EN LA MIRA DEL DRAGON

Lo beso con delicadeza los labios, deslizó sus labios recorriendo su labio inferior y superior, enredando sus dedos en su cabello, deslizando su mano a acariciar su nuca. Edan al sentir sus besos se aferro a ella atrayendola hacia él moldeando su figura a su fisonomía. Saboreo sus labios despacio olvidándose lo que le iba a decir.

Sus manos recorrían la espalda de Fay, palpando su piel suave. Suspiraba inhalando su dulce aroma, grabándolo en su memoria.

Ella le desprendió cada botón de la camisa colando sus manos a acariciar su torso. Sintió la tibieza de su piel, recorrió con sus palmas cada centímetro de su torso.

Sus respiraciones se incrementaron.

Fay sentía el calor recorrer su cuerpo, sus botones rosados se endurecieron ante la expectativa de lo que acontecía en ese momento.

Él se sintió libre de despojarla de su vestido, sus manos recorrieron el cierre deslizándolo hacia abajo.

Se quitó torpe el saco y la camisa, Fay sonrió de lado al ver que él lucho para poder despojarse de ellos, se bajó los yin, pisando la botamanga para quitárselos.

Atrajo el rostro de él para seguir besándolo. Edan moldeo la figura de ella en sus manos, su aroma lo envolvía, bajo la luz de la lámpara tenue apreciaba la exquisita figura de ella.

De un jalón retiro el edredón que cubría su cama para recostarla y poder sentirla piel a piel.

La apoyo suavemente sin quitar sus ojos de los de ella.

Se colaron entre las sabanas, él se colocó encima de ella sin dejar de besarla, su mano deslizo hacia sus caderas las coloco de bajo de ella para abrazarla, la empezó a sentir caliente, al tiempo que él se sentía así, sus besos comenzaron a ser tibios, dulces e intensos. Se miraron directamente mientras la despojaba de sus últimas prendas debajo de las sábanas al tiempo que él lo hacia.

Deslizó sus labios sobre los de ella y colo su lengua suavemente mientras se abría paso para sentirla completamente.

-Espera. Le susurro Fay agitada, por un segundo el miedo le recorrió su cuerpo, no quería hacerle daño.

-Tranquila... Iré despacio. Le aseguro besándola. Decir esas palabras lo hacían sentir un maestro, recordó que para ella era la primera vez y él ya tenia practica por lo que se sentia seguro.

-Me siento caliente. Le dijo preocupada.

-Yo también. Le respondió con una sonrisa, en un movimiento se acoplo a ella que se le aferro con fuerza a sus espalda, mientras la besaba quitándole el aire.

Edan tuvo una sensación como que un calor los envolvía, ambos brillaban y de sus labios saboreo el nectar que tanto anhelaba, inicio despacio, dubitativo, cuya confianza creció al sentirla completamente y su ritmo incremento, se concentró en acelerar cada vez más aferrado a ella queriendo aguantar el calor que le generaba.

Se acostaron de lado con sus piernas enredadas, sin separarse ni un centímetro. Ella lo sintió firme y esa sensación de que se alejaba y volvía hacia ella completamente acoplado le encantaba, deslizó su mano aferrándose por sus muslos invitando a qué sus movimientos sean más intensos, a la vez que sus besos se deslizaban por su cuello posándose en sus botones rosados que succionaba y recorría con su lengua su circunferencia, sus manos apretaban sus glúteos llenadolas con ellos, guiandola al ritmo de él que disfrutaba esa sensación húmeda y caliente de ella. Sus besos sonoros lo exitaban tanto que trataba de pensar en cualquier cosa para no terminar rápido.

Hasta que ambos ahogaron sus gritos al besarse, llegaron al climax al sentir que sus sensaciones desbordaban, como un choque eléctrico que golpeo en el medio de su espalda y recorría su columna vertebral haciendo que sus piernas se aprieten con mas fuerza y al segundo se aflojen. Él se desplomó sobre ella recuperando el aire y al segundo se incorporó sacándola de la cama.

-Estas caliente. Le susurro mirándola muy próximo con sus palpitaciones aceleradas.

-Es lo que te decía. Le responde sonriendo, sin poder quitarle la mirada.

La guia a la ducha, su temperatura era muy alta y temia que se eleve más por lo que a su lado se colocó bajo la regadera sin dejar de besarla y sus manos acarician su figura. La sensación que recorría su cuerpo era única, sus manos apretaban cada parte de ella posándose en sus glúteos, dejaba que el agua fría los bañe, otras veces no aguantaria el agua fria, pero con ella ahi podia soportarlo.

-Me gusta tenerte así. Le susurro Edan en cada beso mientras la invadía por dentro con su hombría firme.

- No olvidaré nunca lo que compartimos. Le susurro Fay, con un tono ahogado, deseando que el tiempo se congelará y no tenga que irse de su lado.

Se sintieron mutuamente apasionados, intensos. Edan por primera vez sentía que no era algo solo físico, podía jurar que beso hasta su alma.

