Lilian amó con sinceridad al emperador Dmitri y él también dijo amarla, por eso a ella no le importo ser solo una concubina, pero después de que este se casara con su prometida, comenzó a ignorarla, el emperador se dejó manipular por la madre emperatriz al punto de condenar a la familia de Lillian e incluso ella fue ejecutada de manera injusta, pero para sorpresa de Lillian, ella regresó a su pasado, cuando apenas era una niña y ahora, tenía la oportunidad de cambiar su cruel destino y el de su familia.
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Capitulo 21
Narra Lillian
Ya era de día así que me estaba arreglando para ir a la fiesta de té, se que dije que las odiaba pero si voy es por Alex quiero saber qué piensa la princesa sobre él
Cuando por fin estoy lista me miró al espejo y no puedo creer que esa chica que se refleja en el espejo soy yo, mi nana me mira y me regala una sonrisa
Mérida: Como quisiera que siempre se arreglará de esa manera mi lady
Lillian: Puez a mi no me gusta mucho, me gusta más cómo en realidad soy
Mérida: Bueno como usted siempre esta es hermosa pero si se arregla más se verá más hermosa
Lillian: La mayoría del tiempo me la pasó entrenando y no creo que arreglarme tanto me sirva
Mérida: Tiene razón mi lady pero ahora es el momento de que se reúna con su hermana
Lillian: Claro
Salí de la habitación y me encontré con Charlie esperandome cerca de la escalera, cuando la vi pensé que era la mujer más hermosa que había visto
Su melena rubia como la de mi padre estaban recogida en un moño alto, el vestido de lavanda hacia que sus ojos grises resaltaran y ella al verme me regaló una sonrisa
Charlie: Te vez hermosa
Lillian: Gracias aunque tú eres más hermosa que yo
Charlie: No digas eso que no es cierto sobre todo cuando tus ojos rojos hipnotizan a cualquiera
Lillian: Aveces quisiera tener el mismo color de tus ojos
Charlie: Pero si tus ojos son hermosos la que quisiera tener los ojos como tú soy
Cuando estaba por responder un carraspeo nos hizo voltear
Alexander: ¿Acaso piensan pasar toda la mañana alagandose?
Charlie: Claro que no
Alexander: Entonces muevanse
Charlie: Hay pero que gruñón pobre de la mujer que se case contigo
Alexander: Y pobre del hombre que tenga que aguantarse a semejante simio
Charlie al escuchar como la llamo Alex se puso roja del coraje así que antes de que terminara por matarlo la saqué de ahí, cuando llegamos al carruaje ella estaba más tranquila
Charlie: Gracias por sacarme de ahí si no lo hubiera matado
Lillian: Se muy bien eso pero ya cálmate
Con ayuda del cochero subimos al carruaje y esperamos a que Alexander subiera, cinco minutos después Alexander subió nos miró por un momento luego ordenó al cochero avanzar
Charlie:¿Por qué padre no vino?
Alexander: Por que él no es parte del consejo
Lillian: Que bueno por qué cuando era miembro del consejo en el Norte siempre estaba trabajando y casi no tenía tiempo para nosotros ni para él
Charlie: Si era triste ver a nuestro padre cansado por tanto trabajo que tenía, a veces me pregunto si el emperador del Norte en realidad era amigo de nuestro padre
Lillian: Después de que supe que las personas como yo eran cazadas no quise relacionarme con ellos de ninguna manera y venirnos a vivir aquí fue lo mejor
Ambos asintieron a lo que dije y luego de eso nadie dijo nada hasta que llegamos al palacio, el carruaje se detuvo y él primero en bajar fue Alex el cual después nos ayudó a nosotras a bajar
Pude ver a lo lejos al príncipe y al duque de Cádiz hablando, Alexander iba delante de nosotras cuando llegamos a donde estaban ellos los saludamos con una reverencia
Lillian: Príncipe le quiero pedir disculpa por mi comportamiento en día de ayer en la cena
Cédric: No tiene que pedirme disculpa el que lo tiene que hacer soy yo no debí decir esas cosas anoche
Alexander: Bueno ya ambos se pidieron disculpas ahora por favor entremos que se nos hace tarde
Ellos tres empezaron a caminar y nosotras íbamos detrás de ellos hasta que una doncella apareció y se nos atravesó en el camino
– Buenos días soy Sarah la doncella personal de la princesa Francis y seré quién las escolte a la fiesta de té, siganme por favor
Ambas seguimos a la doncella hasta que llegamos al palacio de la princesa, caminamos por un pasillo hasta que llegamos al jardín en donde había varias chicas reunidas entre ellas había una chica albina así que supuse que era la princesa
Ella al vernos se acercó a nosotras así que hicimos una reverencia
Francis: ¿Ustedes son las hermanas del general Blair?
Charlie: Si, mucho gusto mi nombre es Charlie Borneth y ella es Lillian
Francis: Es un placer conocerlas
Lillian: El placer es nuestro alteza
Francis: Vamos así las presentó con las demás chicas
Seguimos a la princesa y ella enseguida nos presento con las demás, las cuales asintieron y después de que tomamos asiento la princesa ordenó que sirvieran el té y los bocadillos
Varias doncellas llegaron y empezaron a servir, cuando colocaron la taza de té frente a mi arrugue un poco la cara Charlie al ver esto pidió que me cambiarán el té
Francis: ¿Que pasa no le gusta el té?
Lillian: Nunca me a gustado ese té, ¿no tiene otro?
Francis: Claro ya lo mando a buscar
Ella llamo a su doncella y le dijo que me prepararán otro té, la doncella se fue y la princesa comenzó hablar con Charlie minutos después me trajeron el té así que me lo tomé a gusto hasta que escuché que alguien me hablo
– Nunca antes había visto unos ojos como los suyo ¿de donde es usted?
Lillian: El color de mis ojos es por mi madre ella es del imperio del Sur en ese lugar es común que las personas tenga los ojos así como yo y soy del imperio del Norte, ya le respondí su pregunta ahora ¿dígame cómo se llama usted?
– Yo soy Agatha Lester y soy hija del consejero Real
Lillian: Es un placer conocerla lady Agatha
Agatha: Igualmente, escuche que había una familia de nobles que venía del imperio del Norte pero no pensé que fueran ustedes y que además fueran las hermanas del general más guapo de Nastia y no se ofenda si estoy siendo muy directa pero es que todas las jóvenes piensan lo mismo que yo
Lillian: No me molesta en lo más mínimo usted tiene el derecho de decir lo que piensa y lo que siente
Agatha: Pensará que soy una entrometida, ¿pero qué edad tiene usted?
Lillian: Tengo 15 años
Agatha: Oh todavía es joven y yo pensé que usted tenía 18 por como se comporta a su edad yo no era tan madura
Lillian: Fueron las circunstancias eso es todo
Después de eso la chica no hablo más conmigo así que seguí disfrutando de mi té y mis bocadillos hasta que llegaron Alexander, el príncipe y el duque de Cádiz
Mucha de las chicas quedaron embobadas con la llegada de ellos tres incluso Charlie, hicimos una reverencia y después nos sentamos