqueando.
en silencio, fue a la cómoda abrió un cajón pequeño y extrajo un pañuelo blanco inmaculado y un envoltorio de celofán, se acercó al lado en el que ella se encontraba tumbada le entregó el pañuelo y dejó el envoltorio en la mesilla.
y ahora, de qué va eso"no..si,"? no es lo que pienso que es?. sosteniendo la toalla con una mano le quitó la copa de las manos trémulas y las dejó en la mesita junto al envoltorio.
sin éxito ella parpadeó para dispensar las lágrimas y se llevó el pañuelo a la nariz.
lo... lo siento. no tenía derecho junto
apartando la toalla húmeda Carlos se sentó con cuidado en el borde de la cama junto a ella junto
sí he oído bien has farfullado que no tenías derecho, le quitó el pañuelo de las manos y le secó las. derecho para qué?.
Luisa respiró hondo varias veces y respondió con vos ahogada.
no tenía derecho de convencerte a involucrarte en esta farsa mosqueó una vez más lo siento.
Luisa habló con voz suave y tranquilizadora no me convenciste de involucrarme en nada. si no hubiera querido hacerlo podría haberte quedado afónica que te habría dado una negativa.
Oh, volvió a parpadear.
Si,oh, sonrió y ahora por si no lo has notado estoy temblando punto y eso se debe a que tengo frío. hazte a un lado y comparte el calor.
Luisa obedeció.
con la vista la recorrió de la cabeza a la cintura.
dónde están las sábanas y el ladredón?.
yo tenía calor así que lo empujé al fondo reconoció. los recogeré.
no te muevas giro para recogerlo con la mano libre y subirlo hasta la barbilla. quieres tu copa de vino?
no, por esta noche he terminado. bajó la vista cuando él alzó el trasero de la cama para quitárse la toalla y arrojarla al suelo.
Yo también he tenido suficiente se deslizó en la cama a su lado. porque aparta la vista Luisa? ya me has visto desnudo con anterioridad.
sí lo sé admitió en un susurro. pero eso fue antes de casarnos.
un silencio total. Luisa empezaba a ponerse nerviosa punto de pronto él soltó una carcajada.
Luisa,oh,Luisa es un placer estar contigo situándose encima de ella le marcó el rostro con las manos grande y le eliminó los nervios con besos.
ella no respondió, al menos verbalmente. pero le devolvió los besos como si en ellos le fuera la cordura. aunque quizás así fuera.
el acto sexual fue incluso más intenso punto en esa ocasión alcanzaron juntos La cima.
completamente extenuado negándose abandonar la cama de él por cualquier motivo cuando regresó del cuarto de baño le pasó un brazo por la cintura, apoyó la mejilla en el torso a un húmedo y cerró los ojos.
Carlos introdujo los dedos en los bucles sueltos y la pegó a él.
buenas noches Luisa le dio un beso en el cabello.
ella suspiro satisfecha.
buenas noches Carlos cerrando los ojos de inmediato, comenzó a quedarse dormida junto.
el matrimonio fue consumado fue lo último que pensó ante de cerrar los ojos.