Kallias ha vivido creyendo en la promesa de un amor eterno con su alfa destinado. Sin embargo, su mundo se desmorona cuando descubre que su alfa ha sido infiel durante mucho tiempo. Su compañero de alma, también herido por la situación, se encuentra atrapado en el mismo sufrimiento.
En medio de esta crisis, el alfa sufre un accidente y entra en coma, lo que lleva a Kallias a una encrucijada. Decidido a no seguir atado a un lazo roto, toma la difícil decisión de romper el vínculo que los une. Con el corazón destrozado, se embarca en un viaje en busca de sanación y autodescubrimiento. En su travesía, buscará conocer el amor propio, la confianza y la fortaleza.
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Capitulo 21: Huyendo
La habitación fría y el constante pitido de la máquina eran claros testigos de lo que en la habitación sucedía, Jimmy de ninguna manera podía creer lo que el médico le decía, ¿Lazo roto?, si cómo no. A leguas se notaba que eso era imposible, si de por sí se necesitaba a una pareja para poder romper el lazo con ella. Lo sabía y no creía que su madre fuera capaz de romper el lazo con su padre, era un omega después de todo, los omegas dependían de su Alfa para todo, puede que fuesen rebeldes y todo lo que quisieran, puede que estén pasando por una infidelidad, eso no impedía que no dependiera de un Alfa. Así se lo enseñó su padre y así debía de ser, es por eso que no podía creer lo que el médico decía.
— Eso es mentira — Dijo él.
El doctor se le quedó viendo con lástima, sabía que era difícil de creer porque así fue para su persona también, la diferencia era que él ya había tenido tiempo de procesar la información, cosa que todavía no había hecho el pobre Alfa frente a sus ojos.
— Escuche joven — Empezó — Sé que es complicado de creer, pero aun así- — Las palabras murieron en su garganta cuando fue alzado por los aires y puesto muy cerca de la cara furiosa del menor.
— Es mentira, dije — Antes de ser soltado un segundo después de observar la mirada intimidante del otro. Cayó sobre sus piernas y sacudió su uniforme; no dijo nada, eso no hacía falta, en su lugar simplemente buscó un libro que había estado oculto en la biblioteca durante mucho tiempo. En él estaba toda la historia de la especie desde inicio a final y da la casualidad que se lo había leído para una tarea en la universidad; gracias a esto pudo descubrir un apartado muy importante. Es así como le relató aquello al menor, haciendo especial énfasis en donde se contaba que, aunque pareciera poco probable o imposible, realmente era una posibilidad que su condición como cambia formas le permitía a todos los de su estirpe.
— Ya sabe que no es mentira. Según lo que aquí dice, todavía hay una manera de salvarle la vida a su padre — El licenciado hizo una pausa para limpiar sus gafas y suspirar con cansancio — Solo debe traerme al omega responsable de esto — Antes de salir de la habitación dejando al Alfa solo con sus caóticos pensamientos. En su mente se debatía si el pensar que su progenitor era una mala persona, mal padre y esposo, por atentar contra la unidad de su familia y contra la vida de uno de sus integrantes, o el que había actuado según lo que le correspondía.
Él sabía que cualquier otro Alfa en esa situación también hubiese roto el lazo, lo sabía, pero en su mente no le pasaba por la cabeza el que fuese un omega quien lo hiciera. Es así que fue como la furia le ganó y con ese mismo arranque salió del lugar. Debía de encontrar a su madre y hacerle venir al lugar para que salvaran la vida de su papá, no le importaba si lo tenía que traer amarrado. O por lo menos así lo pensaba en ese momento; ni siquiera sus abuelos supieron interpretar su temple, y él no dijo nada más allá de que necesitaban encontrar a su madre. Los mayores le siguieron y juntos subieron al vehículo, pensaban recorrer la ciudad hasta dar con el paradero del desaparecido omega, pensaban que no debía de haber ido muy lejos y con eso en mente, emprendieron carrera.
...
A veces la vida es una perra, pensó Kallias. Llevaba más de media hora caminando y simplemente no encontraba algún lugar al que pudiese ir; al salir del hospital supuso que el médico alertaría a su hijo y como consecuencia sus abuelos se irían tras de él para no dejarle solo, es así que fue a su casa a buscar algo de ropa y sacar en un bolso todo lo suyo que alcanzó a agarrar, procurando no despertar a Sebastiano en el proceso. Quizás la razón de su huida no tuviese sentido para algunos, pero para una sociedad entera en la que las definiciones de algunas acciones están dadas por las creencias quizás equivocadas de un conjunto de personas estúpidas y superficiales, las acciones que había cometido esa mañana debían de ser castigadas de la peor manera.
Él supo que cuando la prensa y todas las autoridades se enteraran automáticamente ordenarían su captura, posiblemente como intento de homicidio y asalto hacia la evolución de la raza cambia formas; es por esto que se debía de dar prisa para lograr salir de la manada.
Caminó y caminó, sus pasos únicamente daban hasta el linde de los territorios de la manada pensando en donde debería ir, pensaba que si seguía por alguno de esos caminos podría encontrarse con alguna comunidad independiente; eso era lo que tenía en mente cuando se iba a adentrar al espeso bosque a probar suerte y a ser posiblemente devorado por un oso, pero entonces una idea pasó por su cabeza: La manada sangrante. Claro, era más como una leyenda, se decía que era una manada de salvajes que vivían como se les viniese en gana, cazaban y aullaban por las noches y, que, eran los únicos que todavía conservaban la comunicación con sus lobos. Él pensó que eso era lo que menos le importaba en ese momento, si bien recordaba, aquella manada estaba a aproximadamente una hora de allí en automóvil. No sabía más, pero algo escuchó acerca de que la manada estaba oculta y que no se llegaba a ella por medio de las carreteras.
Con ese nuevo plan trazado en su cabeza emprendió camino; lo primero fue conseguir a alguien que lo llevase, no era tan estúpido como para dar el nombre de su paradero real, solo le dijo al conductor que condujera durante 50 minutos. Más tarde se encontraba parado a la mitad de la calle, si sus cálculos eran correctos solo debía de caminar 10 o 15 minutos para llegar a su sitio. Una camioneta pasó por su lado, el viento azotó su cara y supo que esa sería la última que vería antes de llegar al lugar. Pensó en encender su teléfono para saber la hora, pero entonces pensó que si eso sucedía podrían rastrearlo, es así que lo metió nuevamente en su bolsillo listo para caminar, solo por la carretera a la luz del día.
...
¿Qué les parece la actitud que está tomando el omega?, ¿creen que se encuentra en su derecho de ir en contra de su naturaleza y priorizar su propio bienestar mental y emocional? Díganmelo en los comentarios.
LettersIm
del papel también está en tu imaginación para poder entender también