Fay disfruto cada sensación, cada cosquilleo que recorrió su cuerpo, se aferro a él al sentirse por primera vez segura entre sus brazos.

Al concluir de ducharse ella sintió un vacío al mirarlo, le dolía tener que irse.

Edan sonreía al mirarla entrelazando sus dedos con los de ella, le brindo un beso en sus nudillos y le dió una camiseta de él.

-Quedate conmigo. Le susurro Edan deseando acurrucarse con ella.

-De acuerdo. Le respondió abrazada a él suspirando pesado.

Edan suspiro abrazándola con una sonrisa.

-Siendo sincero... Nunca me acurruque así... Me siento tan cómodo contigo. Le dijo Edan.

-Yo también. Le respondió Fay abrazada a él, apoyando su rostro en su pecho.

Los dos escucharon sus respiraciones, ella disfruto escuchar sus latidos en su oído.

Él acariciaba el brazo de Fay de arriba a bajo deslizando suavemente, le gustaba sentir la suavidad de su piel en la punta de sus dedos, entrelazaban sus manos al gustarle lo finas y delicadas que las sentía entre las suyas.

-Voy a buscar algo para tomar. Le avisa Edan.

-Te acompaño. Le dijo Fay

-No... Espérame. Le pidió dándole un beso.

Se colocó un shorts y salió a la cocina sigiloso para no despertar a nadie.

-No puedes dormir. Lo sobresalto su padre en la cocina.

-Pa... Estás despierto. Le dice nervioso

-Si... Me cuesta dormir... Por eso vine a tomar un vaso de leche tibia... Eso me daba tu madre antes... Por alguna razón la extraño más que nunca. Le dijo suspirando pesado.

-Es la primera vez que te escucho decir eso. Le dijo Edan abriendo la heladera para surtirse de un refrigerio.

-Leí la información de los Aragón... No es tan diferente a la nuestra... Desearía no tener que entregarlos. Le comenta pensativo.

-Y ¿Por qué lo haces?. Le pregunta Edan.

-Es mi trabajo... No lo entenderías. Le responde.

-Sabes que solo la van a utilizar...

-No es mi decisión... Es mi trabajo...

-Puedes usar la lógica... No debes seguir ciegamente una regla... Si sabes que está mal...

-Es algo que no puedo discutir contigo... Solo debes saber que lo que hago lo hago por el bien de todos.

-Solo creo que buscas escusas para alejarte de nosotros... Si no es una búsqueda sin sentido es otra misión en otro lado. Le dice Edan molesto a su padre y se aleja a su habitación.

-Paso algo. Le pregunto Fay al ver su cara. Él se sentó en la cama exhalando pesadamente.

-Debo decirte algo. Le dice Edan y tomo un trago de la gaseosa para humedecer su boca al sentirla seca, Fay le saco de la mano y tomo ella también llevándolo a que se acueste con ella.

-Ven... Te noto tenso... Un masaje te relajara. Le dice Fay que se sentó sobre él al girarlo para masajear sus hombros.

-Fay ... Escúchame... Te quiero avisar que...

-EDAN... SOLO QUIERO ... apareció su padre que se quedó congelado al ver que estaba con Fay y se le cayó la taza de la mano. Edan se incorporo poniéndose ante él cubriendola.

-NO DEJARE QUE LA LASTIMES. Le dijo enérgico.

-ELLA... ELLA ESTUVO TODO EL TIEMPO AQUI. Balbuseo incrédulo el señor Dragan.

-ES MI NOVIA... NO PERMITIRE QUE LA TOQUES. Le afirmó Edan con la mandíbula tensionada.

-SABES QUE ME MENTISTE... SABES POR TODO LO QUE PASE... Expresaba señalando con la vena del cuello que le saltaba.

-PUEDES DEJARLA IR... ELLA YA HA SUFRIDO MUCHO. Le grita Edan.

-NO ESTA EN NUESTRAS MANOS DECIDIR ESO. Le grita molesto.

Mientras ellos discutían Fay se vistio, sentía mucho dolor de cabeza, la tensión la estaba destrozando, no podía soportar los gritos. Por alguna extraña razón por un lado podía sentir alivio, como si todo terminó, pero por el otro pensaba que seria de su padre sin ella.

-FAY... VETE. Escucho que le dijo Edan en un momento.

-EDAN NO HAGAS ESTO... NO QUIERO LASTIMARTE. Le dice su padre cerrando sus puños, luchando entre el coraje que sentía, entre lo que debia hacer y lo que sentia al tratarse de su hijo. Por primera vez veía que Edan defendia a alguien tan firme, que se le enfrente de ese modo a él.

Cuando Fay vio que el señor Dragan estaba por lanzar un golpe hacia Edan se interpuso estirando a Edan hacia la cama y colocando una silla ante el señor Dragan que le limito en su movimiento y aprovecho a salir al ver que se cayó debido a la silla.

Cuando salió Fay le sorprendió ver el vehículo del señor Arata que paro justo cuando ella salía y le indico que suba.

