Sinopsis: "La Felicidades No Está Hecha Para Mí" es la desgarradora historia de un joven que lo pierde todo. Después de que su familia muriera en un trágico accidente automovilístico, su mundo se derrumba por completo. Sumido en la desesperación y el dolor, el joven lucha por encontrar un sentido a su vida. Sin embargo, en medio de su sufrimiento, el joven encuentra un rayo de esperanza cuando conoce a alguien que logra despertaren él un sentimiento que creía perdido: el amor. A medida que su relación avanza, el joven comienza a vislumbrar un futuro más allá del abismo de la tragedia. Pero la felicidad que parecía al alcance de su mano se ve truncada cuando, de forma inesperada, su nuevo amor es brutalmente asesinado. Devastado por este nuevo golpe del destino, el joven se enfrenta a la dolorosa realidad de que la felicidad tal vez no esté hecha para él.
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Atrapado en la Oscuridad
Capítulo 22: Atrapado en la Oscuridad
Han pasado meses desde que Nicolle se fue para estar con su familia, y cada día se me hace más difícil sobrellevar su ausencia. El peso de la soledad y la incertidumbre parece aplastarme lentamente, y a veces siento que me ahogo en un mar de desesperación.
Recuerdo con tanta claridad los momentos felices que compartíamos, los sueños que teníamos para nuestro futuro. Ahora, todo eso parece haberse desvanecido, y me encuentro atrapado en una oscuridad que cada vez se vuelve más densa.
Lucía ha sido mi ancla en estos tiempos tan difíciles, pero incluso su cariño y apoyo incondicional no han sido suficientes para levantarme del pozo en el que me he sumido. Siento cómo la depresión se apodera de mí, nublando mi visión y robándome las fuerzas para seguir adelante.
Algunas noches, me quedo en vela, acechado por los pensamientos más sombríos. Me pregunto si Nicolle volverá alguna vez, si nuestros planes para una vida juntos se han desvanecido para siempre. Y en esos momentos, siento que la esperanza se escapa de mis manos como arena entre los dedos.
Lucía me observa con una mezcla de preocupación y angustia, y a veces me sorprendo a mí mismo llorando en sus brazos, buscando consuelo en su cálido abrazo. Ella intenta animarme, recordarme que Nicolle volverá y que todo se resolverá, pero cada vez me cuesta más creer en sus palabras.
A veces, me siento culpable por ser tan débil, por no poder superar esta prueba con la fortaleza que Lucía y mi tía Mariana siempre me han atribuido. Me pregunto si, de alguna manera, he fallado a Nicolle, si no he sido lo suficientemente fuerte para apoyarla en este momento tan difícil.
Y en medio de todo este torbellino de emociones, me encuentro a mí mismo cuestionando todo: mi futuro, mi capacidad para amar y ser amado, e incluso mi propia razón de ser. A veces, siento que la vida se ha vuelto demasiado pesada para cargar con ella.
Sé que Lucía se preocupa por mí, que hace todo lo posible por mantenerme a flote, pero a veces me siento tan abrumado que temo hundirme por completo en la oscuridad. Y en esos momentos, me pregunto si acaso no sería mejor dejar de luchar, dejar de sentir este dolor que me consume lentamente.
Pero entonces, recuerdo las palabras de Nicolle, la promesa que me hizo de regresar a mi lado, y un rayo de esperanza se enciende en mi interior. Sé que, si logro resistir un poco más, si puedo mantener viva esa llama, tal vez, solo tal vez, podré volver a ver su rostro y sentir su amor una vez más.
Es por eso que me aferro a esa pequeña chispa de esperanza, a pesar de que algunas veces parezca consumirse bajo el peso de la desesperación. Sé que, si Nicolle pudiera verme en estos momentos, se rompería el corazón. Y no puedo permitir que eso suceda, no cuando ella ya enfrenta una batalla tan difícil al lado de su padre.
Así que, con cada fibra de mi ser, me esfuerzo por mantenerme de pie, por no dejarme vencer por la oscuridad que amenaza con engullirme. Sé que, si lo logro, si sigo adelante, quizás, cuando Nicolle regrese, podré brindarle el apoyo y la fortaleza que tanto necesita.
Porque, en el fondo, aún creo en nuestro amor, en la promesa de un futuro juntos. Y mientras esa llama siga ardiendo, por más débil que sea, voy a seguir luchando, por Nicolle y por mí. Sé que, al final, si logramos superar esta prueba, nuestra unión será aún más fuerte e inquebrantable.