-Que casualidad encontrarla... Me dirigía a mi casa. Le dice el señor Arata, Fay lo miro con desconfianza, pero en ese momento le resultaba oportuna su presencia.

-NO PUEDO CREERLO. Grito furioso el señor Dragan que salió justo atrás de ella pero se le fue en ese vehículo que no tenía matrícula y no pudo ver a sus ocupantes.

Edan que salió corriendo atrás de su padre respiro aliviado al ver que no la pudo alcanzar.

-TU Y YO HABLAREMOS. Le dijo serio a Edan indicándole que entre.

-DESDE CUANDO. Le pregunto serio su padre.

-¿Desde cuándo qué?. Le pregunto Edan.

-Lo que tienes con Fay. Le pregunto serio tensionado.

-Desde siempre la quise... Solo ahora tuve el coraje de decirle... Volver a verla... Fue lo mejor que me pasó ... Y siento que desde que estoy con ella... Todo funciona para mí. Le dice Edan.

El señor Dragan se sentó entrelazando sus dedos apoyando sus brazos sobre sus rodillas.

-Asi va a ser... Por estar con ella...Es lo que genera dónde sea que este la diosa fuego. Murmura entre dientes su padre.

-Ella... Ya no puede generar eso... Debido a lo que su padre le inyectó. Le dijo Edan.

-Entonces... Está noche... Ustedes dos... Pues... Ya sabes. Le dice haciendo gestos con sus manos al unir sus palmas.

-Como preguntas eso. Le dice Edan.

-Y pediste tus deseos. Le pregunto.

-¿Qué? Consulto Edan incrédulo.

-¿Lo olvidaste?. Le pregunto.

Edan pensó un momento.

-Eso es solo un mito. Le dijo Edan.

-No se pierde nada con probar. Le respondió su padre.

¿La seguiras?. Le pregunto Edan.

- Le dare tiempo. Le respondió su padre.

Edan entendía que él no podía dejar la investigación así como así pero tuvo la consideración de dejar a ella para que se aleje.

***

*

Fay vio un lugar espacioso con un hermoso jardín, un césped verde bien prolijo cubría todo el terreno, árboles con flores adornaban el camino que dirigía a la mansión del señor Arata, el camino era empedrado, unos arbustos prolijamente cortos formaban un muro alrededor de la residencia.

-Cuando necesito relajarme vengo aquí. Le comento el señor Arata.

-Es muy bello. Le comento Fay admirando el lugar.

Al bajar aprecio lo moderno que era la casa, cuando el señor Arata se aproximó las luces se prendieron, la puerta se abrió ante él automáticamente.

-Parece una casa del futuro. Comento Fay sorprendida.

-No totalmente... ¿Quieres comer?... No he probado nada aun... Y noto que no comes mucho... Es importante alimentarse. Le dice el señor Arata.

Fay con todas las preocupaciones que tenía encima apenas podía comer algo, por lo que parecía que vivía a base de líquidos y rara veces comía algo sólido.

Al ingresar noto que el señor Arata prendió una máquina y a los cinco minutos escucharon un pitido.

-Aqui tienes. Le dijo deslizando un plato con carne verdeo y un poco de arroz.

-Gracias. Le dijo Fay. Ella comió gustosa. De repente comenzó a sentir el calor invadir su cuerpo.

-¿Pasa algo?. Le pregunto el señor Arata, ella salió de la casa corriendo agitada seguida por él.

-SEÑORITA HERA... ¿QUÉ LE SUCEDE?. Le pregunto sorprendiendose ver que ella empezó a brillar.

-No pasa nada. Decía Fay tratando de recuperar la calma.

Él corrió a tomar la manguera al ver que ella comenzó a arder.

-No haga eso. Le pidió Fay sintiendo pena.

-¿Cómo es posible?. Pregunto asombrado.

-Esta es la razón por la que me buscan... Por eso mi padre trato de protegerme. Dijo sollozando Fay.

-¿QUE PUEDO HACER?. Pregunto angustiado.

-Traiga algo para cubrirme. Le respondió Fay.

-Puedo enseñarte... Cómo encontrar tu centro... Inhala y exhala... Extiende tus brazos. La guía para que se calme.

-Puede girar por favor. Le pidió Fay y él se giro dejando su saco a su alcance para que ella se cubra.

El señor Arata sintió que el calor del ambiente disminuyó.

-Ya está. Le dijo Fay colorada.

Él se giro lentamente a verla, abrió los ojos de par en par, estaba radiante, no se veía pálida y apagada como siempre.

-Entonces... Ardes. Le dice suspirando.

-¿Ahora me entregará?. Le pregunto preocupada.

-No... No haría eso... Me quedé sorprendido... Creí que eras una espía. Le confiesa.

-¿Espía?... No... Además... Lo que me pasa es frustrante ... No puedo controlar. Le dice Fay entre sollozos.

Él la miro sintiendo pena, deseando consolarla sin saber si era adecuado abrazarla.

En eso suena el celular del señor Arata.

📱SEÑOR... HAY PERSONAL DE INTELIGENCIA EN LA ENTRADA. Le avisan